El presidente inició las operaciones de la Bolsa de San Pablo donde cotizarán las acciones de la energética. En las inmediaciones, grupos protestaban por la decisión que generará aumentos de tarifas.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este martes en la Bolsa de San Pablo el acto que terminó de oficializar la privatización de Eletrobras, la mayor empresa de electricidad de América Latina, en medio de protestas por esta decisión que se prevé traerá a un aumento de las tarifas y que fue uno de los objetivos del ala ultraliberal del gobierno que ya apunta contra otras compañías estatales.
El mandatario tocó la campanilla electrónica de inicio para las operaciones de la Bolsa de Valores, en un acto que de forma simbólica se convirtió en un festejo del Ejecutivo por la privatización de la empresa, fundada en 1962 y desde entonces en manos del Estado brasileño.
Afuera del edificio, en la calle peatonal XV de Noviembre, centenares de personas protestaron contra la medida, uno de los objetivos del ala ultraliberal del Gobierno comandada por el ministro de Economía, Paulo Guedes, quien también pretende poner a la venta a la gigante petrolera Petrobras.
Las manifestaciones contra la privatización fueron encabezadas por movimientos sociales como el Movimiento de Afectados por los Diques Hidroeléctricos y el Movimiento de Trabajadores Sin Techo, además del sindicato de trabajadores del gremio de electricidad.
Expertos indican que el precio de las tarifas aumentarán al menos 8 por ciento a partir del próximo año con la gestión privada de la empresa, que recibió la segunda mayor capitalización accionaria de la historia del país para tomar su control.
Excapitán del Ejército y rodeado de ministros militares en su gabinete, Bolsonaro enterró lo que se llama en Brasil como “Era Vargas”, el período nacionalista del presidente Getulio Vargas en el cual se crearon las principales compañías estratégicas para la industrialización del país, como Eletrobras.
“Es un momento histórico. Esta empresa agotó su modelo y ahora puede caminar por sus propias piernas”, dijo en el acto el ministro Guedes, al lado de Bolsonaro.
El funcionario defendió la idea de que el gobierno de Bolsonaro reduce la inversión pública para darle espacio a la gestión privada.
Sin embargo, uno de los controladores que compraron más acciones es el fondo de inversión público de la empresa energética de Singapur.
La privatización es la segunda mayor de la historia detrás de la minera Vale, que fue vendida por la gestión del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
El Estado brasileño redujo de 72% a 45% su participación en la gigante Eletrobras, cuyos controladores serán ahora Singapore GIC, de Singapur, la canadiense CPPIB y la gestora brasileña 3G Radar.
El gobierno recaudó unos 6.000 millones de dólares en un proceso de venta mediante el traspaso del paquete accionario.
La estrategia de privatización había sido lanzada en el gobierno de Michel Temer (2016-2018) pero fue acelerado en la gestión de Bolsonaro, ya que la venta de la empresa había sido incluida en la plataforma de gobierno votada en 2018.
El Ejecutivo permitió la compra de acciones a través de recursos del llamado Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS), al que cada brasileño con empleo registrado tiene acceso tan solo en caso de despido o de necesidad para compra de vivienda.
Unos 370.000 trabajadores usaron parte del FGTS para comprar acciones de Eletrobras, una cifra que supera los 248.000 que lo hicieron en 2000 durante la oferta de la estatal petrolera Petrobras, pero por debajo de los 582.000 en 2002 con la privatización de la minera Vale, según el diario Valor Económico de este viernes.
El asunto encontró resistencia en el gremio de los trabajadores del sector eléctrico, pero no se expandió a toda la oposición.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva había dicho que la privatización de Eletrobras sería revisada en caso de vencer en las elecciones del 2 de octubre, donde los sondeos lo dan como favorito.
La privatización se hizo por medio de traspaso de paquete accionario, sin subastas ni dueños identificados inicialmente.
El gobierno de Bolsonaro tiene en carpeta, en caso de su reelección, la privatización de la mayor empresa del país, Petrobras, que opera desde 1998 con capital abierto
Para la política brasileña, la venta de Eletrobras significa el “entierro de la era de Getulio Vargas”, ya que el presidente nacionalista creó la empresa en 1954 así como la petrolera Petrobras, pasando a funcionar en 1962 por orden del presidente Joao Goulart, laborista derrocado por el golpe militar del 31 de marzo de 1964.
TELAM
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