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Jue. Nov 21st, 2024
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El accidente cerebrovascular (ACV) o Ictus, conocido también como derrame cerebral, es un cuadro neurológico agudo que puede ser de tipo isquémico o hemorrágico. Los factores padecerla dependen del riesgo vascular, la edad, el sexo y la predisposición familiar.

El isquémico ocurre cuando un coágulo tranca una arteria del cerebro evitando que la sangre llegue a parte del tejido cerebral, ocasionado daños considerables al mismo. En tanto, el del tipo hemorrágico es cuando un vaso sanguíneo se rompe en el cerebro originando un sangrado.

El Dr. Luis Díaz Escobar, especialista del Departamento de Neurología de Adultos del Hospital de Clínicas, explicó que el 85% de los casos corresponden al ACV de tipo isquémico y el resto al hemorrágico.

“Es una enfermedad sumamente frecuente en nuestro país, viene siendo la primera causa de discapacidad y la segunda causa de demencia en el mundo, ocupa además uno de los primeros lugares de mortalidad en el mundo”, mencionó.

Existen muchos factores de riesgo que conllevan a sufrir un ACV, los más frecuentes son hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, sedentarismo, colesterol alto en la sangre, obesidad y abuso del alcohol.

Todos los síntomas neurológicos de inicio brusco son compatibles con un ACV o derrame cerebral, los más frecuentes son:

▪️La aparición brusca de parálisis o debilidad de la mitad del cuerpo o media RES.

▪️Alteración del lenguaje, ya sea para hablar o entender.

▪️La alteración en la visión y el desvío de la boca

▪️Dolor de cabeza intenso acompañado de náuseas y vómitos, algunas veces acompañado de convulsiones

▪️Algún trastorno sensitivo como hormigueo en un lado del cuerpo.

Los síntomas de inicio brusco o abrupto que se desarrollan rápidamente en un paciente, son cuadros que tienen que ser evaluados de urgencia, de manera a organizar un sistema de exámenes a fin de evaluar las causas y así poder descartar si el paciente está sufriendo un accidente cerebrovascular y poder brindarle un tratamiento.

En ese sentido, hizo hincapié en que tanto ACV el isquémico como el hemorrágico tienen tratamiento si se actúa con inmediatez.

“En ambos grupos, si el paciente recibe una pronta atención desde el inicio de los síntomas hasta el sistema de emergencias al cual acude, y a partir de ahí una evaluación inmediata por el equipo médico, que mientras más rápido haga tanto las valoraciones como el diagnóstico a través de imágenes cerebrales, más posibilidades tendrá el paciente de conseguir una buena evolución”.

Explicó que, en el caso del ACV isquémico se tiene una ventana terapéutica de 4.5 horas desde el inicio de los síntomas para administrar la terapia que intente romper el coágulo que tranca esa arteria, denominada fibrinolisis endovenosa. Y en el hemorrágico, mientras más rápido se puedan controlar los factores desencadenantes de ese sangrado, mejor evolución probable tendrá el paciente.

“Por ejemplo en el caso de un ACV hemorrágico de causa hipertensiva, mientras más rápido podemos controlar la presión, menos chance va tener ese paciente de que esa lesión hemorrágica siga expandiéndose, o algún otro factor causal que podamos modificar para que el paciente tenga la chance de tener un buen pronóstico”, indicó el médico neurólogo.

Los factores de riesgo de padecerla dependen del riesgo vascular, la edad, el sexo y la predisposición familiar. Los más propensos a sufrir un accidente cerebrovascular son las personas adultas mayores, pero últimamente se han observado factores de riesgo en personas jóvenes.

El Hospital de Clínicas cuenta con un servicio de emergencias en donde todo paciente que llegue en un periodo de ventana de 4.5 horas de inicio de los síntomas se activa un sistema Intrahospitalario de CÓDIGO ICTUS, a través de la Unidad Especializada del ICTUS para el manejo de pacientes con ACV, con un equipo multidisciplinario especializado integrado por médicos, enfermeros y rehabilitadores quienes trabajan conjuntamente con el Servicio de Emergencias Médicas Extra hospitalarias (SEME), a través del CÓDIGO ICTUS Extrahospitalario.

El código ICTUS extrahospitalario es un sistema organizado y coordinado de derivación de pacientes con ictus isquémicos agudos hacia un centro de referencia donde pueda recibir el tratamiento específico de reperfusión. En este esquema bien ensamblado participan los hospitales públicos del área metropolitana, en la primera línea de recepción de pacientes, el Servicio de Emergencias Médicas Extra Hospitalaria (SEME), en el eje central del esquema, y las unidades de ictus del Hospital de Clínicas y del Hospital Central del IPS. Esto garantiza una cobertura de toda el área metropolitana, las 24 horas y los 7 días de la semana, correspondiendo así a una población aproximada de 2 millones de personas.

De esta manera se asegura la atención prioritaria de estos pacientes que podrán finalmente acceder a un tratamiento específico en el menor tiempo posible a fin de salvar la vida y reducir al máximo las eventuales secuelas que esta enfermedad pudiera ocasionar. Teniendo en cuenta que el tiempo es fundamental y vital para que el paciente pueda recibir el tratamiento y que este sea efectivo el reconocimiento de los síntomas por parte de la población se convierte en un factor decisivo.

HOY PY


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