Los diagnósticos de melanoma han aumentado considerablemente a lo largo de los años, pero las tasas generales de mortalidad, en cambio, se han mantenido estables, señal de que realmente no existe una epidemia de cáncer de piel, sino que los pacientes están siendo sobrediagnosticados.
Cada año se informa a más de 6000 españoles de que padecen un melanoma de piel. Las cifras de casos se han multiplicado en todo el mundo en las últimas décadas (hasta seis veces en Estados Unidos). Pero en lugar de deberse a un aumento de los factores de riesgo ambientales o a una detección más exhaustiva, los expertos atribuyen cada vez más este aumento al sobrediagnóstico. Un reciente artículo publicado en la revista BMJ Evidence-Based Medicine se suma a las crecientes pruebas de que la mayoría de las personas en Estados Unidos reciben diagnósticos de melanoma de forma innecesaria. La investigación sugiere que, aunque las células biopsiadas de la piel parezcan anormales al microscopio, es poco probable que provoquen problemas de salud actuales o futuros.
“No creo que haya suficiente gente que entienda el alcance potencial del sobrediagnóstico del melanoma. Es bastante alarmante”, afirma el autor principal del estudio, Adewole Adamson, dermatólogo de la Facultad de Medicina Dell de la Universidad de Texas (Estados Unidos); “se están detectando tumores que nunca habrían causado daño”.
Los investigadores concluyen que el 65% de las mujeres blancas y el 50% de los hombres blancos están sobrediagnosticados tras comparar las tasas de mortalidad general con el riesgo de por vida de recibir un diagnóstico de melanoma. El estudio se limitó a personas de raza blanca, un grupo significativamente más propenso a desarrollar la enfermedad.
La mayor categoría de sobrediagnósticos, más del 85%, se produjo con los lunares más finos de la capa más externa de la piel, conocidos como cánceres en estadio 0 o in situ, según el estudio.
El sobrediagnóstico es uno de los problemas más nocivos y costosos de la medicina, según un editorial publicado hace varios años. Esto se debe a que conduce a tratamientos innecesarios, con los consiguientes costes económicos y cicatrices. Los pacientes diagnosticados de melanoma no pueden contratar un seguro de vida. Y las personas que se enteran de que tienen cáncer suelen experimentar un miedo intenso que puede durar toda la vida.
“Los pacientes hablan de su miedo a morir, miedo al sol, miedo a que el cáncer reaparezca. Algunos toman decisiones drásticas sobre si van a casarse o tener hijos”, afirma Adamson; “estamos perjudicando a un número importante de personas”.
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Cánceres que realmente no lo son
El melanoma es la forma más peligrosa de cáncer de piel, porque en fases avanzadas puede extenderse por todo el cuerpo y en un pequeño porcentaje de casos conduce a la muerte.
Cuando los dermatólogos detectan lunares en un paciente sobre el que tienen dudas, toman una biopsia y la envían a un patólogo que examina las células con un microscopio de alta potencia. Si el diagnóstico es de cáncer, el paciente vuelve al médico para que le extirpe todo el lunar y una pequeña zona a su alrededor.
“Se trata de una intervención quirúrgica de mayor envergadura y con una cicatriz más grande” que la muestra de la biopsia, explica Nicholas Gulati, director de la Clínica de Detección Precoz del Cáncer de Piel de la Facultad de Medicina Icahn del Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos).
En muchos casos, el diagnóstico de melanoma es una decisión que toman los patólogos.
“En todos los sistemas orgánicos (no sólo en la piel) hay cosas que parecen cáncer… bajo el microscopio”, pero que en realidad no se comportan como tal, afirma Earl Glusac, investigador en dermatopatología del Centro Oncológico de Yale, quien detalló su preocupación por el sobrediagnóstico del melanoma hace más de una década.
Un artículo de revisión concluyó que las normas existentes no distinguen adecuadamente los crecimientos cutáneos que son realmente inocuos. Que muchos son realmente inofensivos quedó documentado en un estudio publicado en junio que concluye que las personas con melanoma in situ viven en realidad más tiempo que las que no tienen el diagnóstico, lo que indica “una detección significativa de la enfermedad de bajo riesgo entre las personas que buscan atención sanitaria”.
Glusac cree que una razón clave del aumento de los sobrediagnósticos de melanomas incipientes es que cada vez más personas se someten a pruebas de detección del cáncer de piel; al examinarse más lunares, más caen en esta categoría gris. Además, por razones que no están claras, las convenciones dermatológicas han cambiado el tamaño de los lunares que deben biopsiarse. Según Glusac, antes los dermatólogos limitaban las pruebas a los lunares del tamaño de una moneda de diez centavos (de igual diámetro que la de diez céntimos de euro) o más, mientras que ahora analizan crecimientos de una quinta parte de ese tamaño.
Glusac también señala el creciente problema de que los patólogos llamen melanomas a lesiones tempranas para evitar posibles juicios por mala praxis, ya que el melanoma es una de las principales categorías de demandas por patología.
“Ningún dermatólogo quiere ver a alguien entrar y luego salir de su consulta con algo que podría ser un melanoma del que no han tomado muestras”, dice Glusac. “Y los patólogos no quieren pasar por alto un melanoma: alguien podría morir como resultado de su error”.
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La mayoría de la gente no debería hacerse revisiones anuales
No se han realizado ensayos clínicos que documenten la eficacia de someter a todo el mundo a pruebas de detección precoz de estos cánceres. Un grupo de expertos del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. se pronunció en abril de 2023 en contra de recomendar revisiones periódicas del cáncer de piel a todo el mundo.
No obstante, algunos grupos, como la Fundación del Cáncer de Piel, sin ánimo de lucro, abogan por las revisiones anuales de la piel. La Academia Americana de Dermatología, formada por profesionales médicos, no adopta esa postura, pero sí anima a sus miembros a realizar revisiones periódicas entre el público general de sus comunidades.
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Los médicos coinciden en que las personas deben examinarse periódicamente la piel y acudir al dermatólogo si observan manchas nuevas o cambiantes, o que pican o sangran. Es importante que estos crecimientos se evalúen con una biopsia, porque el médico no puede saber si se trata de un cáncer invasivo con sólo mirarlo, dice Gulati.
Adamson quiere que los dermatólogos sean sinceros con los pacientes sobre la falta de datos científicos que respalden las revisiones periódicas de todo el cuerpo. También quiere que se lleve a cabo un ensayo clínico a largo plazo en el que se haga un seguimiento de las personas que se someten a las pruebas y de las que no, para determinar si la detección y extirpación de estos cánceres en estadio 0 tiene algún beneficio para la salud.
“Creo que no deberíamos promover el cribado del melanoma en personas que no presentan síntomas”, afirma; “ha habido este empuje para encontrar estos melanomas temprano, y este sobrediagnóstico es una consecuencia involuntaria de eso”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/02/melanoma-sobrediagnostico-causas-riesgos-soluciones
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