El sector público consolidado de Brasil, que incluye al gobierno central, los estados, municipios y empresas estatales (excepto Petrobras y Eletrobras), registró un déficit primario de R$ 40,873 mil millones en junio, según datos del Banco Central. Este es el mayor déficit para el mes desde 2023, cuando el déficit fue de R$ 48,898 mil millones. Este resultado refleja la diferencia entre los ingresos y gastos antes del pago de intereses de la deuda pública y resalta las dificultades que enfrenta el sector productivo y los obstáculos para el desarrollo económico del país.
El déficit registrado en junio superó la mediana de las proyecciones del mercado, que esperaba un déficit de R$ 39,4 mil millones. Las estimaciones variaban entre un déficit de R$ 47,2 mil millones y R$ 20,1 mil millones, todas apuntando a un escenario negativo.
Desglosando los números, el gobierno central (Tesoro Nacional, Banco Central e INSS) tuvo un déficit primario de R$ 40,188 mil millones. Por otro lado, los estados y municipios presentaron un superávit primario de R$ 1,057 mil millones, con los estados registrando un superávit de R$ 2,011 mil millones, mientras que los municipios tuvieron un déficit de R$ 954 millones. Las empresas estatales, por su parte, contribuyeron con un déficit de R$ 1,742 mil millones.
En lo que va del año 2024 hasta junio, el sector público consolidado acumula un déficit primario de R$ 43,448 mil millones, equivalente al 0,78% del Producto Interno Bruto (PIB). En el mismo período de 2023, el déficit era de R$ 20,369 mil millones, o 0,39% del PIB.
Este déficit primario acumulado en el año refleja un saldo negativo de R$ 70,640 mil millones en las cuentas del gobierno central (1,26% del PIB). Por otro lado, los gobiernos regionales (estados y municipios) acumulan un superávit de R$ 33,181 mil millones (0,59% del PIB), mientras que las empresas estatales registran un déficit de R$ 5,989 mil millones (0,11% del PIB).
Los gobiernos estatales acumulan, de enero a junio, un superávit primario de R$ 35,737 mil millones (0,64% del PIB), mientras que los gobiernos municipales registran un déficit de R$ 2,556 mil millones, equivalente al 0,05% del PIB.
Estos datos evidencian el impacto negativo de un Estado sobredimensionado e ineficiente sobre el sector productivo del país. El elevado déficit público consume recursos que podrían ser invertidos en áreas estratégicas para el desarrollo económico, como infraestructura, educación y salud. Además, la necesidad de financiar este déficit aumenta la carga tributaria y los costos de financiamiento, reduciendo la competitividad de las empresas brasileñas y desestimulando nuevas inversiones.
Para que Brasil pueda alcanzar un desarrollo económico sostenible, es imprescindible adoptar medidas que promuevan la eficiencia del sector público y la reducción del déficit fiscal. Esto incluye la implementación de reformas estructurales que busquen desburocratizar la administración pública, mejorar la gestión de los recursos y reducir el tamaño del Estado, permitiendo así un ambiente más favorable al crecimiento económico y al bienestar de la población.
Ronald Stresser es periodista en Curitiba – Paraná
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