Una denuncia presentada ante Fiscalía por los supuestos hechos de estafa y otros salpica a dos bancos que forman parte del Grupo Zuccolillo y el Grupo Vierci. De acuerdo con los documentos presentados en Fiscalía, ambas entidades avalaron el esquema de una constructora que ofrecía casas y departamentos a precios “accesibles”, pero que se terminó borrando sin reconocer lo pagado.
Los bancos Atlas y GNB, propiedad de las familias Zuccolillo y Vierci, respectivamente, son salpicados en una denuncia presentada ante el Ministerio Público contra la firma Hupi Constructora SA, empresa que prometía casas y departamentos a precios accesibles, pero que terminó desapareciendo y dejando un tendal de heridos todavía incalculable.
Según la denuncia, los bancos aparecían como avales de un fondo fiduciario que avalaba a la firma. Además, los multimedios de ambos grupos económicos se pasaban haciendo publicidad de las facilidades y logros de la firma.
UNA TRISTE HISTORIA
La denuncia fue presentada por Rodrigo Antonio Villalba, representado por la abogada Gessy Ruiz Díaz. El denunciante relata que, en mayo de 2023, se topó con publicaciones en redes sociales y medios de comunicación de que la firma Hupi Constructora estaba ofreciendo en venta departamentos en el proyecto Residencial Santa Rosa, que debía ubicarse en la zona de Lambaré.
“En cuanto al precio y la forma de pago, la publicidad refería que los departamentos en desarrollo contaban con un novedoso plan de financiación estructurado entre AmTrust Gestión Paraguay, la AFD y el banco GNB que permite a los compradores abonar la primera cuota del crédito recién cuando ocupen el inmueble, evitando así el doble pago de alquiler y cuota, señalando que los precios van desde G. 369.000.000 y cuotas desde G. 2.296.000″, refiere el denunciante.
Fue así que el 12 de mayo del año pasado, Rodrigo se comunicó con los números de teléfono que aparecían en las publicaciones y dijo estar interesado. Consultó sobre los planes de financiamiento y accedió a pagar en tres cuotas el precio al contado de uno de los departamentos. Lo llamativo fue que le dijeron que para acceder al plan de tres cuotas debía realizar el primer pago ese mismo día, realizando un pago de G. 150 millones. En los meses siguientes, realizó otros dos desembolsos, totalizando G. 369 millones.
LOS AVANCES QUE NO EXISTÍAN
Villalba firmó un contrato de compra-venta con representantes de Hupi Constructora SA y la empresa se pasaba enviando correos en los que comunicaba alentadores avances. Para octubre de 2023, decían estar en un 30% de las obras y que los ansiados departamentos propios serían entregados en julio de este año.
Sin embargo, apenas dos meses después, en diciembre pasado, grande fue la sorpresa de Villalba cuando por publicaciones en redes sociales se enteró de la supuesta quiebra técnica de Hupi Constructora SA. Fue entonces cuando inició el calvario del comprador, pues tuvo conocimiento de que la firma AmTrust se había hecho cargo como administradora del proyecto y que Hupi no podía realizar ningún tipo de contrato sobre el Residencial Santa Rosa.
Villalba consiguió comunicarse con Andrea Mora, quien figura como directiva de AmTrust. La misma le dijo que su nombre no aparecía entre los compradores, que el dinero que había pagado no había ingresado y que cuando se terminara la construcción no iba a recibir el departamento por el que había abonado G. 369 millones.
APARECEN LOS BANCOS
Luego de emplazar a las firmas y de que las mismas se negaran a reconocerle lo que había pagado, Villaba accedió a una escritura pública de fecha 27 de octubre de 2022 de “Formalización de Contrato de Fideicomiso de Garantía y Administración suscrito entre la firma fideicomitente HUPI CONSTRUCTORA S.A., fiduciario Banco Atlas S.A. y beneficiarios AMTRUST EUROPE LIMITED, ASEGURADORA ROYAL SEGUROS S.A. y BANCO GNB PARAGUAY S.A.” (sic).Atlas es propiedad del Grupo Zuccolillo, también dueño del multimedio ABC Color, mientras que GNB forma parte del Grupo Vierci, propietario de medios como Última Hora, Telefuturo, Monumental AM y otros. El documento obligaba a los beneficiarios a exigir el fiel cumplimiento de las obligaciones del fideicomitente (Hupi). También se establecían cláusulas en caso de incumplimiento para iniciar pólizas, cosa que no realizaron. En una de las cláusulas incluso todas las partes dicen conocer las partes dadas a cada una de ellas en el contrato.
“Que, así también las partes manifiestan conocer, entender y aceptar que el FIDEICOMITENTE, es el encargado de comercializar las unidades de DEPARTAMENTOS; en consecuencia, es la mencionada sociedad, la que entre otras cosas ofrece en venta, asesora, entrega facturas emitidas por el Fideicomiso a los compradores, gestiona las firmas de los compradores a los respectivos boletos de compradores, los que, en una acto posterior son acercados por el FIDEICOMITENTE al FIDUCIARIO para que este último, y actuando en calidad de propietario Fiduciario, procesa a suscribirlos (sic)”, señala la cláusula.
“Con esto queda patente que HUPI en su calidad de Fideicomitente, ha cumplido presuntamente con las obligaciones contractuales asumidas, para que luego el resto de los que forman parte del negocio fiduciario, pretenda desconocer su propia venta, quedándose indebidamente con el dinero entregado por la UNIDAD que estos han puesto en venta”, agrega la denuncia.
PUBLICIDAD ENGAÑOSA
La denuncia llega a poner en duda que las partes del fideicomiso estuvieran conscientes desde el inicio de las intenciones reales detrás del proyecto.
“No es posible descartar que los representantes de las personas jurídicas vinculadas al proyecto RESIDENCIAL SANTA ROSA pudieron haber camuflado el negocio, dándole un ropaje de negocio civil, cuando en realidad la premeditación, entendida como la voluntad inicial de producir un provecho ilícito, pudo haberse dado incluso antes -desde de la suscripción del contrato fiduciario – para el desarrollo del proyecto, a efectos de publicitar una gran inversión, que no sería concretada, lo que hace que exista sospechas de la existencia del tipo penal de estafa (sic)”, manifiesta el denunciante.
Líneas más abajo incluso deja en claro la participación de la publicidad engañosa a través de medios de prensa, varios de ellos ligados a algunas de las partes del fideicomiso.
“De esta forma fui engañado principalmente con los artilugios desplegados- declaraciones falsas consignadas en la publicidad engañosa en medios periodísticos, redes sociales y en el contrato de adhesión – por la logística creada por este aparente esquema que me indujo a un error y través de ello dispuse de la suma de guaraníes trescientos sesenta y nueve millones (G. 369.000.000), situación que me genera un perjuicio patrimonial siendo que no me han entregado el departamento, y no me han devuelto el dinero pagado”, sentencia.
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