¿Qué busca Ucrania con su histórica incursión en la región rusa de Kursk?

En una nueva fase del conflicto con Rusia, miles de soldados ucranianos evadieron las defensas fronterizas y capturaron ubicaciones enemigas en la región.

Lo que parecía una pequeña y breve incursión se transformó en un nuevo problema para Rusia. Un contingente del ejército de Ucrania vulneró la frontera y lleva más de seis días adentrándose en territorio ruso.

Miles de soldados avanzaron en una profundidad de al menos 12 kilómetros en la región fronteriza de Kursk y capturaron 28 localidades de la zona. En lo que configura una acción bélica llevada adelante bajo estricto hermetismo, Kiev mantiene su presencia con varios objetivos que podrían fortalecer su posición frente a Moscú.

Un contraataque histórico, secreto y confidencial

En más de dos años de guerra, Rusia se había posicionado como el país invasor y Ucrania como la nación que defiende su territorio y posiciones, pese a los contraataques realizados por Kiev para recuperar kilómetros perdidos. Sin embargo, en los primeros días de agosto eso cambió. Miles de soldados ucranianos vulneraron la frontera, tal y como hizo el grupo paramilitar Libertad de Rusia en marzo, y comenzaron una incursión histórica en Kursk.

El martes 6 de agosto comenzó la operación a gran escala con el objetivo de dispersar las fuerzas rusas y lograr un respiro en Járkov y Donbás, ubicaciones centrales del conflicto. Antes del fin de semana se hablaba de un avance de 12 kilómetros desde el punto fronterizo y en el cuarto día de la incursión lograron controlar un frente de 40 kilómetros adicionales rumbo a la capital de Kursk.

El Kremlin habla de mil soldados ucranianos en su territorio, motivo que reforzó la decisión de que declarar el estado de emergencia en la región por parte de las autoridades rusas. Las fuerzas militares que responden a Vladímir Putin establecieron allí un régimen antiterrorista, que también operará en Bélgorod y Briansk.

Además, Rusia solicitó la evacuación de 120.000 personas de la zona afectada. Por otro lado, informantes del Ejército ucraniano hablan de que desplegaron más combatientes de los que Rusia quiere informar a su población.

El bajo perfil de la acción militar, secreto del éxito

El secretismo reina entre los principales portavoces del gobierno de Ucrania, incluido el presidente Volodomir Zelenski, con la intención de no brindar detalles y garantizar el éxito de la incursión. El mandatario habló por primera vez el viernes 9 de agosto y dijo que “Rusia trajo la guerra a nuestra tierra, y debe sentir lo que ha hecho. Nos esforzamos por alcanzar nuestros objetivos lo antes posible en tiempos de paz, en condiciones de paz justas. Y así será”.

Zelenski reconoció haber recibido constantemente información sobre el ataque por parte del jefe del Estado Mayor Syrskyi y sobre cómo “llevar la guerra al territorio del agresor”. Se desconoce si esta nueva fase del conflicto implica una ofensiva de Kiev a la capital y a la central nuclear de Kursk, pero la prolongación del ataque mostró una vulnerabilidad de las fuerzas de Vladimir Putin.

El ataque de Ucrania, ¿clave para las negociaciones de paz?

Autoridades del Ejército ucraniano informaron no haber identificado movimientos en el frente oriental, lo que indicaría que el objetivo principal de la incursión fracasó momentáneamente. Ucrania precisaba que Rusia se viera forzada a trasladar recursos y soldados del noroeste y este del país, precisamente en Járkov y Donbás, para reducir la presión en la estructura defensiva. Esta última región es el logro más importante de Moscú en los dos años de conflicto y Kiev esperaba debilitar la posición de los invasores.

A pesar de que no lograron que Rusia se repliegue, sí se evidenció una merma en la intensidad de sus ataques, lo que podría plantear dudas sobre cómo reaccionará el Kremlin a la sorpresiva incursión que ya lleva más de seis días.

Otro punto a favor de Ucrania, que los propios oficiales ucranianos reconocen, es que la captura de los territorios cerca de Kursk podría beneficiarlos en una eventual negociación de paz.

A pesar de que aclararon que “las tropas ucranianas están respetando el derecho humanitario internacional durante la incursión y que no tienen intención de anexionar las zonas que ocupan actualmente”, la posesión de territorio enemigo fortalece a Ucrania de cara a las conversaciones con Rusia.

La propuesta ¿inviable? de Vladimir Putin para poner fin a la guerra

Tanto Putin como Zelenski se mostraron abiertos a dialogar, pero los antecedentes desilusionan a la comunidad internacional. El fallido acuerdo de Estambul en 2022, que garantizaba la continuidad de la actividad comercial internacional de ambos países, fue socavado por los ataques rusos en Ucrania y por las sanciones internacionales al Kremlin.

La cumbre por la paz organizada en junio no contempló la presencia de Rusia y su presidente advirtió que no aceptará ningún plan que ignore sus intereses. Actualmente, Vladimir Putin busca que el documento firmado en Turquía sea la base para el fin de la guerra entre rusos y ucranianos.

El mandatario había propuesto en junio que Kiev abandonara las cuatro regiones anexionadas por Rusia (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia) y retirara su solicitud para ingresar a la OTAN, el disparador para el comienzo del enfrentamiento armado en febrero de 2022.

Esto supondría la concesión del 18% del territorio de Ucrania, una pérdida que Kiev no podría afrontar puertas adentro. La solicitud rusa fue desestimada por la diplomacia ucraniana y el ministro de Exteriores Dimitro Kuleba le pide a los rusos que actúen “de buena fe” para ponerle fin al conflicto.