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En un momento histórico para Colombia y América Latina, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, se convirtió en la primera colombiana en asumir la presidencia de una Conferencia de las Partes (COP). En esta ocasión, será la líder de la COP16 sobre biodiversidad, una cumbre internacional clave en la protección de los ecosistemas, especialmente en un contexto de crisis climática global.
El liderazgo de Susana Muhamad en la COP16 no solo representa un triunfo personal y para Colombia, sino que marca un precedente significativo para América Latina y el Caribe en las discusiones globales sobre la biodiversidad. Su mandato, que se extenderá por dos años, estará centrado en facilitar y garantizar el cumplimiento de los compromisos internacionales que buscan frenar la pérdida de biodiversidad y enfrentar los desafíos ambientales más apremiantes.
Durante su presidencia, Muhamad se dedicará exclusivamente a esta tarea, dejando temporalmente sus responsabilidades ministeriales. La importancia de su rol es monumental: deberá mediar entre los 190 países miembros, guiar las negociaciones, asegurar la participación activa de todas las partes y resolver los desacuerdos que surjan en las discusiones. Además, será la encargada de supervisar la implementación de las decisiones tomadas, coordinar la redacción de informes y evaluar el avance de los objetivos acordados.
Un llamado a la acción desde la COP16
En su discurso inaugural, Muhamad delineó los objetivos prioritarios de la COP16 e hizo un llamado urgente a los líderes globales para trabajar unidos en la implementación del Marco Global Kunming-Montreal, un acuerdo clave para la conservación de la biodiversidad.
“Colombia ha facilitado la construcción de una coalición para hacer la Paz con la Naturaleza, un propósito estratégico fundamental en estos tiempos de crisis”, expresó Muhamad ante la plenaria. “Debemos ser transparentes en nuestras deliberaciones y estar dispuestos a llegar a consensos, por difíciles que sean. El éxito de esta conferencia depende de nuestra capacidad para converger en soluciones”, añadió.
Uno de los temas clave que destacó fue la necesidad de un acuerdo sobre el plan de trabajo de los pueblos indígenas y comunidades locales. Muhamad subrayó que no es simplemente un asunto técnico, sino una cuestión de justicia y reconocimiento del rol crucial que estas comunidades juegan en la defensa de la biodiversidad. “Tenemos que reconocer los diferentes sistemas de conocimiento y darles el espacio que merecen en la toma de decisiones globales”, dijo.
Otro tema crítico en la agenda es la información digital sobre secuencias genéticas (DSI, por sus siglas en inglés), un área que podría abrir la puerta a debates más amplios en otros convenios ambientales, como los relacionados con la desertificación y el cambio climático.
En cuanto a la financiación, Muhamad fue contundente: “Faltan recursos. Todos reconocemos que necesitamos nuevas fuentes de financiamiento para cumplir con las metas del Marco Mundial de Biodiversidad, pero también necesitamos herramientas concretas para materializar esos compromisos”. La presidenta insistió en la creación de mecanismos financieros innovadores que permitan llevar a cabo las decisiones adoptadas y destacó que la confianza en este proceso dependerá de la capacidad de monitorear y hacer un balance real del progreso logrado.
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Un liderazgo internacionalmente reconocido
Susana Muhamad no es nueva en la arena internacional. Su trayectoria como defensora del medio ambiente le ha valido múltiples reconocimientos, tanto en Colombia como en el exterior. Ha sido nombrada Mujer de la Década en Colombia por el Women Economic Forum y es la primera colombiana en ser distinguida por el Vital Voices Global Partnership por su vocación y liderazgo en temas ambientales. Además, fue seleccionada entre las 25 mujeres pioneras en la lucha contra el cambio climático a nivel global por la revista Reuters.
En su gestión como ministra, ha alcanzado importantes logros, como la mayor reducción de la deforestación en Colombia en los últimos 23 años, la creación del Fondo para la Vida y la Biodiversidad, y la ratificación del Acuerdo de Escazú. Además, fue clave en traer la COP16 a Colombia, consolidando al país como un actor relevante en la política ambiental global.
América Latina en el centro de la lucha por la biodiversidad
La posesión de Susana Muhamad como presidenta de la COP16 posiciona a América Latina y el Caribe como referentes en la protección de la biodiversidad y en la búsqueda de soluciones ante la crisis climática. Su liderazgo en este escenario no solo es un reconocimiento a su trayectoria, sino un impulso para que la región se consolide como un actor clave en las negociaciones internacionales sobre medio ambiente.
Este hecho histórico marca el inicio de un liderazgo significativo que pondrá a prueba la capacidad de Muhamad para guiar a los países hacia compromisos tangibles, en un momento en que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes en la preservación de la biodiversidad. La COP16, bajo su dirección, se presenta como una oportunidad para que las naciones no solo acuerden acciones, sino que las implementen de manera efectiva y sostenida, garantizando un futuro más sostenible para el planeta.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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