El 15 de junio de 1992 el Dr. Wenceslao Miguel Ángel Meza, un urólogo que era conocido por haber sido el médico del dictador Alfredo Stroessner, salía de su consultorio en el centro de Asunción y fue interceptado por dos hombres quienes a la fuerza lo llevaron secuestrado. En ese momento se ponía en marcha un siniestro plan que nunca tuvo la intención de cobrar un rescate, el móvil era la venganza.
Rápidamente la víctima fue llevada hasta una casa en el barrio Kennedy de Lambaré, donde se iba a desarrollar el más macabro plan que tuvo como ideólogo a Ricardo Chaparro, quien contó con la ayuda de varios cómplices.
El 16 de junio la desaparición del Dr. Meza movilizó a la policía y a la familia del hombre, pero los secuestradores esperarían para comunicarse y pedir el rescate. Finalmente al día siguiente una persona llamó a los parientes del médico y confirmó que fue secuestrado, que estaba bien y pedían US$ 300 mil de rescate. El secuestrador quedó en volver a llamar para dar más instrucciones, pero eso nunca más se comunicó.
El 20 de junio agentes policiales detuvieron a Ricardo Chaparro, quien fue interrogado sobre el paradero del médico y cayó en varias contradicciones. Al día siguiente le confesó a la policía la verdad.
Chaparro confirmó que efectivamente secuestraron al Dr. Meza, pero que nunca tuvieron la intención de cobrar el rescate, el pedido de dinero solo fue para entretener a los investigadores, mientras mataban y se deshacían del cuerpo de la víctima. Ya entregado Chaparro llevó a la policía hasta la casa del barrio Kennedy y les mostró donde estaba enterrado el urólogo.
Se cavó en el sitio y se encontró efectivamente el cadáver de la víctima, que presentaba varios impactos de bala. Chaparro confesaría luego que secuestraron al médico, no para ganar dinero, sino que fue parte de una venganza. Ricardo dijo que Meza fue pareja sentimental de su hermana y algo terminó mal y él quiso cobrar venganza.
Si bien el primero en ser detenido fue Chaparro, no tardaron en dar con los demás cómplices del hecho. Wilfrido González, quien fue el que cavó la fosa y Ernesto Cortaza, quien alquiló la casa en Lambaré y Gustavo Manzur Brítez, fueron los cuatro que participaron con diferentes grados en el hecho.
En 1998 el juez José Ignacio González Macchi condenó a Ricardo Chaparro a 25 años de cárcel, por ser el cerebro y ejecutor del Dr. Meza, Wilfrido González, fue sentenciado a 23 años y Cortaza, fue absuelto, ya que su defensa alegó que él alquiló la casa, pero nunca supo que iba a ser utilizada para un secuestro. Manzur Brítez, nunca se sometió al proceso se mantuvo por 17 años prófugo, hasta que fue detenido. Las condenas fueron ratificadas por la Cámara de Apelación en el 2002 y en el 2005 la Corte dejó firme el fallo.
Durante el largo proceso judicial fue cuando salieron a luz los entretelones de todo el caso del Dr. Meza. Se supo que Chaparro fue el ideólogo de todo y que fue el que mató a la víctima. Al día siguiente del secuestro Wilfrido González cavó una fosa en el patio trasero de la casa, luego compró varias bolsas de cal. Ricardo llevó al Dr. Meza cerca de la fosa y le dio un fuerte golpe en la cabeza con la pala, para matarlo. El médico sin embargo perdió el conocimiento, pero no murió, se movió nuevamente y peleó para escapar. Fue entonces que Chaparro tomó un arma de fuego y le disparó varias veces y luego lo arrojó al pozo. Trajeron las bolsas de cal y las tiraron sobre el cadáver, para que no despida malos olores con el pasar de los días. Luego taparon la fosa y abandonaron la casa.
Preso VIP
Ricardo Chaparro no era un criminal, no tenía antecedentes penales, es más era una persona dedicada a la docencia en un colegio de Asunción, pero su sed de venganza lo llevó a matar al Dr. Meza. Atendiendo a su formación académica, ya estando en la cárcel de Tacumbú comenzó a erigirse como un líder, siendo el vocero de los demás internos, solicitando mejores tratos y se ganó el respeto de la población penal.
Los directores del penal que fueron pasando con los años le daban ciertos privilegios a Chaparro, a quien incluso lo sacaron de la población penal y lo pasaron al sector de “La Granja”, un espacio que estaba detrás de la cárcel donde los internos tenían un régimen de semilibertad, el reo se volvió un interno “VIP”. Ricardo estudió derecho y se recibió de abogado tras las rejas.
El 7 de enero de 2009 el presidente de la República Fernando Lugo indultó a Ricardo Chaparo, quien para ese entonces estaba cumpliendo 16 de los 25 años de cárcel a los que fue condenado. Actualmente Chaparro ejerce su profesión de abogado, dice estar totalmente rehabilitado y ayuda a otros presos a agilizar sus procesos.
La otra cara de la moneda fue el caso de Wilfrido González, su cómplice, quien fue condenado a 23 años de prisión, pero logró salir al cumplir las dos terceras partes de su pena. Pero lejos de seguir los pasos de Chaparro, el hombre volvió a caer en varios hechos delictivos que lo llevaron una vez más tras las rejas. En el 2011 robó un teléfono celular y fue detenido, saliendo meses después.
Pero en el 2014 ya estando en libertad fue a visitar a un interno, pero en el control de rutina encontraron que tenía medio kilo de crack que iba a introducir a la cárcel y volvió a ser encarcelado. La vida de Wilfrido González se dividió en sucesivas entradas y salidas de la cárcel.
El secuestro del Dr. Wenseslao Miguel Ángel Meza, tuvo un solo fin y era la venganza. Cuando Chaparro y sus cómplices se lo llevaron no estaba planeado el cobro de un dinero, sino que el fin iba a ser el asesinato que finalmente se materializó hace 20 años.
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