El presidente de Brasil también se refirió a las disputas entre el Supremo y el Parlamento, y a la economía del país.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó este miércoles su deseo de que su antecesor Jair Bolsonaro, que responde por diversas acusaciones y sospechas ante los tribunales, tenga “un juicio justo” y con las debidas garantías procesales.
“Defiendo para él lo que defiendo para mí”, declaró Lula en una entrevista con el portal UOL, preguntado sobre las varias causas judiciales en las que el líder de la ultraderecha figura como investigado.
“Yo deseo que tenga derecho a la presunción de inocencia, a defenderse, a ser oído”, y que “sea juzgado correctamente”, dijo.
Lula subrayó que solamente quiere para Bolsonaro lo que le fue negado a él cuando fue juzgado y condenado por presunta corrupción en unos procesos que lo llevaron a la cárcel durante 580 días y finalmente fueron anulados por la Corte Suprema debido a errores procesales.
“Fui condenado por lo que calificaron de ‘hecho indeterminado’ y no quiero eso para nadie”, agregó.
Entre las diversas investigaciones abiertas contra Bolsonaro que están en fase de conclusión figuran sospechas de que se apropió de forma ilícita de obsequios recibidos durante su gestión, de que falsificó certificados de vacunación contra el COVID-19 y que conspiró para intentar un golpe de Estado antes de la investidura de Lula.
El líder progresista se esquivó sobre esos asuntos y alegó que están en manos de la Justicia, aunque en relación a la sospecha de una intentona golpista fue contundente. “Que intentó dar un golpe, lo intentó”, sentenció en alusión a presuntas conspiraciones de Bolsonaro después de las elecciones de octubre de 2022, que hasta habrían llevado al violento asalto a las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero de 2023, una semana después de su investidura.
Las disputas entre el Supremo y el Parlamento no ayudan a la democracia
El presidente brasileño consideró que los conflictos entre el Parlamento y la Corte Suprema “no ayudan a la democracia” y citó como ejemplos las polémicas que enfrentan a ambos poderes por asuntos de drogas y el aborto.
En ambos casos, el mandatario dijo que se debe escuchar más “a la ciencia” y trabajar sobre las bases de legislaciones y reglas ya en vigor, a fin de evitar que se generen rivalidades que no ayudan y que no son buenas para la democracia.
En las últimas semanas, el conflicto institucional entre la Corte Suprema y la mayoría conservadora del Parlamento ha ido en aumento por cuestiones relacionadas con la llamada “agenda de valores y costumbres” que impulsan grupos de ultraderecha.
En relación al aborto, que es permitido en Brasil en casos de anencefalia del feto, riesgos para la vida de la madre o violación, el Parlamento discute un proyecto que endurece esas normas y hasta castiga penalmente a la mujer violada que interrumpa su embarazo después de 22 semanas.
Lula aseguró que ese proyecto propone una “carnicería para las mujeres”, porque incluso castiga con penas más severas a la mujer violada que a su violador, y reiteró que, aunque es personalmente contrario al aborto, el asunto debe ser tratado desde la óptica de la “salud pública”.
En relación a las drogas, el Supremo se pronunció este martes por despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, en momentos en que el Parlamento debate criminalizar todas las drogas ilícitas, incluida esa hierba.
Según Lula, “es noble” que se diferencie correctamente al usuario y al narcotraficante, pues el consumo de marihuana tampoco es un asunto de materia penal, sino de “salud pública”.
Consideró además que “eso debería ser tratado por la ciencia”, que “ya lo ha aprobado en muchos lugares del mundo”, al punto de que la marihuana “hoy es usada en muchas industrias, hasta para hacer medicamentos”.
Aún así, apuntó que la Corte Suprema “tampoco se tiene que meter en todo” y que las “disputas por vanidades” entre dos de los poderes del Estado “no ayudan a la democracia”.
La economía
En materia económica, el jefe de Estado indicó: “Tengo la ventaja de haber sido presidente otras dos veces. Una y otra vez, las portadas de los periódicos brasileños dicen que el país está gastando demasiado, lo cual no es cierto. El promedio de los países de la OCDE es una deuda del 113% del PIB. Estados Unidos gasta el 123% del PIB. Brasil tiene una deuda del 76% del PIB, muy por debajo de otros países. Tenemos que distinguir entre gasto e inversión, y entender cuánto cuesta no hacerlo. Queremos implementar políticas de inclusión social para mejorar el futuro de este país”.
Luego sostuvo: “No podemos gastar más de lo que ganamos. Siempre dije eso y lo aprendí de mi madre. Esto se aplica a la economía de Brasil y también a la familiar. Sólo podemos endeudarnos para algo que sea una inversión que aumente nuestro capital, nuestro PIB”.
“Este mes vi en el periódico: ‘Récord de ventas de automóviles en Brasil en mayo de este año’. Ya se vendieron más de 1 millón de automóviles en 2024. Esto ocurre al mismo tiempo que la industria automotriz ya ha anunciado inversiones de más de 130 mil millones de reales en los próximos años. A medida que aumente el poder adquisitivo, como ya está sucediendo, con un 11% en el último periodo, la gente volverá a comprar su autito. También era importante volver a producir coches populares”, resaltó.
Por último, expresó: “Lo que necesitamos y queremos construir es este país en el que todos ganan en todos los sectores. Todos los datos económicos son mejores en estos 16 meses, cuando las predicciones eran que sería una catástrofe. La economía creció. Las inversiones en la industria están comenzando a crecer”.
infobae.com
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