India enfrenta tiempos políticos agitados, tras el ajustado triunfo electoral de Narendra Modi

El partido del primer ministro Modi logró una ajustada mayoría en el Parlamento y deberá negociar con sus aliados la formación del nuevo gobierno de India. ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta?

El Partido Bharatiya Janata (BJP), del primer ministro Narendra Modi, no logró la abrumadora mayoría que esperaba obtener en el Parlamento (Los Sabha). Con 240 escaños propios sobre un total de 543, el oficialismo deberá negociar la formación del nuevo ejecutivo con sus socios de la Alianza Nacional Democrática, que reclamarán mayores cuotas en el reparto de poder.

Los 642 millones de indios, que emitieron su voto en unas maratónicas elecciones celebradas a lo largo de un mes y medio, hicieron sentir su voz. Lejos de firmar un cheque en blanco al BJP, el electorado distribuyó el poder de una manera mucho más equilibrada de la que anunciaban las encuestas.

Los 292 escaños de la coalición gobernante desde 2014, comandada por el BJP, tendrán enfrente a una oposición fortalecida. La Alianza Nacional para el Desarrollo Inclusivo de la India (INDIA, sigla en inglés), liderada por el Partido del Congreso de Rahul Gandhi, contará con 232 diputados.

Ya no será tan fácil para el BJP llevar adelante su agenda política interna, centrada en una permanente apelación al espíritu hinduista, que choca con el laicismo garantizado por la Constitución. En 2019, la aprobación de una polémica enmienda a la Ley de Ciudadanía fue muy cuestionada por la comunidad musulmana, ya que priva de la obtención de ese derecho a los inmigrantes de confesión islámica llegados desde países vecinos.

El fin del dominio absoluto de Modi

En un análisis publicado tras las elecciones, la revista The Economist enumera los desafíos de Modi en su nuevo período al frente del gobierno. Bajo el título “Un triunfo para la democracia india”, el semanario británico señala que el primer ministro deberá lidiar, en la próxima legislatura, con “un gabinete integrado por otros partidos y que deberá responder al escrutinio del Parlamento”.

Se abre un escenario muy distinto al que venía ocurriendo hasta ahora, en el que el premier tenía “una autoridad indiscutida para tomar grandes decisiones”. La anterior mayoría parlamentaria, con 350 escaños (de los cuales 303 eran del BJP), daba a Modi un poder político casi absoluto. Su aspiración era conquistar una mayoría calificada de 400 bancas, algo que claramente no consiguió.

Entre los posibles socios del BJP en el nuevo gobierno, hay dos que destacan por su aporte en votos y escaños: el Partido Telugu Desam (TDP) y el Janata Dal-Unido (JD-U). El TDP es la fuerza regional dominante en el sureño estado de Andhra Pradesh. Por su parte, el JD-U fue determinante para la victoria del oficialismo en el populoso estado de Bihar, el tercero más poblado del país. Se especula con la aspiración del TDP a la presidencia del Lok Sabha (Cámara baja del Parlamento); y la pretensión del JD-U de controlar carteras con fuerte peso político, como Ferrocarriles, Desarrollo Rural, Transporte y Agricultura.

Los múltiples desafíos del próximo gobierno indio

Con un crecimiento económico promedio de casi el 7% en los últimos diez años -salvo el desplome de 2020 durante la pandemia-, Narendra Modi aún encarna las aspiraciones de una India protagonista en su región y en el mundo. Las proyecciones de importantes consultoras, como Morgan Stanley, vaticinan que se convertirá en la tercera economía del planeta en 2027, detrás de EE.UU. y China.

Los flujos de inversión extranjera directa (IED) también muestran el ascenso del nuevo gigante asiático. Entre 2000 y 2023, el total acumulado fue de 920.000 millones de dólares. Tras el récord de 70.970 millones en el año fiscal 2022/2023, el ambicioso objetivo de las autoridades de Nueva Delhi es llegar a los 100.000 millones anuales, tal como manifestaron en el último Foro de Davos.

Con una población joven, con un promedio de edad de 28 años, la India está en condiciones de aprovechar su “dividendo demográfico” y traducirlo en mayor productividad y empleos de calidad. Si bien la población joven del país puede entenderse como una ventaja, el elevado desempleo juvenil sigue siendo un problema.

Tal como advierte la consultora Standard & Poor’s, el futuro crecimiento económico también dependerá de la mayor incidencia de la mujer en el mercado laboral. Según datos del Banco Mundial, la participación femenina en la fuerza de trabajo es actualmente del 24%, y la disparidad con los salarios de los hombres sigue siendo significativa.

El país asiste al boom de la economía del conocimiento. Las tecnologías de la información contribuyen actualmente con el 7,5% del PBI y las exportaciones de software superaron en 2023 los 190.000 millones de dólares. El país cuenta con 790 millones de usuarios y tiene su propio “Silicon Valley” en la ciudad de Bangalore, la capital del sureño estado de Karnataka.

Una política exterior balanceada

Con una política exterior pragmática, India es hoy miembro de foros multilaterales, como el G20 -que presidió en 2023- y los BRICS, junto a Brasil, Rusia, China y Sudáfrica. Y, en el plano de defensa y seguridad, hace gala de un delicado equilibrio: integra el Quad -con EE.UU., Australia y Japón-, pero también forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghái -apadrinada por Rusia y China, y que también integran Pakistán y un grupo de exrepúblicas soviéticas de Asia Central-.

“Una relación trilateral duradera con Rusia y China convive ahora con otra que involucra a EE.UU. y Japón”, subraya el actual canciller Subrahmanyan Jaishankar, en su libro The India Way. El diplomático defiende una “visión más transaccional de las relaciones internacionales” y afirma que “las acciones de la India deben ser vistas desde la perspectiva de la defensa de sus propios intereses”.

Los próximos cinco años marcarán el legado de Narendra Modi, el primer ministro indio con mayor poder de los últimos 40 años. Los nuevos equilibrios de poder determinarán el margen que tendrá el BJP para imponer su agenda, en un escenario inédito desde su llegada al gobierno en 2014.