A través de aplicaciones, cada vez más usuarios pagan y contratan acompañantes para distintos lugares y situaciones, muchas veces para que solo se queden al lado, en silencio.

En Japón ahora no es necesario convencer a amigos o seres queridos para estar o sentirse acompañados: la nueva tendencia es contratar a alguien por un par de horas a través de una aplicación.

El negocio del “alquiler” de personas está en auge y varía desde citas con condiciones estipuladas hasta simplemente sentarse a tomar un café en silencio con un completo desconocido. DEF consultó a una experta para entender por qué los japoneses eligen pagar por compañía. ¿Miedo a la soledad? En esta nota, todas las respuestas.

El fenómeno del alquiler de personas en Japón

Distintas empresas japonesas en los últimos años apuntaron a un nuevo negocio: el alquiler de personas. Estos acompañantes ofrecen desde una cita hasta sentarse con el cliente en un café en silencio, todo por el simple objetivo de tener a alguien al lado. Las tarifas rondan en los  80 o 100 dólares por hora.

Family Romance es una de las apps más populares en el mercado. Surgió a partir de una situación extraña: ofrecían actores o actrices que fingían ser la pareja del cliente. Sucede que, en la cultura oriental, estar soltero o casado determina mucho el estatus social. Inclusive, hay personas contratan a gente para abultar la cantidad de invitados en  sus casamientos, ya que mientras más sean, más alta es la jerarquía social.

Los “falsos” invitados representan un 70% de los ingresos de Family Romance. Su creador, Yuichi Ishii, contó que fingió ser el cónyuge de cien mujeres distintas en un año y unas sesenta siguen siendo clientes habituales.

Entre otros servicios, también hay gente que contrata familias enteras para no sentirse solo y poder vivir una tarde familiar, por más que no sea verdaderamente suya. Incluso, hay quienes desean contratar una persona para desahogarse, charlar o simplemente, tener una compañía al lado.

¿Por qué se generó el negocio de los “acompañantes” en Japón?

Sofía Vallory es licenciada en psicología especializada en el modelo cognitivo-conductual. Además, vivió casi dos años en Japón, conviviendo de manera cotidiana con sus costumbres, modismos y estilo de vida. “Nos diferenciamos mucho con la cultura oriental en los ámbitos en los que nos vinculamos”, explicó la especialista, consultada por DEF.

El choque cultural genera una diferencia muy grande en este aspecto: tal vez en el lado occidental muchas personas nunca pensarían en pagar para tener copañía o alguien sentado a su lado, según señaló la psicóloga.

“Están en grupos concentrados, pero de su propio círculo e ignoran lo que pasa a su alrededor”, comentó Vallory. Además, indicó que no se relacionan en los eventos sociales y ni siquiera se buscan con la mirada, como si lo hacen otras culturas.

Por otro lado, estas aplicaciones, tanto en Japón como en todo el mundo, pueden ayudar a las personas a “experimentar una forma diferente de interacción humana”, sobre todo para quienes encuentran las conexiones sociales convencionales muy difíciles de establecer.

Además, la psicóloga indica que estas plataformas pueden satisfacer necesidades emocionales específicas, como el consuelo o el simple hecho de compartir momentos con alguien sin la complejidad de una relación profunda.

El negocio alrededor de la soledad en Japón

En base a este análisis de las aplicaciones, Sofía Vallory resaltó que puede haber un componente importante que ayuda a la popularización de este fenómeno: la soledad.

Para explicarlo utilizó el concepto una vez abordado por John Cacioppo de “el aislamiento social percibido” en donde una persona puede estar rodeada de personas pero sentirse sola igual.

En ese caso, tienen la motivación para conectarse con otras personas, pero activan un mecanismo de “hipervigilancia de amenazas sociales”. Es decir, el temor a no saber relacionarse o hacerlo mal.

Además, también se activan sesgos o distorsiones cognitivas que generan que el cerebro busque información para corroborar estos miedos. “Como consecuencia, se termina evitando socializar aunque eso signifique un aumento en el temor y la ansiedad en relacionarse”, explicó la psicóloga.

Relacionado con el éxito de estas aplicaciones en Japón, la especialista también señaló que en la cultura japonesa es muy fácil hacer un negocio en casi todos los rubros. Sin embargo, la verdadera pregunta es, ¿funcionan verdaderamente estas maneras de vincularse a largo plazo?

“Hay una investigación que realizaron los investigadores M Reza Ishadi Fadillah, Kasuwi Saiban y Sri Hartini Jatmikowati en Indonesia, en el que buscaban estudiar estos alquileres de amigos en comunidades urbanas, y los resultados de la investigación mostraron que tanto los usuarios como los actores del servicio de alquiler coinciden en que  puede ayudar a personas con conflictos sociales y soledad, aunque sea contrario a las costumbres culturales indonesias”, compartió Vallory.

También hallaron beneficios como los de la construcción de confianza propia, resignificar experiencias desagradables pasadas ​​y ayudar a alguien a interactuar nuevamente con el sexo opuesto.