Los volcanes son la conexión que tenemos desde la superficie del planeta con las entrañas de la Tierra. Y generalmente las erupciones volcánicas emiten gases, lava, rocas, cenizas, pero también varios tipos de minerales.
Pero lo que está sucediendo con el volcán Erebus, situado en la Antártida es sorprendente: está escupiendo polvo de oro.
El Erebus, en la Antártida, es el volcán activo más austral de la Tierra. Tiene una altitud de 3794 metros y está localizado en la isla de Ross, que también tiene otros tres volcanes activos. Esta montaña forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, que incluye 1600 volcanes activos en el planeta.
Los expertos que lo estudian afirman que está ubicado en una zona donde la corteza se ha adelgazado, permitiendo que el magma fluya fácilmente hacia la superficie a través de fallas, liberando bolsas de gas, que contienen alrededor de 80 gramos de oro. Con menos frecuencia, arroja rocas en erupciones estrombolianas.
Este volcán emite motas de oro cristalizado a un ritmo estimado de 6.000 euros por día, según calcularon científicos que lo estudian. Sus frecuentes explosiones han dejado este polvo de oro esparcido a una distancia de hasta 1000 km del cráter.
Los especialistas de la NASA revelan que la roca fundida puede elevarse fácilmente desde el interior de la Tierra, transportando partículas de oro a la superficie y cristalizándose. Los expertos sospechan que las partículas se mueven en el aire como polvo de oro, lo que ayudaría a resolver por qué se puede encontrar más allá del cráter.
Se ha observado que este volcán ha estado continuamente activo desde 1972, y en sus inmediaciones se encuentra el Observatorio del Volcán Monte Erebus, dirigido por el Instituto de Tecnología y Minería de Nuevo México (New Mexico Tech).
Philip Kyle, del Instituto de Minería y Tecnología de Nuevo México en Socorro, aclaró que los depósitos de oro pueden originarse en roca volcánica. “Cuando la lava de la montaña, que tiene una elevación en la cima de 3.794 metros (12.448 pies), emite gas caliente, esto transporta algunas de las partículas de oro al aire. El monte Erebus aparentemente escupe motas de oro de entre 0,1 y 20 micrómetros en los gases volcánicos y “60 micrómetros” en la nieve circundante”, explicó el experto.
El Observatorio de la Tierra de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) informó que el polvo de metales preciosos se ha detectado a una distancia de hasta 621 millas del chorro de lava más al sur de Erebus. Este tiene 12.448 pies de altura (3.794,02 metros), como parte de otros fenómenos de expulsión.
La NASA declaró: “Emite regularmente columnas de gas y vapor y ocasionalmente escupe rocas (bombas)”. Se trata de una actividad volcánica que ha llamado la atención de geólogos de todo el mundo, que intentan saber más sobre las emisiones de la montaña y entender por qué un lago de lava activo ha persistido durante tanto tiempo.
De acuerdo con la NASA, investigaciones recientes plantean que una razón podría ser el bajo contenido de agua del magma, que lo hace menos volátil a medida que se acerca a la superficie.
Antes de la aparición de este lago de lava, se sabe que el monte Erebus estuvo activo en 1841. De esto dio cuenta el oficial de la Marina Real Británica James Clark Ross, quien lo avistó en esa época por primera vez durante su exploración antártica.
El doctor en geología, Conor Bacon, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, Nueva York, dijo que este volcán ha estado en erupción continua desde 1972 y que el mismo comprende un “lago de lava”, en uno de los cráteres de su cumbre.
“En realidad, estos son bastante raros, ya que requieren que se cumplan algunas condiciones muy específicas para garantizar que la superficie nunca se congele”, aseveró. Debido a la falta de conocimiento sobre los formatos volcánicos en la Antártida, es un desafío comprender los posibles eventos que podrían activar los otros cien volcanes helados.
Bacon articuló que Erebus y la Isla Decepción tienen un número limitado de instrumentos de monitoreo permanente que consisten principalmente en sismómetros para detectar actividad sísmica asociada con disturbios volcánicos.
“De vez en cuando, los investigadores desplegarán redes más extensas de instrumentos para realizar estudios específicos, pero esto, naturalmente, conlleva una gran cantidad de desafíos logísticos en comparación con los muchos volcanes, mucho más accesibles, en otras partes del mundo”, precisó el experto.
El nombre de esta enorme montaña se hizo famoso por la tragedia aérea del vuelo 901 de Air New Zealand, que el 28 de noviembre de 1979 se estrelló contra su ladera causando la muerte de 257 personas que iban a bordo.
infobae.com
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