Posesión demoniaca y el cristiano

Si eres como muchos de los cristianos, la idea de un creyente siendo controlado por un demonio – lo que la Biblia llama “endemoniado” – es descorazonadora para ti. No puede suceder, eso piensas.

Bueno, vamos a ver si puedo cambiar tu mente. ¿Qué tal si comienzo con un par de historias reales?

Primero es el relato de la hija del doctor Ed Murphy, Carolyn, la cual detalla en su extenso trabajo, El Manual de la Guerra Espiritual. Murphy describe como antes él nunca se había interesado seriamente en el área de lo demoniaco, su hija cristiana se involucro en varias practicas ocultistas por medio de la influencia de amigos y comenzó a mostrar un comportamiento extraño.

Murphy no aceptaba que su hija, quien manifestaba evidencia de ser salva por la gracia, estuviera bajo el dedo de un demonio hasta que él fue testigo de primera mano de su comportamiento fuera de serie. “Papá”, dijo ella, “No se lo que me sucede. Pareciera que algo dentro de mi toma el control y hago cosas raras. Amo a Jesús y quiero hacer lo correcto. ¿Qué me sucede?” [1]

O escuchar la historia relatada al Doctor Merill Unger, un notado teólogo y profesor en el Seminario Teológico de Dallas. Unger tenia, hace muchos años, un libro escrito titulado Demonología Bíblica donde argumentaba que un cristiano no puede ser controlado por demonios.

Poco después de su publicación, Unger comenzó a recibir cartas de misioneros, pastores, y otros cristianos detallando sus relatos con creyentes nacidos de nuevo quienes experimentaron posesión de demonios. Después de investigar lo que se le había enviado y otros casos, Unger editó su primer trabajo y terminó escribiendo otro libro, Lo que los Demonios pueden hacerle los Santos, donde cambió su opinión a una donde declaraba que los cristianos pueden ser poseídos dadas ciertas condiciones.

En ese libro, Unger relata una carta que recibió de la esposa de un pastor quien se obsesionó con hablar en lenguas. [2] A pesar de que su esposo le explicó a la mujer la posición bíblica sobre el asunto, ella continuó su búsqueda y aprendió de la forma difícil que cuando buscas experiencias espirituales fuera de la voluntad de Dios, a pesar de que el Creador pueda no responder a tu petición, algo más puede eventualmente responder.

Después de encontrar un grupo marginal de supuestos creyentes quienes impusieron manos sobre ella para recibir el regalo, ella comenzó a hablar en lenguas, pero no estaba preparada para lo que vino después. Pensamientos obscuros y malvados llenaron su mente, la situación empeoraba cada día, y el resultado fue “catorce meses después de recibir las lenguas, ya estaba lista para quitarme la vida”, escribió ella. Finalmente, la mujer se dio cuenta que de hecho había recibido un espíritu, pero uno que era todo menos santo.

Ambas mujeres eran creyentes profesos, así que ¿Qué sucedió? ¿no eran realmente salvas? O ¿puede un cristiano actualmente volverse endemoniado y severamente oprimido por el enemigo?

El Nuevo Testamento usa la palabra griega daimonizomenous 15 veces para referirse a las personas que batallan con opresión demoniaca. Algunas veces las traducciones utilizan el termino “poseído por demonios” y otras (tales como la ESV) traducen la palabra “oprimido por demonios”. Aquellos quienes han estudiado el asunto correctamente apuntan a que el termino nunca es aplicado a un creyente en la Escritura.

¿Pero eso no significa que los cristianos son inmunes a la opresión demoniaca? A pesar de que es verdad que no encontramos creyentes poseídos por demonios en la Escritura, recuerda que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia. Siendo eso verdad, la pregunta es, ¿encontramos algo en la Escritura que sugiera que un cristiano no puede ser oprimido por demonios?

Uno de los mejores argumentos bíblicos contra la demonización y el cristiano es encontrado en Lucas 11 donde Cristo reprende a los Fariseos por acusarlo de echar fuera demonios por medio del poder del maligno. Entonces Jesús continua a contrastar los exorcismos verdaderos y falsos junto con el estado de una persona quien es salva y una que no lo es cuando están los demonios involucrados.

De los nacidos de nuevo, Él dice “cuando el hombre fuerte [Satán], completamente armado, guarda su casa, sus posesiones no son perturbadas. Pero cuando alguien mas fuerte que él [Cristo] lo ataca y lo domina, le quita toda su armadura de la cual dependía y distribuye su botín (vv. 21-22). Pero de los no salvos, Él dice, “cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adonada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero (vv. 24-26).

Si estamos leyendo eso correctamente y Cristo “domina” al enemigo cuando una persona es salvada, entonces ¿Por qué tenemos casos tales como las dos mujeres que mencionamos anteriormente? Por qué pastores experimentados como Chuck Swindoll, en su pequeño libro titulado Demonismo, dice sobre los cristianos y la demonización: “Por un numero de años me pregunté esto, pero ahora estoy convencido de que puede ocurrir…personalmente por muchos años he trabajado con cristianos atribulados, angustiados. En unas cuantas ocasiones he asistido en el doloroso proceso de liberarlos de los demonios.”

Muchos responden que hay una diferencia entre ser oprimido por demonios y estar poseído. Por ejemplo, en su libro El Adversario, el doctor Mark Bubeck dice, “es mi convicción que ningún creyente puede ser poseído por un espíritu maligno en el mismo sentido que un no creyente puede estarlo…un creyente puede ser afligido o incluso controlado en ciertas áreas de su ser, pero él nunca puede ser señoreado o totalmente controlado como puede serlo un no creyente.” [3]

Ya sea que lo llames posesión y opresión, no se sobre tu pero la idea de ser “afligido o incluso controlado en ciertas áreas de su ser” por un demonio no es algo deseable. Así que, déjame mostrarte lo que yo llamaría una posición razonable sobre el asunto.

Si un cristiano habita en una burbuja espiritual inexpugnable, no encontraríamos mandamientos en a Escritura para, “ponernos toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes frente a las

asechanzas del diablo” (Efesios 6:11) y “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Santiago 4:7).

No se nos advertiría de “no dar lugar al diablo” (Efesios 4:27) y a “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. (1 Pedro 5:8)

Estas admoniciones y advertencias en la Biblia son para los cristianos y nos dicen que somos vulnerables a el ataque del enemigo. Ya que eso es verdad, ¿Por qué crees que tales asaltos no pueden tocar nuestra persona interior si hemos abierto la puerta (incluso sin querer hacerlo) y dejar que los perros de ataque del adversario pasen por la abertura?

Cuando se refiere a asegurar que eso no suceda, una forma de ver como mantenernos a salvo es imaginar los canes peligrosos que viven dentro de las fronteras de una cerca electrificada invisible. Si nos quedamos fuera de ese dominio, no pueden alcanzarnos. Pero cruzar esa frontera dentro de su esfera, entonces viéndolo del punto de vista de los perros, es hora de juego.

Las buenas noticias es que “Para eso apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8), así que los cristianos al final son victoriosos sobre el enemigo quien nunca fue contrincante para la segunda persona de la Trinidad. Como dijo un demonio por la boca de su victima cuando fue confrontado por el pastor, “yo no te temo, pero tengo miedo de Aquel quien está dentro de ti”.

Al final, creo que es seguro decir que mantenerse alejados del terreno del enemigo y mantenerse cerca de Jesús es como todos ganamos contra el mal y nos guarda de la demonización.