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Jue. Nov 21st, 2024
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La primera quimioterapia de Lusnuris Benítez tiene fecha de mayo de 2024, cuando ya no podía ignorar el tumor en su ovario izquierdo. Fue honesta con los doctores: había dejado que cuatro años pasaran antes de intentar el tratamiento, no por miedo o por negligencia, sino por dinero. No tenía cómo pagar un solo examen médico en Caracas. En su casa intentaba amortiguar el dolor en el vientre con acetaminofén.

El 12 de julio de 2024 el cáncer es ya una metástasis en etapa IV. A la fecha, Benítez solo ha accedido a tres sesiones de quimio. La atienden en el hospital oncológico Luis Razetti, al oeste de la capital de Venezuela.

A los 42 años no puede trabajar, porque no es capaz sostenerse de pie demasiado tiempo sin sentir punzadas la pelvis, así que depende de un bono gubernamental mensual que le sirve para costear el pasaje de autobús y trasladarse hasta el centro médico desde la parroquia Coche, donde vive con sus dos hijos de 20 y 17 años.

«Tengo tres meses que me empezaron a poner las quimios, por falta de recursos, porque realmente no tengo como cubrir los gastos para hacerme las tomografías, me mandaron a hacer otros exámenes y no puedo pagarlos. Para ser honesta, yo ya no puedo esperar más y necesito ayuda», dijo Benítez a Efecto Cocuyo.

A finales de 2019 tras su primer diagnostico, Lusnuris pagó un par de ecos que su doctor le pidió hacer. Pero cuando le solicitaron una tomografía con contraste, esperó algunos meses para ahorrar y costearla. Mientras más exámenes le pedían, más tiempo le tomaba reunir el dinero necesario.

Para hacerlo, se empleaba en diversos oficios. En varias ocasiones fue ayudante de cocina y comerciante informal, hasta que el dolor no la dejó caminar con normalidad.

«Cada consulta que yo iba me decían que tenía que hacerme un examen, entonces esperaba para poder reunir la plata. Por ejemplo, una tomografía con contraste me salía en 380 dólares. ¿De dónde iba a sacar yo? Tuve que esperar tres meses para hacerlo en el Clínico Universitario, pero ahí tenía que tener 50 dólares para poder comprar el contraste y que ellos me hicieran la tomografía», narró Lusnuris.

Su caso no es aislado y se repite a lo largo del territorio nacional. La doctora Ludmila Calvo, sobreviviente del cáncer, recuerda que organismos internacionales recomiendan empezar el tratamiento máximo 90 días tras el primer diagnóstico, pero en Venezuela hay mujeres que pasan hasta un año aguardando a un cupo en un centro público o dilatan el proceso por falta de recursos.

No hay cifras oficiales de cuantas venezolanas mueren por no obtener atención médica a tiempo en el país. El problema es complejo y el resultado de años de una deficiente gestión en el sector salud. Hospitales oncológicos en estado crítico, servicios cerrados, escasez de medicamentos y déficit de personal son algunos de los problemas más graves que hoy denuncian las pacientes.

Sin medicamentos

Entre junio y julio de 2024, dos casos dejaron en evidencia la crisis aguda en el sistema de atención de pacientes oncológicos, que afecta especialmente a las mujeres. El primero se registró el 28 de junio: se trata de la muerte de Mildred Varela, una activista de 53 años que denunció durante una década las pésimas condiciones en las que viven las personas con cáncer en Venezuela.

El segundo ocurrió tan solo 10 días después, cuando un grupo de pacientes oncológicas protestaron frente al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) en Caracas por la falta de traztusumab, un medicamento de primera línea que ayuda al sistema inmunitario a destruir células cancerosas.

Maira Cárdenas, presidenta de la Asociación Civil Conquistando la Vida (Aconvida), dijo a Efecto Cocuyo que en el país la mayoría de los pacientes dependen del Ivss y su distribución gratuita de medicamentos. En otras farmacias, el Traztusumab tiene un costo que oscila entre los 700 y 1.800 dólares. Mientras tanto, el sueldo mínimo en Venezuela sigue estancado en 130 bolívares (3,6 dólares a la tasa del Banco Central).

Asimismo la remuneración del sector privado en el Área Metropolitana de Caracas durante los primeros tres meses de 2024 se ubicó en promedio en los 225 dólares mensuales, según estimaciones publicadas en abril por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

«Por día nos llaman de 10 a 15 mujeres solicitando eritropoyetina, que también está escasa en el Seguro Social. Es una ampolla que se coloca después de la quimioterapia para que no baje la hemoglobina. No la tienen y es costosa también, cuesta 130 dólares. La otra es filgrastim, que va en cadena de frío, tampoco se las entregan, eso es para que suban los glóbulos blancos», explicó Cárdenas en entrevista telefónica.

Lusnuris también necesita eritropoyetina y filgrastim. En las últimas semanas recorre, sujeta al brazo de su hija adolescente, cada Ivss cercano a su hogar, con la esperanza de que le suministren los fármacos. No ha tenido éxito y por eso contactó directamente a Aconvida, en busca de apoyo.

Fuera del Ivss, el traztusumab tiene un costo que oscila entre los 700 y 1.800 dólares.

El 10 de julio Efecto Cocuyo acudió a la farmacia de alto costo del Ivss en Los Ruices, municipio Sucre, al este de la ciudad, para solicitar información sobre el traztusumab.

«No nos llega desde hace dos meses y no sabemos cuándo va a venir. Puede ir a otros sitios, a ver qué le dicen», dijo una trabajadora que pidió permanecer en anonimato.

El equipo del medio también se trasladó hasta Ivss ubicado en la esquina de Altagracia, en centro de Caracas. En el lugar se negaron a ofrecer información respecto a la distribución de medicamentos.

«No hay insumos», se limitó a decir una trabajadora de la oficina de la División de Clínicas de la sede principal.

Sin apoyo estatal para pacientes oncológicas

El balance anual 2023 de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) indica que en Venezuela el segundo cáncer más común, y el principal entre las mujeres, es el cáncer de mama, que registra 8.691 casos y 3.515 muertes, lo que se traduce en 24 casos y 10 defunciones por la enfermedad cada día.

El 8 de mayo del año pasado la SAV advirtió que el cáncer de ovarios es uno de los más comunes y ocupa el quinto lugar en el mundo como causa de fallecimientos por cáncer en las mujeres. En el país la incidencia del cáncer de ovario para el año 2021 fue de 3,8 venezolanas por cada 100.000 habitantes, y la mortalidad fue de 1,54 por cada 100 mil habitantes.

A pesar de las cifras, en el territorio nacional no hay planes destinados a brindar apoyo a las afectadas ni a sus familias.

«Es muy justo el reclamo que están haciendo las pacientes. Hay una serie de tratamientos a nivel de quimio que no los tenemos, los equipos de radioterapia no están funcionando y, si nos vamos más allá, los mamográfos para hacer los diagnósticos tampoco. Eso es prácticamente una sentencia para una mujer», expresó la doctora Ludmila Calvo, también presidenta de Senosalud, en entrevista con Efecto Cocuyo.

Si la situación es calificada como una emergencia de salud pública en la capital del país, en el interior el panorama se agrava. De acuerdo con Aconvida, cientos de pacientes deciden viajar desde los extremos del territorio en busca de ayuda en el Distrito Capital.

«A nivel de cáncer de mama se están diagnosticando más de 17 casos diarios y fallecen hasta nueve mujeres diariamente porque no hay medicamentos. No tenemos políticas públicas que apoye a las mujeres diagnosticadas con cáncer. Esto es gravísimo», continuó Calvo.

Un viacrucis desde el diagnóstico

Maira Cárdenas asegura que, sin el tratamiento adecuado, «muchas mujeres no alcanzan a vivir más de cinco años tras el diagnostico de cáncer«. Por ello es necesario la detección temprana y la garantía de la atención médica de calidad.

«Algunas llegan a un hospital y no le dan cita para hacerse la punción. Hacerse una punción con una biopsia les sale como en 250 dólares en una clínica. De los precios más económicos que conocemos, una mamografía cuesta 20 dólares, la cita con la oncóloga son 20 dólares más, la biopsia 195 dólares. Todo eso para tener un diagnostico y llegar al hospital para que les den un esquema del tratamiento a colocar», explicó Cárdenas.

Agregó que, además de inexistencia de planes de salud efectivos, en el país no hay instituciones que protejan a las mujeres en el área laboral.

«A varias diagnosticadas las sacan de nómina en sus empresas. La falta de dinero y el ruleteo agota. Además, muchas no se alimentan bien, no siguen la dieta recomendada, y eso también afecta muchísimo. Hay mujeres con recaída, personas que se desesperan y olvidan la lucha, que es desgastadora», puntualizó Cárdenas.

Finalmente, tanto Cárdenas como Calvo exigieron que el Estado responda a las exigencias de las pacientes oncológicas de todo el territorio nacional. Aseguraron que es urgente que se ofrezcan soluciones inmediatas a una población cada día más desesperada.

«Me mandaron una dieta estricta, no puedo pagarla. Me mandaron pastillas, no puedo pagarlas, no tengo cómo. Una necesita ayuda, una se quiere salvar, una hace lo que puede por salvarse. Pero no hay tiempo, no pueden hacernos esperar más», finalizó Lusnuris.

 

Albany Andara Meza | @AlbanyAndara
Fuente de esta noticia: https://efectococuyo.com/salud/no-podemos-esperar-pacientes-con-cancer-exigen-atencion-urgente-al-estado-venezolano/

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