Alarma en el Puerto de Montevideo por las quejas paraguayas

La demora en los tránsitos en el Puerto de Montevideo es uno de los principales motivos por el cual se quejan los empresarios marítimos de otros países que utilizan la terminal, entre ellos, los de Paraguay. Los problemas con las cargas paraguayas no son una novedad —en tanto ya ha habido planteos específicos al respecto—, pero ahora suponen un importante riesgo para el futuro desarrollo del puerto. La llegada de mercadería en tránsito es uno de los motores de la actividad en el Puerto de Montevideo, indispensable para haber logrado tres años consecutivos con movimientos máximos de contenedores de exportación e importación de Uruguay y tránsitos de mercadería regional.

Y de la misma forma, la mayor captación de carga de terceros países cimentaría el crecimiento de Montevideo en la búsqueda de convertirse en un hub regional, tal y como señalan desde la Administración Nacional de Puertos (ANP). Sin embargo, operadores marítimos de Paraguay aseguran que Montevideo perdió competitividad y alertan sobre demoras que tienen las barcazas que llegan en tránsito.

Una situación que podría poner en jaque el futuro del puerto. Si bien hay una tendencia de crecimiento que se observa en todas las unidades de negocio del Puerto de Montevideo, también hay luces amarillas, y una de ellas está en la oscilación en torno a la carga paraguaya. En la gestión actual se recuperó el movimiento de ese país, pero ya hay indicios de que estaría migrando hacia Buenos Aires, según advirtió la representante del Frente Amplio en el directorio de la ANP, Alejandra Koch. 

El inconveniente más reciente con los empresarios paraguayos fue la demora de 9.000 contenedores de ese país en el puerto, producto de un conflicto entre los operadores de la terminal portuaria y el sindicato, que generó inconvenientes en toda la operativa a principios de diciembre del año pasado. En aquel entonces, 58 gremiales de Paraguay vinculadas al comercio exterior alertaron por la serie de paros que afectó la operativa normal. La situación ya dejó encendidas las alarmas para los armadores marítimos, que siguieron observando el funcionamiento de Montevideo con recelo.

El problema es que los retrasos habituales continúan dándose, y en algunos casos se han extendido hasta por 15 días. Y cabe recordar que por cada día que pasa una embarcación amarrada al puerto, se cobra una tarifa por los servicios correspondientes. Por lo que los costos no dejan de subir para los empresarios, por motivos que los exceden. De esta manera, la previsibilidad y la seguridad operativa que supieron caracterizar al Puerto de Montevideo y que suponen ventajas competitivas frente a otros puertos de la región, ya no parecen ser tales.

El año pasado, la ANP avanzó en acuerdos con las autoridades paraguayas para que los empresarios de ese país mantuvieran al Puerto de Montevideo como destino de tránsito, tanto desde el sector público como del privado.

Para generar mejores condiciones, el organismo uruguayo ofreció exoneraciones a la tarifa de fondeo, el sitio donde amarran las embarcaciones a la espera de un muelle para descargar mercadería.

 La medida funcionó, y en 2023 la ANP registró la mayor cantidad de contenedores en tránsito de los últimos cinco años, fuertemente impulsada por los movimientos paraguayos. En total, el Puerto de Montevideo movilizó 1.120.000 TEUs (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies). De esa cantidad, los trasbordos representaron el 62% de la actividad portuaria del año.
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