Esta afección es conocida desde 1950 y desde entonces se han estudiado formas de reducir el riesgo.
La trombosis del viajero es una condición que puede ocurrir en personas que realizan viajes largos, usualmente en avión, ya que la inmovilidad prolongada, como estar sentado durante varias horas, puede contribuir a la disminución del flujo sanguíneo en las piernas, aumentando el riesgo de formación de coágulos.
Esta condición, conocida también como síndrome de la clase turista, está relacionada con la formación de coágulos sanguíneos, generalmente en las venas profundas de las piernas, un fenómeno conocido como trombosis venosa profunda (TVP).
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a mediados del siglo XX el cirujano John Homans diagnosticó el primer caso de trombosis venosa relacionado con un médico de 54 años que había realizado un trayecto de 14 horas desde Caracas, Venezuela hacia Boston, Estados Unidos.
Síntomas y medidas de prevención de la trombosis del viajero
Los síntomas de la trombosis del viajero pueden incluir dolor, hinchazón o enrojecimiento en una pierna, aunque en algunos casos puede no haber signos visibles.
En caso de presentar cualquier de estos signos es necesario notificar a los asistentes de vuelo sobre la situación para que puedan asistir y, si es necesario, contactar con personal médico a bordo o en tierra.
Para evitar esta situación, la Facultad de Medicina de la UNAM recomienda durante viajes largos tomar por lo menos un vaso de agua cada 6 horas, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y con cafeína, evadir lapsos de inmovilidad de más de 4 horas y realizar ejercicios para las rodillas, pantorrillas y talones.
Otras medidas que se pueden tomar son evitar cruzar las piernas y otras posiciones incómodas que puedan afectar la circulación de la sangre, utilizar ropa holgada y calzado que no apriete, así como aprovechar las escalas para caminar, según Clínic Barcelona.
Por otra parte, la UNAM señala que Ácido Acetil Salicílico es comúnmente recomendado a los viajeros por sus propiedades anticoagulantes; sin embargo, no hay pruebas de su efectividad para reducir el riesgo de trombosis venosa del viajero.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
La Facultad de Medicina de la UNAM señala que hay varias condiciones y hábitos que pueden incrementar el riesgo de sufrir este tipo de trombosis, entre los que se incluyen la insuficiencia venosa, el uso de anticonceptivos orales, la edad avanzada, el sobrepeso, la obesidad, así como enfermedades relacionadas con la coagulación como las trombofilias.
En la lista de padecimientos que incremetan el riesgo están también la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el asma, la insuficiencia renal crónica, la artritis reumatoide, el cáncer, el VIH/SIDA y las várices.
También son factores de riesgo haber tenido una cirugía en las últimas 12 semanas o fracturas en los 3 meses previos.
Sumado a ello hay circunstancias que durante un vuelo pueden aumentar las posibilidades de sufrir una trombosis venosa profunda tales como:
– El aire frío y seco de la cabina que propicia la deshidratación, por lo que los asientos al lado de las ventanillas duplican el riesgo de sufrir un evento trombótico.
– Tomar más de dos copas de bebidas alcohólicas, debido a que esto favorece la deshidración, uno de los factores asociados a la trombosis.
– Dormir más de 6 horas.
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