El océano Índico se está convirtiendo en uno de los principales escenarios de la contienda geopolítica por el dominio estratégico en el Indo-Pacífico. El Océano Índico Occidental (OIO), en particular, se ha convertido en el centro estratégico de los juegos de las grandes potencias. Esta región comprende el Golfo Pérsico, el Mar Arábigo, el Mar Rojo y los estrechos críticos de Bab-el-Mandeb, Ormuz y el Canal de Suez. Es el punto de entrada clave para las grandes potencias y desempeña un papel vital en los cálculos geoestratégicos dada su importancia como ruta de tránsito para el comercio, la seguridad energética y los cables submarinos de datos. Los cables de la WIO están estrechamente vinculados a la dinámica geopolítica del Indo-Pacífico y a las rivalidades entre las naciones de la región. Como centro neurálgico que conecta Europa, Asia y África, la infraestructura tecnológica crítica de cables submarinos de datos de la WIO es esencial para configurar la dinámica de poder. La evolución de la dinámica de seguridad hace necesario examinar la protección y seguridad de los cables como un interés permanente. Este artículo destaca los esfuerzos indios y mundiales para asegurar la infraestructura de tecnologías críticas como estrategia de seguridad nacional. Examina la dinámica de la geoseguridad de los cables en el “gran juego” de la OMC y las contraestrategias de India para contener el empuje tecnológico de China en busca de ganancias geopolíticas.
Cables submarinos de datos
Los cables y conductos submarinos constituyen infraestructuras críticas para el transporte de energía (gas, petróleo y electricidad) y telecomunicaciones. Los cables submarinos de datos, definidos como “medios de comunicación tendidos en el fondo del mar entre dos puntos terminales”[1], pueden clasificarse en dos tipos: cables eléctricos, encargados de transmitir energía, y cables de datos, que facilitan la transmisión de Internet, voz y datos[2] En el ámbito del fomento de las telecomunicaciones y las comunicaciones internacionales, el concepto de libertad de los mares ocupa un lugar central, y la instalación de cables submarinos de datos se perfila como un componente fundamental. Estos cables submarinos de datos se colocan estratégicamente en el fondo del océano, conectando estaciones terrestres, y desempeñan un papel vital en el transporte de tráfico de voz y datos en todo el mundo, sirviendo a múltiples propósitos.
En la era moderna, estos cables de datos se han convertido en el eje de la economía mundial y en una piedra angular de la estrategia de seguridad nacional. La creciente dependencia de las sociedades de Internet para la vida cotidiana subraya la necesidad de una comprensión global del marco que sustenta la seguridad de estos sistemas críticos de comunicación electrónica. En la actualidad, los sistemas basados en cables de fibra óptica son cada vez más preferidos para la transmisión diaria de datos, ya que ofrecen no sólo rentabilidad sino también una transferencia de datos y voz significativamente más rápida en comparación con las alternativas por satélite. Sus aplicaciones se extienden a diversos ámbitos, como la recopilación de datos científicos marinos, la investigación oceanográfica submarina o la cartografía digital de yacimientos de petróleo y gas, entre otros. [3]
La revolución de las tecnologías de la información y la comunicación y los conflictos actuales
La revolución de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), posterior a la Guerra Fría, ha asumido un papel que puede exacerbar los conflictos modernos. El concepto de guerra híbrida, caracterizada por la utilización inteligente e innovadora de tecnologías avanzadas, ha ganado protagonismo. Históricamente, el control de los sistemas de información y comunicación se ha utilizado para obtener beneficios políticos y estratégicos, mediante campañas de desinformación, propaganda y otras tácticas de manipulación para influir en el panorama político e incluso derrocar gobiernos. En el contexto contemporáneo, el alcance generalizado de las TIC ha ampliado la capacidad de los actores malintencionados y de los Estados para influir en poblaciones más amplias al servicio de sus intereses creados[4].
La noción de guerra híbrida ha cobrado gran fuerza, sobre todo tras la invasión rusa de Ucrania. La incertidumbre que rodea a proyectos como Nord Stream y Nord Stream 2, que implican gasoductos multimillonarios a través del mar Báltico, ha alimentado teorías de asociación delictuosas sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas submarinas. Estas infraestructuras se consideran lugares potenciales de ataque para agentes malintencionados que tratan de explotar las vulnerabilidades de los Estados-nación relacionadas con la energía, el poder y la información[5].
La importancia de los cables submarinos de datos
En el mundo interconectado de hoy, Internet y las comunicaciones electrónicas dependen en gran medida de los cables submarinos de datos. Estos cables submarinos facilitan la transmisión de grandes cantidades de datos, tráfico de Internet y voz a través de océanos y naciones, sirviendo de columna vertebral del panorama global contemporáneo[6] El inicio de la comunicación por cable submarino de larga distancia se remonta al siglo XIX, cuando se tendió el primer cable de datos submarino, utilizado para telegrafía, en 1850. Este cable telegráfico de cobre conectaba el Reino Unido y Francia por debajo del Canal de la Mancha. Posteriormente, en 1866, se estableció con éxito el primer cable transatlántico, que marcó importantes hitos en la tecnología de las comunicaciones a larga distancia[7].
La evolución de los cables submarinos los ha hecho más avanzados y extensos, abarcando más de un millón de kilómetros a través del fondo oceánico, uniendo continentes, islas y naciones-estado. En el mundo actual, caracterizado por una “interdependencia compleja”, los cables submarinos de datos se han convertido en una de las infraestructuras más críticas, lo que suscita preocupación por las posibles amenazas antropogénicas y naturales que podrían interrumpir las redes de comunicación, afectando así a economías que van desde estados individuales a continentes enteros. Por consiguiente, existe una necesidad acuciante de evaluar exhaustivamente la arquitectura de gobernanza que rige el tendido, la protección y la seguridad de estas infraestructuras vitales de cables submarinos de datos.
Regímenes autoritarios y control de los cables de datos
Las vías de información y comunicación son fundamentales para la comunidad mundial, y a menudo se describen como una “poderosa herramienta, para la liberación o la represión, dependiendo de quién la controle”[8] En este contexto, es imperativo examinar el papel de los regímenes autoritarios, como la República Popular China (RPC), a la hora de ejercer un control general sobre la industria del cable submarino de datos. Este control se persigue mediante una estrategia de fusión civil-militar, en la que el sector civil colabora con el militar para hacer realidad el sueño chino del “gran rejuvenecimiento de la nación china” para 2049.
La Ruta de la Seda Digital (RDS) de la RPC, anunciada en 2015 como parte de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), subraya el claro vínculo entre la conectividad digital y las ambiciones geopolíticas y geoestratégicas de Pekín de establecer un orden mundial sino-céntrico. Para ello, la RPC está realizando importantes inversiones a través de empresas privadas y estatales en el sector del cable submarino de datos y sus infraestructuras de apoyo. El enfoque de fusión civil-militar facilita la expansión global de estas empresas al tiempo que las alinea con los grandes objetivos geopolíticos de China. Un ejemplo pertinente que se analiza en este documento es el proyecto de cable submarino de datos Pakistán-África Oriental-Conexión con Europa (PEACE) de la República Popular China, que tiene el potencial de convertirse en un importante foco geopolítico en la región de la OTAN. La ventaja estratégica obtenida por la RPC en la región podría tener implicaciones de largo alcance para la arquitectura de seguridad regional, un asunto de preocupación crítica para India y sus intereses.
Seguridad de los cables submarinos de datos
India y el resto del mundo dependen en gran medida de la intrincada red de cables submarinos que atraviesan el lecho marino. Estos cables sirven como puntos estratégicos de comunicación en la autopista global de la información, convirtiéndolos en activos críticos para la seguridad global. Responsables de casi el 97% del tráfico mundial de Internet, estos cables submarinos representan una forma tangible de conectividad transnacional que sigue estando insuficientemente explorada en el discurso geopolítico y de geoseguridad[9]. La ausencia de un marco de gobernanza internacional claramente definido ha suscitado problemas de seguridad, haciendo que estos cables sean susceptibles de sabotaje y espionaje, tanto en tiempos de paz como de guerra. Estos cables pueden otorgar a los Estados-nación una importante ventaja geopolítica y geoestratégica en los asuntos internacionales. En 2023, estarán operativos o en construcción unos 529 sistemas de cables (con una longitud total aproximada de 1,3 millones de kilómetros) y 1.444 estaciones de aterrizaje[10].
Los cables submarinos destacan como el medio más rápido, rentable y fiable para la transmisión mundial de datos. En una era en la que la dependencia mundial de la tecnología digital abarca la comunicación civil, el comercio, la agricultura, la sanidad, la logística militar y las transacciones financieras, estos cables subacuáticos revestidos de acero y plástico se han convertido en indispensables para la seguridad nacional. Cualquier interrupción de estos cables podría paralizar la región afectada y llevar al mundo al borde de una “nueva gran depresión”[11] Un incidente ilustrativo ocurrió en enero de 2022, cuando una erupción volcánica cortó el único cable de fibra óptica que conectaba Tonga con el resto del mundo: el cable de Tonga a Fiyi. Este suceso dejó a Tonga en un estado de aislamiento informativo, lo que provocó graves pérdidas económicas y dificultó la coordinación rápida y eficaz de la ayuda humanitaria internacional. Este episodio puso de relieve el imperativo de una mayor seguridad en torno a estos cables, que son fundamentales para la conectividad mundial[12].
Desde la perspectiva de que casi todos los gobiernos del mundo utilizan estos cables para facilitar la comunicación externa e interna, no se puede exagerar la importancia de los cables submarinos en la diplomacia, las comunicaciones militares y el comercio. Estos cables facilitan la transmisión de transacciones por valor de hasta 10 billones de dólares al día, principalmente a través de entidades privadas, ya que el uso de satélites gubernamentales para datos clasificados sigue siendo limitado. En consecuencia, la gran dependencia de estos componentes de infraestructuras críticas por parte de organismos gubernamentales y militares puede tener repercusiones catastróficas en la seguridad de un Estado y en su capacidad para responder a amenazas emergentes. Un ejemplo de ello es el incidente de 2008 en el que se rompió un cable submarino entre Egipto e Italia, lo que provocó una disminución sustancial de los vuelos de aviones no tripulados estadounidenses a Irak[13] Así pues, la cuestión de la propiedad, la construcción, el funcionamiento y el control de estas infraestructuras críticas ha cobrado más relevancia que nunca.
El sector privado ostenta el monopolio de la planificación, producción, despliegue y mantenimiento de estos cables submarinos. En la actualidad, SubCom de los Estados Unidos de América, Alcatel Submarine Network de Francia, NEC de Japón y Huawei Marine Networks de China son los cuatro mayores proveedores, propietarios y constructores de cables submarinos a nivel mundial[14] La participación de China en el sector mundial de cables submarinos aumentó al 11,4 por ciento en 2019, y China ahora tiene como objetivo ampliar su participación al 20 por ciento entre 2025 y 2030[15].
Recientemente, la naturaleza crítica de la red de comunicaciones por cable submarino ha pasado a primer plano en las consideraciones de seguridad de la comunidad estratégica occidental. Ha surgido la preocupación por la posibilidad de que Rusia aproveche estos cables submarinos para interrumpir sus enlaces de comunicación con el mundo, paralizando así sus economías y otras facetas de la vida cotidiana como represalia por su apoyo a Ucrania en el conflicto actual. El aumento de la actividad de los submarinos rusos en las proximidades de estos cables submarinos es motivo de gran preocupación. El almirante británico Tony Radakin señaló: “Los cables submarinos que transmiten datos de Internet son ‘el verdadero sistema de información del mundo’, y añadió que cualquier intento de dañarlos podría considerarse un ‘acto de guerra’”[16] En consecuencia, la posibilidad de sabotaje de los cables submarinos en tiempos de paz o de conflicto ha acentuado las vulnerabilidades, los factores de riesgo y los indicadores de perturbación en la red mundial de cables submarinos y las infraestructuras de apoyo, incluidos los cables submarinos de la WIO.
En el contexto de la creciente rivalidad tecnológica entre India y China, especialmente en los ámbitos del espionaje y la adquisición de datos, resulta imperativo reconocer el papel omnipresente de los cables submarinos en estas fricciones geopolíticas cada vez más intensas. La estrategia china de DSR se perfila como un potente instrumento que podría utilizarse para interrumpir, sabotear o recabar clandestinamente información de los cables submarinos. Estos cables son el eje de las redes de comunicación mundiales y son fundamentales para los intereses estratégicos de ambas naciones. La manipulación deliberada o el compromiso de los cables submarinos podría proporcionar a China una clara ventaja geopolítica en la actual competición o en futuros conflictos con India en la región.
La Ruta de la Seda Digital: La expansión submarina de China y su estrategia de guerra digital
Anunciado en 2015 como un componente digital de la BRI, el plan DSR de la RPC pretende construir una infraestructura digital sino-céntrica. Sus objetivos incluyen la exportación de las capacidades digitales de Pekín, la promoción de las empresas tecnológicas chinas y el acceso a vastos repositorios de datos. La RPC prevé que el DSR amplíe su influencia digital en toda la región del Indo-Pacífico invirtiendo en información crítica e infraestructura digital, incluidos cables submarinos, redes de fibra óptica, redes de quinta generación (5G) y centros de datos en el extranjero[17].
En consecuencia, se ha producido un notable aumento del compromiso de Pekín con los Estados africanos, latinoamericanos y de Asia Occidental, especialmente en el desarrollo de infraestructuras digitales. Este compromiso presenta importantes oportunidades. Como subconjunto de la BRI, la DSR apoya estratégicamente la aspiración de la RPC de alcanzar el rejuvenecimiento nacional en 2049. Para ello, financia, construye y desarrolla infraestructuras en los países del Indo-Pacífico. Un ejemplo destacado es la amplia participación de la multinacional china Huawei en el desarrollo de infraestructuras de información críticas en muchos países africanos, con especial atención al programa “Ciudades Seguras”. Los analistas han expresado su preocupación, sospechando que Pekín emplea a sus multinacionales como agentes estatales para vigilar y ejercer un control autoritario sobre el flujo de información digital al servicio de los intereses del Partido Comunista Chino (PCCh) en las regiones africanas ricas en recursos[18].
Más de 150 países han firmado acuerdos de cooperación relacionados con la BRI de China[19]. Pekín pretende emplear la DSR como un potente instrumento para impulsar sus políticas expansionistas y emplear la coerción económica a través de una estrategia de fusión civil-militar hábilmente diseñada.
China sigue mejorando sus capacidades no convencionales para obtener una ventaja en el panorama de la guerra digital. El PCCh invierte en la modernización de la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL), lo que le permite ampliar sus activos navales bajo el agua. Esta expansión tiene como objetivo interrumpir eficazmente las líneas de comunicación del adversario en la guerra digital. Los preparativos de China se orientan hacia el conflicto asimétrico, centrándose en operar en “zonas grises” en lugar de participar en guerras a gran escala[20]. [20] Esta estrategia de guerra digital promete resultados sustanciales con una inversión mínima en recursos.
En este contexto, la DSR de Pekín pretende establecer un orden digital global sino-céntrico mediante la expansión y exportación de tecnología china a través de corporaciones controladas por el Estado y privadas[21]. Esta estrategia garantiza a la RPC el acceso a amplios repositorios de datos. En 1999, la RPC introdujo su estrategia “Go Out” o “Going Global”, incentivando a las empresas estatales y privadas a invertir y expandirse globalmente[22]. Pekín proporcionó incentivos y préstamos subvencionados a empresas tecnológicas para que se expandieran a regiones estratégicas de todo el mundo[23]. Además, China promulgó múltiples leyes que obligan a las empresas chinas a “apoyar, ayudar y cooperar en los esfuerzos de inteligencia y seguridad nacional del gobierno”[24].
Una de estas leyes es la Ley de Inteligencia Nacional de 2017, que obliga a todas las organizaciones y ciudadanos a cooperar con el trabajo de inteligencia estatal y mantener el secreto del trabajo de inteligencia nacional. Esto otorga al PCCh poderes extraordinarios para participar en el sabotaje, el espionaje, la piratería informática y la vigilancia de las redes de comunicación de un adversario, lo que permite la recopilación de información económica, diplomática y militar sensible necesaria para perseguir sus objetivos estratégicos.”[25] Esta amenaza a las redes de comunicación estadounidenses fue reconocida en el informe de Evaluación de Amenazas Mundiales de 2019, donde el Director de Inteligencia Nacional advirtió que “China presenta una amenaza persistente de ciberespionaje y una creciente amenaza de ataque a nuestros principales sistemas militares y de infraestructura crítica.”[26]
Con la entrada en funcionamiento del proyectado cable submarino PEACE, la expansión de la infraestructura submarina y el autoritarismo digital de China recibirán un impulso significativo. El PCCh aprovecha la tecnología de comunicaciones de vanguardia para reforzar su control interno y ampliar su influencia en el exterior. El cable PEACE, de propiedad privada e inversión de Peace Cable International Network Co., Limited (filial del grupo chino HENGTONG) y suministrado por HMN Tech (antes Huawei Marine Networks), otorgará a China una ventaja vital en la región[27] El proyecto consta de tres segmentos. Inicialmente, un cable submarino se extenderá desde Pakistán hasta Francia, pasando por el Mar Rojo y el Canal de Suez, para desembarcar finalmente en Francia. Otro ramal del cable PEACE atravesará África Oriental, conectando Kenia y Seychelles, y continuará hasta las Maldivas antes de llegar finalmente a Singapur. El tercer y último tramo del cable PEACE se extenderá hacia Sudáfrica, proporcionando conectividad a la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), África Oriental, Asia Occidental y Europa, ampliando así la huella digital china. Esta expansión estratégica permite a China reafirmarse tanto geopolítica como geoeconómicamente, desafiando potencialmente el dominio de Estados Unidos e India en la región.
China posee actualmente activos de infraestructura clave en zonas de gran importancia geopolítica, como el puerto de Gwadar (Pakistán), operado por China Overseas Ports Holding Company; Yibuti (la primera base militar china en el extranjero); y Egipto (el mayor socio comercial de Pekín en la región). Estos activos son estratégicamente vitales para las ambiciones geopolíticas de Pekín, ya que facilitan sus importaciones comerciales y energéticas a través de puntos de estrangulamiento clave adyacentes a estos Estados. Así pues, China y Huawei, el ejecutor del proyecto, han seleccionado estratégicamente naciones de gran importancia geoestratégica como lugares intermedios para promover sus objetivos y actividades estratégicas.
Con el cable PEACE, China establece una presencia permanente en los puntos de estrangulamiento estratégicos de estas infraestructuras críticas. Las estaciones de desembarco en Pakistán y Yibuti proporcionan a la Armada del Ejército Popular de Liberación una ventaja estratégica, ya que permiten el estacionamiento permanente en la región WIO y facilitan la recopilación de información estratégica para las operaciones tanto aéreas como submarinas en estos puntos de estrangulamiento clave. Las inversiones chinas en infraestructuras digitales, cables de fibra óptica, asociaciones empresariales y conocimientos técnicos en estos países clave ampliarán la influencia de Pekín en la transición de estas economías a las plataformas digitales.
La creciente influencia económica y de poder blando de China, impulsada por las infraestructuras y las iniciativas digitales, tiene el potencial de desplazar a India de su posición tradicionalmente dominante en su extensa vecindad marítima. A medida que Pekín desplaza su centro de atención hacia la OMI y el Indo-Pacífico ampliado, países como Pakistán, Yibuti y Egipto, con sus importantes intersecciones digitales y pasos marítimos vitales, pueden alinearse cada vez más con la esfera de influencia de China. Los cables submarinos que aterrizan en China continental o las instalaciones financiadas por los préstamos de la BRI de China otorgan a la RPC la influencia necesaria para llevar a cabo amplias campañas de propaganda geopolítica, con el objetivo de negar a sus oponentes la ventaja estratégica del espacio y la tecnología en la actual competencia entre grandes potencias.
El reto de la seguridad: sabotaje y espionaje
Los cables submarinos representan una infraestructura crítica susceptible de sabotaje y espionaje, incluidos los daños físicos. Cualquier interrupción de estos cables podría tener repercusiones mundiales devastadoras. El sabotaje de estos cables puede verse como una maniobra estratégica para debilitar a un adversario antes del estallido de una guerra cinética[28]. Los Estados o los actores no estatales patrocinados por el Estado a menudo emplean submarinos especialmente equipados y técnicas para intervenir o cortar completamente los cables submarinos, como se ejemplificó en 2013, cuando tres individuos equipados con equipos de buceo especializados y barcos de pesca intentaron cortar el cable submarino SEA-ME-WE 4. Este incidente interrumpió el tráfico de comunicaciones entre Europa y Estados Unidos. Este incidente interrumpió el tráfico de comunicaciones entre Europa y Egipto, subrayando la vulnerabilidad de estos activos vitales[29].
Otra infraestructura crítica en riesgo de sabotaje son las estaciones de aterrizaje de cables, donde los cables submarinos se conectan a las redes terrestres de comunicación digital. La convergencia de múltiples cables en estas estaciones las convierte en objetivos principales durante los conflictos. Además, amenazas naturales como ataques de tiburones, terremotos y tsunamis suponen un riesgo de interrupción. Sin embargo, lo que más preocupa a la comunidad estratégica es la amenaza deliberada a estos activos cruciales. Las flotas pesqueras chinas, bajo el pretexto de un error humano, podrían dañar intencionadamente estos cables, o unidades especializadas de la Armada del EPL podrían emprender misiones para interrumpir el flujo de comunicaciones.
Acontecimientos recientes han puesto de relieve la posibilidad de que los cables submarinos se vean envueltos en conflictos entre China y Taiwán. En febrero de 2023, buques marítimos chinos cortaron dos cables de comunicación que unían Taiwán con sus islas Matsu, provocando interrupciones en la conectividad a Internet de los residentes de la isla. El ataque “involuntario” a estos cables cerca de la costa china podría interpretarse como una maniobra calculada para demostrar la capacidad de China de interrumpir las comunicaciones y aislar potencialmente a Taiwán[30]. Estos incidentes ponen de relieve la importancia de los cables submarinos como herramientas para aprovechar el poder en los conflictos modernos.
En cambio, el espionaje no implica necesariamente dañar o interrumpir los cables submarinos, sino que se ejecuta de forma encubierta para obtener acceso a los datos que fluyen a través de estos cables, ya sea bajo el agua o en centros de aterrizaje o de datos designados. Para ello se requiere formación y técnicas especializadas. La Universidad de Ciencia e Ingeniería del Ejército Popular de Liberación de China ofrece formación a medida en guerra digital avanzada e investigación relacionada con la tecnología de defensa y el equipamiento militar[31] China está acortando rápidamente distancias con Estados Unidos y Rusia en este campo. Rusia, por ejemplo, posee el AGS, un pequeño minisubmarino de propulsión nuclear capaz de intervenir cables de fibra óptica en entornos submarinos difíciles[32] Estados Unidos también ha llevado a cabo operaciones de intervención de cables, especialmente durante la Guerra Fría, cuando el submarino USS Halibut interceptó información sensible de un cable militar que atravesaba el Mar de Okhotsk hasta la península de Kamchatka, en el este de la Unión Soviética. Esta operación, cuyo nombre en clave era Ivy Bells, se prolongó durante una década y en ella se utilizaron tres submarinos especialmente modificados[33] La capacidad de interceptar y recopilar información proporciona importantes ventajas al ejército de una nación. Las tácticas de sabotaje y espionaje pueden emplearse simultáneamente, como demostró Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial, cuando cortó la mayor parte de las redes telegráficas submarinas alemanas, dejando intacto un cable, que posteriormente fue intervenido para recabar información vital durante la guerra[34].
El DSR se concibe como una respuesta a la guerra no convencional, proporcionando al PLA mando y control sobre las puertas de comunicación estratégicas del mundo. Las inversiones en estas infraestructuras pretenden proporcionar a la RPC inteligencia, información militar sobre el campo de batalla y ventajas geopolíticas mucho más allá de sus zonas de ataque. La base de datos digital aumenta la flexibilidad operativa y la capacidad de respuesta del EPL tanto en escenarios de guerra convencionales como no convencionales. El EPL considera la guerra digital como un componente integral de la guerra moderna, haciendo hincapié en “suprimir, degradar, interrumpir o engañar al equipo electrónico enemigo”[35] El documento del Departamento de Defensa de EEUU 2020 Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China afirma claramente que:
China ha identificado públicamente el ciberespacio como un dominio crítico para la seguridad nacional y ha declarado su intención de acelerar el desarrollo de sus fuerzas cibernéticas. La República Popular China presenta amenazas significativas y persistentes de ciberespionaje y ataques a sistemas militares y de infraestructuras críticas. China busca crear efectos perturbadores y destructivos -desde ataques de denegación de servicio hasta interrupciones físicas de infraestructuras críticas- para influir en la toma de decisiones y perturbar las operaciones militares en las fases iniciales de un conflicto, apuntando y explotando las debilidades percibidas de adversarios militarmente superiores. . . . Fuentes autorizadas del EPL abogan por el empleo coordinado de la guerra espacial, cibernética y electrónica como armas estratégicas para “paralizar el sistema de sistemas operativos del enemigo” y “sabotear el sistema de sistemas de mando de guerra del enemigo” en las primeras fases de un conflicto. Cada vez más, el EPL considera las capacidades cibernéticas un componente crítico en su postura global de disuasión estratégica integrada, junto con la disuasión espacial y nuclear[36].
Respuesta estratégica y opciones de India
Este artículo considera una matriz de posibles respuestas estratégicas, teniendo en cuenta las implicaciones de la DSR en el panorama geopolítico y de geoseguridad en el extenso vecindario marítimo de India. La ausencia de una estrategia singular o coordinada para gobernar y proteger los cables submarinos exige una atención inmediata. India posee ventajas demográficas, económicas y geográficas sin parangón, lo que sitúa a Nueva Delhi en una posición inmejorable para convertirse en un destacado actor mundial en el ámbito de las redes de cables submarinos. Sin embargo, para aprovechar este importante potencial es necesario que el gobierno indio establezca políticas y normativas que fomenten la inversión, en consonancia con el rápido crecimiento de su economía digital.
Asumiendo el papel fundamental de centro mundial y regional de redes de cable submarino de datos, India puede servir de contramedida estratégica a las ambiciones de China y mejorar su destreza digital en la escena mundial. Para lograr una seguridad completa y holística de los sistemas de cables submarinos de datos, es imprescindible una combinación de estrategias operativas y un planteamiento de salvaguardia sólido. Este enfoque abarca el patrullaje en alta mar, el establecimiento de zonas de protección de cables y la aplicación de un marco de auditoría de seguridad bien definido para contrarrestar las amenazas de guerra digital.
A medida que India hace crecer rápidamente su economía digital, tiene razones de peso para mantener la vigilancia sobre las posibles amenazas a los cables submarinos. Reconociendo la importancia vital de salvaguardar su prosperidad y seguridad nacionales, India debería contemplar la adopción de soluciones políticas innovadoras que recuerden a las zonas de protección de cables (CPZ) establecidas por Australia y Nueva Zelanda. Estas CPZ delimitarían áreas restringidas dentro de las aguas soberanas de India, donde actividades como el fondeo, la pesca de arrastre de fondo y tipos específicos de pesca se enfrentarían a prohibiciones para evitar daños a los cables. Para garantizar su cumplimiento, India podría imponer multas considerables a los infractores, siguiendo el estricto marco de la Ley de Telecomunicaciones australiana de 1997[37]. Además, los buques que operen dentro de estas zonas deberían estar obligados a transmitir su posición a los guardacostas indios para su vigilancia continua, utilizando radares costeros, aviones de vigilancia, vehículos aéreos no tripulados y patrullas de superficie.
Los pasos dados, como la creación de la Agencia de Ciberdefensa de tres servicios en 2018 y las recomendaciones de la Autoridad Reguladora de Telecomunicaciones de la India (TRAI) sobre el Marco de Licencias y el Mecanismo Regulador para el Aterrizaje de Cables Submarinos en la India, demuestran el compromiso de la India en la dirección correcta[38] La reciente legislación de la TRAI, que propone designar los cables submarinos como infraestructura de información crítica elegible para la protección del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas de Información (NCIIPC), mejora su seguridad y los blinda contra posibles amenazas cibernéticas, fortaleciendo su salvaguardia. Sin embargo, abordar este reto de seguridad transnacional exige una respuesta más global.
Los Estados-nación afines deben colaborar para proporcionar una red digital democrática alternativa a las ofertas autocráticas de China. Las iniciativas del grupo de países Quad, que incluye a India, Japón, Australia y Estados Unidos, junto con otras potencias afines como la Unión Europea, deberían tener como objetivo desafiar la posición dominante de China en este ámbito tecnológico. Ya se han dado pasos positivos en esta dirección: los esfuerzos por desarrollar marcos reguladores para el mercado del cable submarino y la formación del Grupo de Trabajo sobre Tecnologías Críticas y Emergentes demuestran la intención de colaborar en este campo estratégico[39].
La Quad Partnership for Cable Connectivity and Resilience, centrada en la mejora de los sistemas de cable indopacíficos gracias a la experiencia de las naciones de la Quad, da prioridad a las infraestructuras regionales y representa una decisión bien acogida. Su objetivo es unir a las partes interesadas de los sectores público y privado para rectificar las deficiencias de las infraestructuras y sincronizar los avances futuros, una misión que asumirá un papel fundamental a la hora de forjar una ruta de comunicación democrática y abierta para la región Indo-Pacífica y más allá, garantizando así una mayor conectividad y resistencia. Es probable que iniciativas como el Programa Indo-Pacífico de Conectividad y Resiliencia por Cable de Australia y la oferta de ayuda de Estados Unidos a través del programa CABLES den resultados positivos a la hora de contener el expansionismo de China en el ámbito digital[40].
Para garantizar la sólida protección y el crecimiento sostenido de la infraestructura de cables submarinos en la OMI y más allá, Nueva Delhi debe aprovechar la rápida expansión de la economía digital de la India, su ubicación estratégica como centro mundial de conectividad, su abundante experiencia técnica en la industria tecnológica, su creciente influencia mundial y los esfuerzos en curso para ampliar la conectividad. En este contexto, el lanzamiento del Corredor Económico transcontinental y transoceánico India-Oriente Medio-Europa (IMEC, por sus siglas en inglés) durante la recién concluida cumbre del G-20 en Nueva Delhi representa una audaz iniciativa geoeconómica de una escala sin precedentes desde que China dio a conocer su BRI en 2013[41]. El IMEC une a naciones socias capaces de aunar recursos, remodelar las cadenas de suministro, las redes de producción y las esferas de influencia en el marco de la iniciativa Asociación para la Infraestructura y la Inversión Mundiales (PGII, por sus siglas en inglés), reduciendo la excesiva dependencia de China en el comercio mundial y las infraestructuras críticas. El corredor abarca un ámbito muy amplio, que incluye un enlace ferroviario, un cable eléctrico, un oleoducto de hidrógeno y un cable de datos de alta velocidad. A diferencia de la naturaleza opaca y poco transparente de la BRI, el IMEC prioriza la viabilidad y obtiene financiación de múltiples fuentes, especialmente a través de asociaciones público-privadas, fomentando un ecosistema tecnológico caracterizado por la resiliencia, la integridad, la apertura, la confianza y la seguridad, reforzando los principios democráticos y los derechos humanos. A través del IMEC, India aprovecha su posición estratégica para colaborar con naciones extranjeras amigas, contrarrestando la influencia de China y ofreciendo una alternativa democrática a la comunidad mundial. Juntos, los países con ideas afines se organizan y movilizan para garantizar que las tecnologías se alineen con los principios, las instituciones y las sociedades democráticas, en lugar de socavarlos.
En el contexto de los cables submarinos que abarcan diversas aguas territoriales y están sujetos a diferentes políticas y normativas nacionales, la publicación de las “Directrices de la ASEAN para reforzar la resistencia y la reparación de cables submarinos” en 2019 sirve de notable precedente[42] Inspirándose en la iniciativa de la ASEAN, la India puede asumir un papel de liderazgo en la defensa del desarrollo de una directriz similar dentro de la Asociación de la Cuenca del Océano Índico (IORA), agilizando y simplificando el proceso de solicitud de permisos para la reparación de cables. Además, aprovechando el potencial de colaboración del Simposio Naval del Océano Índico (IONS), India puede fomentar mecanismos de cooperación destinados a mejorar la seguridad de los cables submarinos. Los mecanismos marítimos multilaterales de la región, ejemplificados por el IORA, son prometedores para hacer frente a las amenazas no tradicionales a la seguridad, especialmente a la luz de los recientes esfuerzos para abordar las preocupaciones en materia de seguridad marítima. La IONS, que sirve de foro para los profesionales navales de 35 Estados miembros, proporciona una plataforma estratégica para el intercambio de conocimientos y la creación de consenso sobre cuestiones de seguridad marítima en el Océano Índico, lo que la convierte en una vía ideal para las iniciativas de colaboración en materia de protección de cables submarinos.
Otras estrategias deberían consistir en restringir la transmisión de datos sensibles y críticos a través de cables submarinos de propiedad privada. Además, debe darse prioridad a la mejora de la capacidad nacional y a la inversión en modernización militar para proteger estas redes vitales de cables submarinos. Las evaluaciones periódicas de los riesgos y la supervisión de estos proyectos de cables deben integrarse en las estrategias defensivas y ofensivas de los Estados. Por lo tanto, es imperativo que India acelere sus esfuerzos para desarrollar e integrar sistemas autónomos no tripulados, en particular vehículos submarinos no tripulados (UUV), en sus operaciones navales. El retraso en la construcción y adquisición de vehículos submarinos autónomos de alta resistencia (HEAUV) subraya la urgente necesidad de mejorar las capacidades de conocimiento del dominio submarino. Aunque la producción nacional es deseable, la dependencia inmediata de las importaciones de UUV es fundamental para colmar el déficit de capacidad. Los esfuerzos de colaboración entre empresas privadas, los proyectos de investigación y desarrollo y un enfoque integrador que implique a todas las partes interesadas serán fundamentales para acelerar el avance tecnológico de los UUV, crucial para la guerra submarina. El proyecto insignia aprobado de vehículos submarinos no tripulados extragrandes (XLUUV, por sus siglas en inglés) debería proseguirse enérgicamente, con la finalización del prototipo prevista para 2025[43]. Estos XLUUV, diseñados para inteligencia, vigilancia y reconocimiento, guerra antisubmarina, de superficie y de minas, mejorarán significativamente las capacidades de conocimiento del dominio submarino (UDA, por sus siglas en inglés) de India, alineándose con el cambiante panorama de seguridad de las operaciones navales en la región del Océano Índico.
Dado que una mayoría significativa de estos cables son propiedad de empresas privadas, que se encargan de su explotación y gestión, garantizar el compromiso del sector privado con la seguridad nacional se convierte en un aspecto esencial de la planificación política. Fomentar modelos de asociación público-privada en este sector puede mitigar los riesgos asociados al sabotaje y el espionaje. Igualmente importante es el desarrollo de un plan de contingencia para hacer frente con prontitud a las perturbaciones.
Por último, India debería comprometerse con la comunidad internacional y unir a Estados de ideas afines para establecer un marco jurídico internacional global que garantice la seguridad de estas infraestructuras críticas.
Conclusión
Mientras nos adentramos en las profundidades de los océanos del mundo, se está librando una batalla discreta pero significativa por la supremacía mundial. La estrategia de guerra digital de China está cristalizando a través de iniciativas como el cable PEACE y su establecimiento de bases submarinas para cables submarinos en el Mar de China Meridional y el Mar de China Oriental. Las comunidades estratégicas occidental e india son plenamente conscientes de la creciente capacidad y habilidad de China para extender su dominio digital por todo el planeta.
La creciente dependencia de la comunidad internacional de las tecnologías chinas tiene implicaciones de gran alcance para la geopolítica, la economía y la seguridad mundial. Los cables PEACE previstos por China están forjando profundas conexiones con las regiones de África Oriental y Asia Occidental, lo que supone una amenaza para la seguridad nacional, regional y mundial.
Dadas las limitaciones a las que se enfrenta India, resulta imperativo embarcarse en un esfuerzo coordinado para desarrollar infraestructuras críticas que puedan igualar el potencial de China. La DSR, diseñada para facilitar el ascenso de China al estatus de superpotencia con estrategias no convencionales, exige contraestrategias para frenar el ascenso chino.
En las profundidades del mundo submarino, el escenario está preparado para una batalla de supremacía digital. La forma en que las naciones respondan a este desafío determinará el futuro de las redes mundiales de información y el equilibrio de poder en la era digital. Los cables submarinos, a menudo ocultos a la vista pero fundamentales para nuestro mundo interconectado, se han convertido en el campo de batalla donde se libra la lucha por el dominio.
Raghvendra Kumar
El Sr. Kumar es investigador y analista independiente especializado en geopolítica y asuntos marítimos del Océano Índico. Recientemente ha presentado su tesis doctoral, “China’s Engagement with Western Indian Ocean Island States of Africa: Implications for India”, en el Departamento de Estudios Africanos de la Universidad de Delhi (India). Anteriormente trabajó como investigador asociado en el Grupo de Geoestrategias Marítimas de África (AMG), de la prestigiosa Fundación Marítima Nacional (NMF) de Delhi, ampliando su experiencia en geoestrategias marítimas. Antes de trabajar en la NMF, Kumar impartió clases a estudiantes universitarios en el Departamento de Ciencias Políticas del Maharaja Agrasen College de la Universidad de Delhi. Sus áreas de interés incluyen, entre otras, África en el Océano Índico, India y China en la geopolítica del Océano Índico, estudios de seguridad marítima y retos de seguridad no tradicionales.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor. No reflejan necesariamente la política o posición oficial de ninguna agencia del Gobierno de los Estados Unidos, de la revista Diálogo o de sus miembros. Este artículo de Academia fue traducido por máquina.
Notas
[1] Lionel Carter y otros, Submarine Cables and the Oceans: Connecting the World (Cambridge, Reino Unido: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2009).
[2] Tara Davenport, “The Installation of Submarine Power Cables under UNCLOS: Legal and Policy Issues”, German Yearbook of International Law 56 (2013): 107-48.
[3] Edward J. Malecki y Hu Wei, “A Wired World: The Evolving Geography of Submarine Cables and the Shift to Asia”, Annals of the Association of American Geographers 99, nº 2 (2009): 360-82, https://doi.org/; Tara Davenport, “Submarine Communications Cables and Science: A New Frontier in Ocean Governance?”, en Science Technology, and New Challenges to Ocean Law, ed. Harry N. Scheiber y Moon-Sang Kwon (Leiden: Brill, 2015), 209-52; y Emily Waltz, “Offshore Wind May Power the Future”, Scientific American, 20 de octubre de 2008, https://www.scientificamerican.com/.
[4] Ofer Fridman, Vitaly Kabernik, James C. Pearce, eds. Hybrid Conflicts and Information Warfare: New Labels, Old Politics (Boulder, CO: Lynne Rienner, 2018), 1.
[5] “White House Says Blog Post on Nord Stream Explosion ‘Utterly False’”, Reuters, 8 de febrero de 2023, https://www.reuters.com/.
[6] Nicole Starosielski, La red submarina (Durham, NC: Duke University Press, 2015), 1-25.
[7] Jonathan E. Hillman, La ruta de la seda digital: China’s Quest to Wire the World and Win the Future (Nueva York: Harper Business, 2021).
[8] Hillman, La ruta digital de la seda.
[9] James Dean y otros, Threats to Undersea Cable Communications (Washington, DC: Public-Private Analytic Exchange Program, 28 de septiembre de 2017), https://www.hsdl.org/.
[10] “Preguntas frecuentes sobre el cable submarino”, TeleGeography, 2023, https://www2.telegeography.com/.
[11] James Rickards, La nueva gran depresión: Winners and Losers in a Post-Pandemic World (Nueva York: Portfolio/Penguin, 2021).
[12] Winston Qiu, “Tonga Cables Cut after Volcanic Eruption, at least Four Weeks to Restore”, Submarine Cable Networks, 19 de enero de 2022, https://www.submarinenetworks.com/.
[13] Michael Sechrist, “Cyberspace in Deep Water: Protecting Undersea Communications Cables by Creating an International Public-Private Partnership” (ejercicio de análisis político, Harvard Kennedy School of Government, 23 de marzo de 2010), https://www.belfercenter.org/.
[14] Colin Wall y Pierre Morcos, “Invisible and Vital: Undersea Cables and Transatlantic Security”, Center for Strategic and International Studies, 11 de junio de 2021, https://www.csis.org/.
[15] Helene Fouquet, “China’s 7,500-Mile Undersea Cable to Europe Fuels Internet Feud”, Bloomberg, 4 de marzo de 2021, https://www.bloomberg.com/.
[16] PA Media, “UK Military Chief Warns of Russian Threat to Vital Undersea Cables”, The Guardian, 8 de enero de 2022, https://www.theguardian.com/.
[17] Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China (Washington, DC: Oficina del Secretario de Defensa, 2020), https://media.defense.gov/.
[18] Bulelani Jili, “A Technological Fix: The Adoption of Chinese Public Security Systems”, Georgetown Journal of International Affairs, 20 de enero de 2023, https://gjia.georgetown.edu/.
[19] Xue Gong, “The Belt and Road Initiative Is Still China’s ‘Gala’ but Without as Much Luster”, Carnegie Endowment for International Peace, 3 de marzo de 2023, https://carnegieendowment.org/.
[20] Peter Layton, “Bringing the Grey Zone into Focus”, The Interpreter, 22 de julio de 2021, https://www.lowyinstitute.org/.
[21] Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China (2020).
[22] Nargiza Salidjanova, Going Out: An Overview of China’s Outward Foreign Direct Investment (Washington, DC: U.S.-China Economic & Security Review Commission, 30 de marzo de 2011), https://www.uscc.gov/.
[23] Hongying Wang, “A Deeper Look at China’s “Going Out” Policy”, Centre for International Governance Innovation, 8 de marzo de 2016, https://www.cigionline.org/; y Salidjanova, Going Out.
[24] Ley de Inteligencia Nacional de la República Popular, Art. 7 (adoptada el 27 de junio de 2017), http://cs.brown.edu/. Asimismo, véanse otras leyes chinas pertinentes que obligan a los ciudadanos y las organizaciones a ayudar en los esfuerzos de “seguridad nacional”, incluidas las leyes sobre Contraespionaje (2014), Seguridad Nacional (2015), Antiterrorismo (2015) y Ciberseguridad (2016).
[25] 4 Ley de Inteligencia Nacional de la República Popular, art. 7.
[26] Declaración de Daniel R. Coats, Director de Inteligencia Nacional, “Worldwide Threat Assessment of the US Intelligence Community”, Declaración para que conste en acta ante el Comité Selecto de Inteligencia, 116th Cong. 5, Sess. 1 (29 de enero de 2019), https://www.dni.gov/.
[27] “PEACE”, Submarine Cable Networks (sitio web), sin fecha, https://www.submarinenetworks.com/.
[28] Jon R. Lindsay y Lucas Kello, “Correspondencia: Un desacuerdo cibernético”, International Security 39, nº 2 (2014): 181-92, https://direct.mit.edu/.
[29] Charles Arthur, “Undersea Internet Cables off Egypt Disrupted as Navy Arrests Three”, The Guardian, 28 de marzo de 2013, https://www.theguardian.com/.
[30] Wen Lii, “After Chinese Vessels Cut Matsu Internet Cables, Taiwan Seeks to Improve Its Communications Resilience”, The Diplomat, 15 de abril de 2023, https://thediplomat.com/.
[31] Thomas J. Bickford, “Professional Military Education in the Chinese People’s Liberation Army: A Preliminary Assessment of Problems and Prospects”, en A Poverty of Riches: New Challenges and Opportunities in PLA Research, ed. James C. Mulvenon y Andrew B. Bickford. James C. Mulvenon y Andrew N. D. Yang (Santa Monica, CA: RAND, 2003), 17, https://www.rand.org/.
[32] H I Sutton, “How Russian Spy Submarines Can Interfere with Undersea Internet Cables”, Forbes, 19 de agosto de 2020, https://www.forbes.com/.
[33] Sherry Sontag, Christopher Drew y Annette Lawrence Drew, Blind Man’s Bluff: The Untold Story of American Submarine Espionage (Nueva York: Public Affairs, 2016).
[34] Garrett Hinck, “Cutting the Cord: The Legal Regime Protecting Undersea Cables”, Lawfare (blog), 21 de noviembre de 2017, https://www.lawfaremedia.org/.
[35] Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China (2020).
[36] Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China (2020), 83.
[37] Telecommunications and Other Legislation Amendment (Protection of Submarine Cables and Other Measures) Act 2005. https://www.legislation.gov.au/.
[38] “TRAI releases recommendations on ‘Licensing Framework and Regulatory Mechanism for Submarine Cable Landing in India’” (comunicado de prensa, Ministerio de Comunicaciones [India], 20 de junio de 2023), https://pib.gov.in/.
[39] Elizabeth Roche, “Quad Can Pool Resources to Prevent China from Dominating Global Tech”, Live Mint, 28 de junio de 2021, https://www.livemint.com/. Véase también “Quad Summit” (hoja informativa, Casa Blanca, 12 de marzo de 2021), https://www.whitehouse.gov/.
[40] “Quad Leaders’ Summit Fact Sheet” (hoja informativa, Casa Blanca, 20 de mayo de 2023), https://www.whitehouse.gov/.
[41] “Partnership for Global Infrastructure and Investment (PGII) & India-Middle East-Europe Economic Corridor (IMEC)” (comunicado de prensa, Ministerio de Asuntos Exteriores [India], 9 de septiembre de 2023), https://www.mea.gov.in/.
[42] “ASEAN Guidelines for Strengthening Resilience and Repair of Submarine Cables”, ASEAN, s.f., https://asean.org/.
[43] Gobierno de la India, “Invitation for Expression of Interest (EOI): Indigenous Development of High Endurance Autonomous Underwater Vehicle-Anti-Submarine Warfare Project HEAUY-ASW”, Make in India Defence, 24 de marzo de 2023, https://www.makeinindiadefence.gov.in/.
Laura Solano
Fuente de esta noticia: https://dialogo-americas.com/es/articles/proteger-el-fondo-marino-digital-contrarrestar-las-ambiciones-submarinas-de-china/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=proteger-el-fondo-marino-digital-contrarrestar-las-ambiciones-submarinas-de-china
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