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Hace unos días, el primer mandatario, Luis Arce, sostuvo que Bolivia es una ‘isla’ que no tiene problemas de devaluación e inflación. En este sentido, la última devaluación del boliviano fue el 2 de noviembre de 2011, mientras que, la inflación acumulada hasta el primer semestre de 2022 fue de un 1,18%. Sin embargo, la constante caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), una de las bases de la economía nacional, pone en riesgo el valor de la moneda boliviana.

De acuerdo con el Banco Central de Bolivia (BCB) las RIN, a diciembre de 2018, sumaban $us 8.900 millones y al 22 de julio de 2022 bajaron a $us 4.300 millones, un aspecto que para el economista Jaime Dunn puede jugar en contra y generar problemas a la actual cotización del boliviano.

Dunn remarcó que las RIN es el ahorro que Bolivia tiene y al mismo tiempo es la garantía, en cuanto al valor, para la moneda nacional, por lo que a criterio del analista la reducción constante de las RIN puede llegar afectar al boliviano y provocar su devaluación.

Para el economista Germán Molina, el valor de una moneda se apoya en las reservas que un país tiene, es ahí que logra su reconocimiento nacional e internacional y que, en el caso boliviano, las reservas son fundamentales para dar certidumbre, por lo que urge su reposición a valores más altos para conservar el poder adquisitivo de la divisa boliviana.

Molina remarcó que el boliviano aún mantiene las funciones de dinero: tenencia de valor, unidad de cuenta, medio de pago y patrón de pagos diferidos, fundamentalmente por la confianza de los agentes económicos que permiten que sea aceptada la cantidad ofertada de dinero por parte del BCB y por el respaldo que recibe a partir de las RIN.

José Gabriel Espinoza, analista económico, remarcó que el valor del boliviano a partir de un tipo de cambio fijo podrá seguir vigente, siempre y cuando el Gobierno no siga presionando al BCB con respecto a la demanda de divisas (RIN) para cubrir su plan de inversión pública.

“Pero si el desequilibrio del déficit fiscal continúa y no hay un ingreso importante de divisas que fortalezcan a las RIN; el modelo monetario vigente en el país puede tener problemas de vigencia y sostenibilidad”, precisó Espinoza.

Otra es la mirada de Mike Gemio, gerente de Administración de la Gestora Pública, que considera que el valor y estabilidad de la moneda nacional se va a seguir manteniendo, debido a que la balanza comercial en lo que va del año tiene un superávit de unos $us 1.000 millones, un 40% más que en el mismo periodo de 2021.

Esta situación, de acuerdo con Gemio, permite al país contar con las divisas necesarias para impulsar el boliviano.

“La bolivianización es un patrimonio de los bolivianos. Las RIN están en los niveles adecuados. La balanza comercial tiene superávit. Las exportaciones presentan un comportamiento ascendente. Mientras los porcentajes en créditos y ahorros en moneda nacional son altos. Esa tendencia es difícil cambiar”, precisó el funcionario.

La bolivianización

De acuerdo con el BCB, el proceso de bolivianización contribuye a fortalecer la economía del país frente a crisis externas y brinda mayor libertad al Gobierno para la aplicación de sus políticas monetarias y económicas.

Para graficar la confianza de la población en la moneda nacional, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) informó que al cierre de mayo de este año, los depósitos en bolivianos ascendieron a Bs 179.770 millones, lo que representan el 85,2%, cuando en mayo de 2021 el porcentaje era de un 85%, del total del sistema financiero.

Según Dunn, en este modelo es posible el tipo de cambio fijo que genera una confianza en la moneda nacional, porque mantiene su valor frente al dólar, pero observa que no se logra una disciplina fiscal controlando el gasto y la situación puede cambiar.

En tanto que el investigador económico, José Luis Evia, puntualizó que si el Gobierno no define un plan creíble para reducir el déficit fiscal en un plazo prudente cada vez será más difícil mantener el tipo de cambio fijo, que tanto favorece a la moneda boliviana.

Un informe de la Fundación Milenio sostiene que las divisas del BCB muestran una tendencia decreciente. Estas bajaron de $us 2.386 millones en diciembre de 2020 a $us 1.383 millones a julio de 2022. Aunque esta caída fue menos acentuada en el primer semestre de 2022, la estacionalidad que existe en el segundo semestre de cada año puede conducir a un mayor drenaje de divisas debido al aumento del gasto fiscal y de las importaciones.

Las divisas -como porcentaje de los agregados monetarios M1 y M2- también tienen una tendencia decreciente. A junio de 2022, la razón divisas/M1 bajó del 17% al 12% y la razón divisas/M2 disminuyó del 9% al 7%. El riesgo es que un cambio en la percepción de la gente puede conducir a un retroceso en los esfuerzos de bolivianización y poner presión sobre el tipo de cambio.

En este sentido, Jhony Mercado, expresidente del Colegio de Economista de Bolivia, puntualizó que el Ejecutivo debe trabajar de forma urgente en un plan donde la disciplina en el gasto corriente le permita bajar gradualmente el déficit fiscal y así evitar situaciones extremas como en Argentina.

El Deber


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