Rubén Ramírez mantuvo reuniones con Brian Nichols y Luis Almagro, encuentros con referentes para América Latina de Harris y Trump, expuso en una conferencia sobre desarrollo y seguridad organizada por la CAF, y profundizó sus contactos con el bloque del Caribe del foro regional, que es clave para la votación de 2025
El canciller de Paraguay, Ruben Ramírez, cumplió una exhaustiva agenda diplomática en Washington para fortalecer su candidatura como secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), un influyente foro multilateral que lidera una hoja de ruta vinculada a la democracia, los derechos humanos, el desarrollo y la seguridad regional.
Ramírez condena las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba, tiene diálogo fluido con Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia y México, y considera fundamental que el Caribe -un bloque de 14 países- asuma un rol más destacado en la OEA. Santiago Peña, presidente de Paraguay, apoya la candidatura de su canciller que ha estudiado en la Universidad de Buenos Aires y en la Sorbona con Alain Rouquié, un reconocido académico que estudió la historia contemporánea de América Latina.
El canciller paraguayo mantuvo un extenso encuentro con Brian Nichols, subsecretario del Departamento de Estado para América Latina. Ramírez describió a Nichols su programa para actualizar a la OEA y su mirada sobre la región, que está amenazada por la ofensiva china, el terrorismo iraní, la crisis de la migración indocumentada y las regímenes populistas que protegen la corrupción estructural de Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega.
Ramírez y Nichols coincidieron en los pronósticos y en las conclusiones. El voto de Estados Unidos es clave para acceder a la secretaría general que hoy ocupa Luis Almagro.
El canciller de Surinam, Albert Ramdin, es el adversario diplomático de Ramírez. Fue secretario General adjunto de la OEA, y es el candidato oficial del CARICOM (Comunidad del Caribe). Sin embargo, en épocas de defensa absoluta de la transparencia institucional, Ramdin carga con un problema importante que afecta su carrera contra el canciller paraguayo.
“El Caribe tiene que tener su verdadero lugar en la OEA. Y yo me voy a ocupar de ello”, comentó Ramírez a Infobae durante un desayuno frugal en Georgetown.
-¿Qué planes tiene para el Caribe?
–Voy a crear la Secretaría del Caribe. Y es mi intención que la subsecretaría General de la OEA esté ocupada por una mujer que, a su vez, sea del Caribe.
-¿Su agenda en la OEA, si gana la votación, será una reflejo de la agenda internacional del presidente Peña. O apunta a otros objetivos geopolíticos?
–Es la misma agenda. Es la defensa de la democracia, la búsqueda del desarrollo regional, el respeto de los derechos humanos y la necesidad de profundizar la seguridad en toda América Latina, frente a las amenazas de los delitos trasnacionales y el terrorismo.
Ademas de su reunión con Nichols, el canciller de Paraguay tuvo un encuentro con Luis Almagro, secretario General de la OEA. Ramírez conoce a Almagro desde hace años y juntos analizaron la situación institucional de América Latina y los próximos desafíos del organismo regional.
-¿Cómo fue la reunión con Almagro?-, preguntó Infobae al canciller paraguayo.
-Muy bien. Mi planteo es una OEA inclusiva, multicultural y multiracial. Hay que encarar una gestión dialoguista, que integre a los países grandes y a los países chicos. Esa es mi agenda.
El próximo 5 de noviembre hay elecciones presidenciales en Estados Unidos, adonde compiten la vicepresidente demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump. La OEA es un factor de poder en América Latina, y el resultado en los comicios de Estados Unidos impactará en la votación que determine al sucesor de Almagro.
En este contexto, Ramirez se encontró con Roberta Jacobson, ex embajadora de Estados Unidos en México y subsecretaria para Asuntos de América Latina durante la administración Obama. Jacobson tiene mucho peso en el partido Demócrata, y el canciller paraguayo aprovechó la oportunidad para explicar su agenda en la OEA, si finalmente es elegido.
Ramírez también dialogó con Carlos Trujillo, ex embajador de Estados Unidos en la OEA durante la presidencia de Trump. Como sucedió con Jacobson, el canciller describió a Trujillo su agenda de trabajo en el foro regional en caso de suceder a Almagro.
Cuando promediaba su visita a Washington, Ramírez participó de la conferencia sobre desarrollo y seguridad que organizó la CAF junto a Diálogo-Interamericano. El canciller fijó posición sobre la dictadura en Venezuela y la relación que une al desarrollo con el control legal de los crímenes transnacionales.
“Cuando enfrentamos corporaciones dentro del crimen organizado transnacional y los gobiernos no logran sincronizar sus políticas públicas y acciones, los mecanismos de defensa fallan. Los efectos son económicos, sociales y políticos”, aseguró Ramírez.
Y completó: “Mientras no se construya una capacidad hemisférica y un plan de acción conjunto, la proliferación de actividades será cada vez más violenta”.
La campaña electoral en la OEA es silenciosa y se maneja con muchísima cautela. Ramírez junta votos en toda la región, y aguarda las decisiones políticas de Estados Unidos, Brasil, México y Colombia. El CARICOM tiene peso propio, pero no es un bloque homogéneo: unas islas están alineadas con Washington, y otras se plegaron a la agenda de Cuba, China y Rusia.
Esto es una ventaja para el canciller paraguayo. Pero ya se sabe: los votos se cuentan de a uno.
infobae.com
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