En exclusiva para Infobae, Ineco brindó una serie de acciones para promover una rutina saludable con proyectos, socialización y participación comunitaria a favor de su bienestar físico y emocional.
El tiempo libre es un tiempo no obligatorio, lo cual significa que no depende de ninguna obligación y, por ese motivo, se suele decir que es liberador, al permitir destinar un espacio de la rutina para realizar actividades de disfrute personal.
También se lo define como autocondicionado, porque las condiciones son impuestas por cada persona: cuándo, dónde, de qué forma y en qué momento libre de obligaciones se puede realizar una determinada actividad, para intentar experimentar una sensación lo más parecida a la libertad.
“Es importante sostener actividades de tiempo libre en la rutina de las personas mayores dado que durante la vejez surgen distintos tipos de cambios, siendo uno de ellos el hecho de que suelen tener más tiempo libre de obligaciones, lo que los lleva a preguntarse acerca de qué podrían hacer en esos momentos para darle un sentido a su experiencia vital, y a la mejora en su calidad de vida”, expresó Daniela Zajdband, técnica en Recreación, Licenciada en Gerontología y miembro del departamento de Terapia Recreacional de INECO.
Es importante que en la vida cotidiana de la persona mayor haya distintos espacios y actividades que puedan promover una rutina saludable, con proyectos, espacios de socialización y de intervención en la comunidad.
“En ese sentido, la participación en actividades recreativas grupales resulta especialmente beneficiosa, ya que fomenta la interacción, tanto con pares como con personas de otras generaciones, pudiendo crear de ese modo nuevos lazos y relaciones sociales, habilitando también un espacio de protección y de cuidado entre los participantes”, mencionó Lucas Spano, Técnico en Recreación y miembro del equipo de Terapia Recreacional de INECO.
Además, los profesionales de INECO coinciden en que para las personas mayores las actividades recreativas ocupan un lugar de vital importancia, dado que propician un espacio para proyectar y redescubrir sus intereses y deseos, lo cual será la guía para buscar las actividades apropiadas para cada persona, ofreciendo así la posibilidad de vivenciar un envejecimiento sano.
En línea con ello, mencionan que es importante señalar el concepto de perfil recreacional, el cual refiere a ciertos rasgos de gustos o preferencias que cada persona tiene y que servirán para orientar estas vivencias en el tiempo libre teniendo en cuenta sus intereses y deseos, que son particulares de cada persona y están directamente relacionados con sus necesidades y capacidades. Esto permitirá encontrar las actividades adecuadas, llevando al disfrute y la autorrealización de cada persona.
En la búsqueda de una sociedad más inclusiva y participativa, es fundamental reconocer el valor y la contribución de las personas mayores en nuestra comunidad. En este sentido, los técnicos en recreación de INECO, Lucas Spano y Daniela Zajdband, brindaron algunas sugerencias de actividades recreativas para las personas mayores, que puedan promover su bienestar físico, mental y emocional.
No solo brindan la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y el ejercicio físico, sino que también fomentan la interacción social y el intercambio de experiencias dentro del entorno donde vivimos.
Puede ser una excelente manera de estimular la creatividad y la expresión personal de las personas mayores. Estas actividades no solo les brindan la oportunidad de aprender nuevas habilidades, sino que también les permite compartir sus conocimientos y experiencias con otros miembros de la comunidad.
Formar parte de clubes de lectura donde se debatan libros o películas seleccionadas, adaptadas a los intereses del grupo, proporciona un espacio enriquecedor para el intercambio de ideas y la reflexión.
Además, este tipo de actividades fomenta el aprendizaje continuo y el desarrollo cognitivo.
Son excelentes opciones para promover la concentración, la memoria y la agilidad mental. Organizar torneos o encuentros regulares puede ser una forma divertida y estimulante de reunir a personas mayores y jóvenes en un ambiente amigable y colaborativo.
La jardinería comunitaria, la lectura de cuentos a niños en bibliotecas locales o la participación en proyectos de voluntariado, no solo fortalecen los lazos familiares y sociales, sino que también enriquecen la vida de todos los involucrados.
Para finalizar, los especialistas comentan que es importante remarcar y recordar que la recreación no tiene edad y que las actividades lúdicas son esenciales en la vida cotidiana. Al jugar, se estimulan habilidades como la toma de decisiones, la resolución de problemas, la creatividad y la cooperación, lo que beneficia el entrenamiento cognitivo y la socialización.
“Reconocer la importancia del juego en todas las etapas de la vida es fundamental para mantenerse conectado con uno mismo y con el entorno. Además, al fomentar la inclusión y el acceso equitativo a actividades recreativas dentro de la comunidad para las personas mayores, se reconoce y valora su capacidad para disfrutar, aprender y contribuir, demostrando que la edad no es un impedimento para vivir una vida plena y saludable”, concluyeron Daniela Zajdband y Lucas Spano, integrantes del equipo de Terapia Recreacional de INECO.
infobae.com
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