Las situaciones estresantes y los hábitos cotidianos pueden debilitar el sistema inmune. Cuáles son las otras.
El sistema inmunológico es la primera línea de defensa del cuerpo contra agentes invasores como bacterias, virus, hongos o toxinas (sustancias químicas producidas por microbios). Protege contra enfermedades y promueve la curación cuando uno se enferma y lesiona.
Este sistema es comparable a la mente y al cerebro, en particular al sistema nervioso. El sistema inmunológico tiene la capacidad de aprender; por ejemplo, cuando te infectas, el cuerpo genera anticuerpos para combatir la infección y, al vacunarte, se crea una memoria inmunológica similar a la memoria cerebral.
Como dije, es la barrera de defensa del organismo, por ejemplo, la piel es una primera línea de defensa: si se encuentra sana, evita infecciones. También, la mucosidad en la nariz es crucial, especialmente en los niños pequeños, en quienes los mocos sirven para defenderse de los gérmenes.
¿Por qué nos disminuyen las defensas? Aquí los cuatro motivos principales:
1 – Estrés
El estrés crónico aumenta una hormona, el cortisol, y si se mantiene el cortisol en el tiempo, disminuye nuestra capacidad de inmunidad porque disminuyen las células inmunológicas, como los linfocitos.
Algunos se llaman linfocitos T, que son linfocitos que se “comen” los virus y las bacterias, por decirlo así, de una forma rápida y simple. Y los linfocitos B, que son los que generan anticuerpos. Fíjese qué importante si uno tiene estrés crónico.
2 – Sueño
Cuando usted duerme bien y tiene un sueño profundo y reparador, el cuerpo fabrica algo que se llama citoquinas proinflamatorias, que sirven para tener defensas inmunológicas.
Si duerme mal, si tiene insomnio o descansa menos horas de las recomendadas, tendrá menos de esas citoquinas. Entonces su inmunidad disminuye.
3 – Sedentarismo
La actividad física regular y sostenida en el tiempo aumenta la inmunidad, porque genera endorfinas. Y ese bienestar genera también por una vía indirecta, que aumenten la cantidad de linfocitos, que son justamente las células de defensa.
A su vez, el ejercicio regular combate el sobrepeso y la obesidad. Y la obesidad en sí misma es una condición en la cual las defensas pueden estar disminuidas.
4- Alimentación balanceada
Para tener las defensas altas, debemos mantener un régimen de alimentación variado, que contemple carnes, lácteos, hidratos de carbono, grasas buenas. Con todos los ingredientes que sabemos que son saludables, con muy baja cantidad de alimentos procesados y muchas frutas y verduras.
¿Por qué? Para incorporar vitaminas que el sistema inmunológico requiere como la A, la D, la E, la vitamina C, una sustancia importantísima que puede encontrar en los cítricos; y también la ingesta suficiente de carne para tener hierro suficiente y zinc.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
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