Con dignidad y firmeza, seguimos reclamando por nuestras Malvinas.
El 2 de abril es un día que marca un capítulo importante en la historia argentina, un día que evoca sentimientos de patriotismo, honor y recuerdo. Es el día en que recordamos la valentía y el sacrificio de aquellos que defendieron la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas.
Es un momento para reflexionar sobre la tragedia de la guerra, sobre las vidas perdidas y los corazones rotos que dejó en su estela. Pero también es un día para rendir homenaje a los valientes hombres y mujeres que lucharon con coraje y determinación por una causa en la que creían fervientemente.
En este día, recordamos a los caídos, a los veteranos que regresaron con heridas físicas y emocionales, y a sus familias que sufrieron junto a ellos. Es un día para abrazar a aquellos que todavía llevan las cicatrices visibles e invisibles de la guerra, y para expresarles nuestro eterno agradecimiento y apoyo.
Pero también es un día para renovar nuestro compromiso con la búsqueda de una solución pacífica y justa a la disputa de las Islas Malvinas. Es un día para recordar que la paz y la diplomacia son los caminos que debemos seguir, y que el diálogo constructivo es la única manera de resolver nuestras diferencias.
En este emotivo homenaje, recordemos siempre el valor de aquellos que lucharon por nuestra patria, y renovemos nuestro compromiso de trabajar juntos por un futuro de paz, justicia y soberanía para todos los argentinos. Que el 2 de abril sea siempre un recordatorio de nuestra historia, pero también una inspiración para construir un futuro mejor para las generaciones venideras.