Tener “pancita” se ha convertido en algo cada vez más frecuente, siendo en su mayoría hombres quienes ostentan de ese exceso de grasa acumulada. La mala alimentación, el consumo de alimentos procesados y la vida sedentaria son factores que juegan en contra, por lo que es necesario aprender a cuidarse para mantener la figura y llevar una mejor calidad de vida.
En nuestra sociedad, existen ciertas costumbres vinculadas a la mala alimentación que ya se han instalado en el pensamiento colectivo y que forman parte de la rutina de miles de personas.
Un claro ejemplo de ello es el hoy por hoy tradicional “desayuno” consistente en una empanada con pancito acompañado con una gaseosa o, para algunos con gustos más específicos, un consistente plato de “puretón”.
Si bien para muchos esto podría considerarse dentro de lo normal, el hecho de ingerir alimentos con una excesiva cantidad de calorías bajo ningún sentido es algo adecuado, puesto que genera un desequilibrio en el organismo, derivando en el sobrepeso o la obesidad.
La Lic. María Elida Torres, nutricionista, advierte sobre este tipo de hábitos alimenticios y señala que la aparición de la famosa “pancita” se debe mayormente a la mala alimentación, estando ligada a un exceso de alimentos procesados en la dieta diaria, así como de frituras o bebidas gaseosas, lo cual provoca el aumento en la cantidad de calorías en el organismo. Esta situación lleva al cuerpo a almacenar un mayor volumen de grasa.
El estilo de vida que uno lleva, la cantidad de horas de sueño y el nivel estrés diario también repercuten en el metabolismo, haciendo que éste acumule más grasa, especialmente en la parte abdominal, indicó.
La costumbre de “desayunar” alimentos con alto contenido graso no está para nada bien, enfatizó Torres, esto teniendo en cuenta que son alimentos pesados que cuestan digerir y que nos hacen arrancar el día con el estómago distendido o “hinchado” y con una sensación de pesadez. Un efecto que se produce con ello es el aumento del deseo por comidas del mismo tipo a lo largo del día.
No hay que olvidar que también aumentan el colesterol, los triglicéridos y la grasa corporal, lo cual a su vez aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, que son de la primera causa de muerte en el mundo, mencionó la profesional.
Entre las prácticas que deben desecharse para evitar subir de peso, la nutricionista recomienda dejar de consumir alimentos de mala calidad de forma constante, ya que sin darnos cuenta pueden aportarnos un exceso de calorías. De igual manera, se debe evitar estar todo el tiempo quieto sin hacer actividad física, dormir mal o vivir todo el tiempo estresado.
La realización de actividades físicas es de vital importancia para acompañar estas recomendaciones, ya que ayudan a gastar la energía acumulada a través de las comidas o, en otras palabras, a quemar más calorías.
“Hay que tener presente que no todo se trata sólo de bajar de peso, ya que uno podría lograrlo si realiza mucha actividad física, pero si sigue alimentándose mal, continúa el riesgo de desarrollar enfermedades como la hipertensión, la diabetes o hasta cáncer”, puntualizó.
Por Robert Bourgoing (@robertb_py).
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