El profesor Yosef Yarden del Instituto Weizmann de Ciencias, explicó a Infobae cómo identificaron un biomarcador que podría permitir que un subgrupo de pacientes con esta enfermedad se beneficie de un tratamiento sin recaídas.
Una de las enfermedades más predominantes en todo el mundo es el cáncer de pulmón, que hoy es la principal causa de muerte por cáncer con casi el 20% de las personas afectadas, según la Organización Mundial de la Salud.
Los datos finos indican que fueron 1,8 millones de muertes por cáncer de pulmón en 2023, lo que representan el 18,7% del total de muertes por cáncer. Es por ello que gran parte de la comunidad científica está dedicada a hallar tratamientos efectivos para evitar esta enfermedad y sobre todo su reincidencia.
En ese sentido, uno de los estudios más avanzados en la actualidad se lleva adelante en el Instituto Weizmann de Ciencias donde la investigación del profesor Yosef Yarden se centra en comprender el papel que desempeñan los factores de crecimiento en la progresión de los tumores y las oportunidades que puede ofrecer un conocimiento profundo en términos de desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer.
Infobae tuvo en exclusiva la oportunidad de entrevistar al Yarden, que recibió su licenciatura en la Universidad Hebrea de Jerusalén y su doctorado en Inmunología en el Instituto Weizmann de Ciencias, junto a parte de su equipo de investigación.
Los tumores de pulmón por lo general se agrupan en dos tipos principales, de células pequeñas y de células no pequeñas (que incluyen adenocarcinoma y carcinoma de células escamosas). Estos tipos de cáncer crecen de manera distinta y requieren distintos tratamientos. El cáncer de pulmón de células no pequeñas es más frecuente que el cáncer de pulmón de células pequeñas.
El proyecto de investigación del profesor Yarden se centra en el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) resistente a los fármacos que presenta mutaciones en el gen del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), por lo que la enfermedad resulta incurable.
La mayoría de los cánceres de pulmón se deben al tabaquismo, pero la segunda fracción más grande de casos afecta a los no fumadores y se caracteriza por mutaciones el gen EGFR. Los tumores pulmonares con mutaciones del EGFR desarrollan secuencialmente nuevas mutaciones durante el tratamiento con fármacos de primera, segunda y tercera generación, denominados colectivamente inhibidores de la tirosina quinasa (TKI).
“Los medicamentos dejan de funcionar a largo plazo porque los tumores adquieren mutaciones secundarias que les permiten evadir el efecto terapéutico de los medicamentos, explicó el profesor Yarden a Infobae. Y aunque se están desarrollando compuestos de cuarta generación, no hay garantía de que los TKI de próxima generación confieran alguna vez una respuesta libre de resistencia.
Es por ello que el especialista propone probar un régimen de tratamiento experimental que combina el poder de los anticuerpos y los inhibidores de la tirosina quinasa. Los datos preliminares del laboratorio de Yarden identificaron una vía de evasión de fármacos que puede bloquearse mediante el tratamiento con anticuerpos junto con inhibidores de la tirosina quinasa.
La prueba propuesta de esta estrategia busca brindar una comprensión más profunda de los modos de resistencia a los fármacos y un paradigma para generar anticuerpos y estrategias farmacológicas capaces de bloquear las vías de evasión de fármacos y prolongar la supervivencia de los pacientes con cáncer de pulmón.
“El cáncer de pulmón es el número 1 que asesina a los hombres y mujeres en el mundo, que se desarrolla a partir de los 40, 50 o 60 años. En particular, trabajamos el que tipo de tumor que está afectando a mujeres jóvenes que terminan siendo también madres jóvenes. La meta es encontrar formas para retrasar el progreso de la formación y desarrollo del cáncer del pulmón”, sostuvo Yarden en la entrevista por Zoom desde Israel.
Y agregó: “Se trata de estudiar debidamente la combinación correcta de algunas moléculas para inhibir algunas proteínas que propenden al cáncer. Hoy en día, hay más experiencia y nuevas drogas que se están sintetizando para tratar a más pacientes con cáncer de pulmón. Podríamos decir que el cáncer es una colección de distintos tipos de tumores que vienen de la misma familia y con múltiple combinación de mutaciones”.
En una investigación publicada el año pasado en la revista Cell Reports Medicine, Yarden y sus alumnos del Instituto Weizmann de Ciencias brindaron excelentes hallazgos que pueden conducir a un tratamiento sin recaídas para un subgrupo considerable de pacientes con cáncer de pulmón.
En un estudio en ratones, los científicos han identificado un biomarcador que puede ayudar a los médicos a seleccionar pacientes con cáncer de pulmón y ser tratados con un único fármaco basado en anticuerpos que probablemente produzca una remisión completa, sin recaídas del cáncer. Este avance podría revolucionar el tratamiento del cáncer de pulmón.
“Hemos estado trabajando en los últimos meses con diferentes anticuerpos para el tratamiento del cáncer que son prometedores. Hemos hallado uno menos citotóxico y con buenos resultados en modelos de animales, específicamente en ratones. Uno de estos resultados favorables es que logramos reducir el tiempo de aparición del tumor y también el tamaño del mismo”, sostuvo Yarden a Infobae, a cargo del Departamento de Inmunología y Biología Regenerativa de Weizmann, que dirigió el estudio.
“Al igual que las mutaciones BRCA predicen cómo responderán los pacientes con cáncer de mama y de ovario a los medicamentos, el nuevo biomarcador podría permitir emparejar a algunos pacientes con cáncer de pulmón con el medicamento específico que probablemente los ayude”, agregó el experto.
Los científicos decidieron centrarse en una de las dos variantes genéticas más comunes asociadas con el EGFR en el cáncer de pulmón: la mutación L858R, en la que un solo aminoácido, de varios cientos, se reemplaza por otro, en el punto 858 del EGFR. Esta mutación se produce en aproximadamente el 40 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón, cuyos tumores se caracterizan por mutaciones del EGFR.
Y enseguida, uno de sus colaboradores más estrechos, el mexicano Arturo Simoni Nieves explicó a Infobae que, además de probar nuevas moléculas, están estudiando las drogas aprobadas y seguras, que no causan daños. “Investigamos fármacos para otros tipos de cáncer. Hemos visto que algunas de ellas son también efectivas en nuestros modelos. Es que nuestra comprensión del cáncer es que esta enfermedad está conducida por muy pocos mecanismos y una droga podría ser beneficiosa para distintos tipos de tumores. Pero se necesita mucha más investigación para probarlo”, precisó.
Los investigadores utilizaron en ratones con un fármaco de anticuerpos llamado cetuximab, (aprobado por la FDA para el tratamiento de cánceres de colon y de cabeza y cuello) y ahora desarrollado sobre la base de la investigación de Yarden y el difunto profesor Michael Sela. Usando un modelo de ratón de cáncer de pulmón con la mutación L858R, el fármaco logró bloquear la señal para iniciar la replicación celular en el núcleo y así evitó que el tumor crezca. Usando un modelo de ratón de cáncer de pulmón con la mutación L858R.
Otra de las colaboradoras del profesor Yarmen es la doctora Marieke Pieter K. Van Daele, quien aseguró a Infobae que “la forma en la que vemos el cáncer es la interfaz entre nosotros y ciertos condicionantes como pueden ser los alimentos que ingerimos, el sol que tomamos y todos los contaminantes que aspiramos, ya sea por el cigarrillo o por la contaminación ambiental. En ese sentido, el pulmón es muy sensible y consume el material tóxico sin ningún intermediario. Por eso el cáncer es de pulmón es uno de los más agresivos y prevalentes en el mundo”.
A su turno, la becaria posdoctoral Danielle Mia Amor, indicó que “una de las cosas importantes que tiene esta enfermedad es que no sucede directamente o rápidamente. Lleva años de desarrollo. Y si bien hoy hay menos publicidad para los cigarrillos, también hay más contaminación ambiental y por eso es importante también estudiar y analizar los pulmones de aquellas personas que nunca fumaron, ya que en las grandes ciudades se suele respirar aire tóxico”.
Medicina personalizada contra el cáncer
“En esta época, diría que el tratamiento del cáncer cada vez más está personalizado. Para abordarlo con las últimas tecnologías, se hacen estudios genéticos del paciente y se estudian las diferentes mutaciones celulares que tiene el tumor. Ese tipo de mutación nos va a ayudar a determinar el tipo de fármaco específico para tratarlo”, remarcó el profesor Yarden.
Y agregó: “Además de probar nuevas moléculas, estamos estudiando las drogas aprobadas y seguras, que no causan daños. Investigamos fármacos para otros tipos de cáncer. Hemos visto que algunas de ellas son también efectivas en nuestros modelos. Es que nuestra comprensión del cáncer es que esta enfermedad está conducida por muy pocos mecanismos y una droga podría ser beneficiosa para distintos tipos de tumores. Pero se necesita mucha más investigación para probarlo”.
“Actualmente, estamos estudiando distintas mutaciones. No solo el cáncer en general, sino la mutación específica que tiene un paciente. En el hospital en el que colaboramos incorporamos también la inteligencia artificial (IA) para la adaptación de la mejor combinación de medicamentos, ya que nos ayuda en la multiplicidad de combinaciones a realizar”, concluyó el experto que actualmente es el titular de la Cátedra Harold & Zelda Goldenberg en Biología Celular Molecular y Director del Instituto Dwek para la Investigación de Terapia del Cáncer.
Los hallazgos de Yarden y su equipo del Instituto Weizmann de Ciencias introducen una nueva vía para la medicina personalizada que podría conducir a un tratamiento sin recaídas para ciertos pacientes con cáncer de pulmón.
infobae.com
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