Implica cambios hormonales que no solo afectan el ciclo menstrual de la mujer, sino también su salud mental. Los expertas recomiendan cómo transitarla de forma positiva, abandonando las ideas de pérdida por las de vitalidad y crecimiento.
Los sofocos quizá son el síntoma típico y más conocido del inicio de la perimenopausia, una etapa que culmina con el cese de la menstruación debido a la baja de los niveles hormonales. Sin embargo, son solo la punta del iceberg, porque esos cambios en la vida de la mujer se presentan con muchas más manifestaciones, que abarcan también su salud mental.
“La menopausia es por definición la última menstruación en la vida de la mujer y se confirma luego de un año de ausencia menstrual. La misma se produce habitualmente en una edad cercana a los 51 años, si bien se considera que el rango normal es entre los 45 y los 55 años”, afirmó a Infobae la doctora Gladys Fernández, médica ginecóloga (MN 76.261), jefa de la Sección Endocrinología Ginecológica del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien junto con la doctora Susana Leiderman, médica consultora del servicio de Ginecología del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 22.720), explicó a cuáles son las complicaciones a nivel fisiológico que se pueden desarrollar con la menopausia.
Las especialistas agregaron que “existe un período temprano, que corresponde a los primeros años posteriores al cese menstrual, en el cual los ovarios continúan aún produciendo esteroides sexuales (andrógenos, pero no estrógenos) y un período tardío donde no hay producción esteroidea y se considera que los ovarios involucionan”.
En la etapa temprana de la postmenopausia se produce el cese de la capacidad reproductiva y de la producción de estrógenos por los ovarios, lo que origina el “síndrome climatérico”, según explicaron las expertas del Hospital de Clínicas, en esta etapa los “signos y síntomas preponderantes son las oleadas de calor y la sudoración profusa, estos síntomas aparecen incluso años antes de la última menstruación de la vida de la mujer y suelen exacerbar durante la noche, pudiendo asociarse con taquicardia, palpitaciones y alteraciones del sueño”.
Todos estos síntomas se acompañan de cambios en la vida de la mujer y, entre otras afecciones de salud mental, la depresión puede manifestarse en esta etapa de transición.
Qué es la depresión perimenopáusica
La doctora Rachel Fiszman, médica especialista en ginecoobstetricia con subespecialidad en biología de la reproducción, remarcó en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que la edad cronológica de una paciente impacta en su salud: “Hay etapas en la mujer que son cruciales: a la menarca (primera menstruación), la adolescencia o la perimenopausia se suman el inicio de la vida sexual temprana, embarazos no deseados, no lograr la concepción para formar una familia o postergar la maternidad”.
Y destacó: “Es importante el autocuidado, y nombrar las emociones para detectar cuándo no son las correctas, qué nos hace sentir mal y buscar apoyo y atención profesional de ser necesario, para que nos ayuden a explorar que es lo que está pasando en la mente y cómo repercute en el cuerpo”.
La licenciada en psicología Patricia Martínez (MN 24.411), especializada en Fertilidad y Acompañamiento de pacientes en Tratamiento de Reproducción Asistida en Halitus Instituto Médico, en diálogo con Infobae, destacó que este proceso de perimenopausia puede arrancar alrededor de los 38 a 40 años y se extiende hasta el momento en el que la mujer entra efectivamente en el climaterio.
Qué cambios aparecen en el cuerpo en la perimenopausia
Según el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, (National Health Service, NHS) la perimenopausia ocurre cuando se tienen síntomas de menopausia pero no se ha dejado de tener períodos menstruales; siendo que la menopausia empieza cuando no se ha tenido un período durante 12 meses.
¿Cuál es su diferencia con climaterio? La palabra menopausia se refiere a una fecha en concreto: la última vez que la mujer tuvo su menstruación. El climaterio, en cambio, se relaciona con los cambios que experimenta la mujer antes, durante y después de la menopausia.
Tanto la menopausia como la perimenopausia pueden provocar síntomas como ansiedad, cambios de humor, confusión mental y sofocos.
El primer signo de la perimenopausia suele ser, aunque no siempre, un cambio en el patrón normal de los períodos, por ejemplo, que se vuelven irregulares. Con el tiempo, se dejan de tener períodos por completo.
Los síntomas físicos comunes de la menopausia y la perimenopausia incluyen, según el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido:
- Sofocos, sensaciones repentinas de calor o frío en la cara, el cuello y el pecho que pueden marear
- Dificultad para dormir, que puede ser resultado de sudores nocturnos y hacer sentir cansado e irritable durante el día
- Palpitaciones, cuando los latidos del corazón de repente se vuelven más notorios
- Dolores de cabeza y migrañas que son peores de lo habitual
- Dolores musculares y articulares
- Cambios en la forma del cuerpo y aumento de peso
- Cambios en la piel, incluyendo piel seca y con picazón
- Disminución del deseo sexual
- Sequedad vaginal y dolor, picazón o malestar durante las relaciones sexuales.
- Infecciones recurrentes del tracto urinario (ITU)
- Dientes sensibles, encías dolorosas u otros problemas bucales.
Cómo saber si se padece depresión por la menopausia
La menopausia es un evento fisiológico de la vida de la mujer, no es una enfermedad ni es el comienzo del envejecimiento.
La licenciada Martínez expresó que a nivel emocional, la perimenopausia se caracteriza por la inestabilidad emocional, semejante a cuando se inicia la etapa reproductiva en la adolescencia, por eso a veces a esta etapa se la llama, “la segunda adolescencia”.
Y agregó: “Por momentos las mujeres se sienten muy bien con ellas mismas; en otros, se sienten muy mal y el cuadro está marcado por la tristeza, ansiedad, irritabilidad o por euforia”.
La psicóloga destacó que no hay que olvidar que muchos de los síntomas físicos generan también trastornos a nivel emocional. “Los cambios hormonales, el aumento de peso, de sudoración, los calores y demás, obviamente generan mucho malestar emocional porque afectan cómo uno se siente y cómo se ve en el espejo”, describió Martínez.
Y sumó: “El cuerpo cambia en la perimenopausia y el esquema corporal y la representación que cada quien tiene de sí mismo va a cambiar también. Por supuesto, esto genera mucha inestabilidad emocional, angustia, tristeza y ansiedad”, remarcó la psicóloga.
Por su parte, la doctora Leiderman sostuvo: “Siempre se aconseja consultar al profesional de la salud para recibir información de los cambios fisiológicos que se producen en este período de la vida. La menopausia es una buena oportunidad para conocer el estado de salud de la paciente en la edad media de su vida. Se reconoce a esta edad la necesidad de realizar medidas de prevención con colonoscopía, laboratorio completo que incluya lípidos y metabolismo de hidratos de carbono y el primer control cardiológico, además de su control ginecológico anual”.
Las expertas recomiendan consultar a un profesional de la salud mental o un médico para obtener un diagnóstico preciso.
Si bien la perimenopausia y la menopausia pueden ser períodos que la mujer puede atravesar con mucha angustia y depresión, la licenciada Martínez señaló también que “pueden ser momentos muy prósperos para el autoconocimiento y el desarrollo de muchas potencias que hasta ese momento quizá estuvieron dormidas o no pudieron salir a la luz”.
“Muchas veces esta etapa es de gran crecimiento personal y profesional. Aunque el terreno del cuerpo se ve más limitado o complejizado, el momento da lugar a una puesta en escena de los aspectos más profesionales, intelectuales y sociales. Y cuando la mujer logra aliarse a estas cuestiones, el tránsito es mucho más agradable y fructífero”, describió Martínez.
Y destacó: “No es que el cuadro depresivo tenga características diferentes, es solo que va acompañado de una sintomatología compatible con el cuadro de menopausia. Entonces, lo importante es detectar el altibajo emocional o la inestabilidad emocional y consultar”.
El tratamiento de la depresión en la perimenopausia puede variar dependiendo fundamentalmente de la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales.
Qué hacer para evitar la depresión perimenopáusica
Las doctoras del Hospital de Clínicas recomendaron para hacer frente a la peri y menopausia: “En todos los casos, si los síntomas climatéricos son muy leves, se recomiendan medidas higiénico dietéticas como vestirse en capas, evitar comidas calientes y muy especiadas, moderar el alcohol, respetar las horas del sueño y practicar actividad física. Si los síntomas no mejoran o son de moderada a severa intensidad, pueden indicarse fármacos no hormonales u hormonales, siempre y cuando no hayan contraindicaciones para su uso”.
Por su parte, la licenciada Martínez expresó que hay que abandonar el concepto de la menopausia como un momento de caída, declinación y pérdida.
“Durante muchos años se trabajó la menopausia desde el lugar del duelo, desde el lugar de la pérdida del cuerpo joven, de la belleza y la juventud. No necesariamente son pérdidas las que ocurren durante la menopausia. Hay cambios que, con una ayuda adecuada, la mujer puede transitar e incluso generar nuevas estrategias, formas de vinculación y de vida. La idea es poder trabajar terapéuticamente, para poder transformar este momento de la vida que históricamente ha sido considerado una etapa de pérdida y de caída, como uno de cambio y crecimiento”, agregó.
En la etapa tardía de la postmenopausia aparecen los síntomas relacionados al “síndrome genitourinario de la menopausia” que incluyen la atrofia vaginal, la sequedad, la dispareunia y la urgencia miccional. En estos casos la doctora Fernández recomendó el tratamiento ideal es el uso de lubricantes y humectantes asociados a estrógenos locales.
Otras recomendaciones que pueden ayudar con los síntomas durante la perimenopausia y la menopausia son, según Servicio Nacional de Salud de Reino Unido:
- Descansar lo suficiente, manteniendo rutinas de sueño regulares.
- Hacer una dieta saludable. Consumir alimentos ricos en calcio como leche, yogur y queso para mantener los huesos sanos.
- Practicar ejercicio regularmente, tratar de incluir actividades que impliquen soportar peso, donde pies y piernas soporten su peso, como caminar, correr o bailar.
- Hacer actividades relajantes como yoga, tai chi o meditación.
- No fumar y evitar las bebidas alcohólicas en exceso
- Buscar apoyo social. Hablar con otras personas que estén pasando por lo mismo, como familiares, amigos o colegas.
infobae.com
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