El ex presidente, quien lanzará su candidatura el 7 de mayo, quiso sondear si los jefes militares aceptarían una eventual victoria suya en las elecciones presidenciales.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da SIlva, quien el 7 de mayo lanzará su candidatura presidencial para los comicios de octubre, envió a un emisario a dialogar con jefes militares para preguntar si la cúpula castrense, alineada con el mandatario Jair Bolsonaro, aceptará el resultado si él gana las elecciones, reveló el exministro de Defensa Nelson Jobim.
“La impresión que me quedó de estas conversaciones es que las Fuerzas Armadas son totalmente legalistas”, dijo Jobim, ex presidente del Supremo Tribunal Federal que fue ministro de Defensa de Lula y tiene llegada con el generalato, al diario O Estado de Sao Paulo.
La revelación ocurre un día después de que el propio Bolsonaro dijera en un acto por el Día del Ejército que en 2016 el entonces jefe de esa fuerza, general Eduardo Villas Boas, tuvo una “participación” en la crisis que derivó en la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff, aunque no precisó detalles.
Además, se conoce dos semanas después de que Lula anunciara que si es electo eliminará los cargos ejecutivos en el Estado de más de 8.000 militares que cobran salario duplicado y que fueron colocados en sus puestos por Bolsonaro, un excapitán del Ejército.
La elección se da en un escenario de polarización con ventaja para Lula de entre 5 y 10 puntos sobre Bolsonaro
El martes, durante el acto, el mandatario de ultraderecha elogió al Tribunal Superior Electoral por haber incorporado a las Fuerzas Armadas al proceso de organización de las elecciones, luego de haber estado durante un año denunciando con noticias falsas que el sistema electoral fue violado por hackers.
El general Villas Boas, amigo personal de Bolsonaro, del que es asesor especial, amenazó en 2018 por Twitter a la Corte Suprema cuando iba a tratar un habeas corpus para liberar a Lula, que estaba preso por orden del juez Sérgio Moro en el marco de la Operación Lava Jato, en una causa anulada en 2021.
Ese año Lula no pudo participar en las elecciones por estar preso y condenado y se impuso Bolsonaro, con lo que la ultraderecha llegó al poder por primera vez mediante elecciones.
El martes, Lula anunció en las redes sociales que el 7 de mayo será lanzada su precandidatura presidencial oficial en un acto del Partido de los Trabajadores (PT).
También será consagrada ante el PT la candidatura como vice del exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, un tradicional rival electoral de Lula, en el marco de las políticas de alianzas para intentar vencer en la primera vuelta del 2 de octubre a Bolsonaro.
La elección se da en un escenario de polarización con ventaja para Lula de entre 5 y 10 puntos sobre Bolsonaro, según las encuestas.
Bolsonaro pretende llevar como vice a su exjefe de gabinete y exministro de Defensa Walter Braga Netto, general de brigada que reivindica la dictadura militar. Braga Netto fue además interventor de Rio de Janeiro en 2018, durante la presidencia de Michel Temer, el vice que asumió tras la destitución de Rousseff por un juicio político en base a supuestos delitos en la distribución de las partidas presupuestarias, un cargo que posteriormente fue anulado por la justicia en todas las instancias.
El 31 de marzo pasado, en el aniversario del golpe de Estado de 1964, Bolsonaro, el Ministerio de Defensa y los tres jefes de Ejército, Marina y Aeronáutica, reivindicaron el episodio que instaló 21 años de dictadura militar al afirmar que sirvió para “reinstalar la democracia”.
Bolsonaro saltó a la fama mundial en 2016 durante el juicio político contra Rousseff, cuando al votar a favor del impeachment hizo un homenaje al excoronel Carlos Brilhante Ustra
Los militares acusados de delitos de lesa humanidad en Brasil no fueron juzgados ni sancionados en virtud de la Ley de Amnistía de 1979, que continúa en vigor.
El vicepresidente Hamilton Mourao, un general retirado, se mofó el lunes pasado de no poder llevar a juicio a los acusados de torturas, muertes y desapariciones durante la dictadura al afirmar que “esa gente está muerta”.
“¿Van a traerlos de vuelta de la tumba?”, disparó Mourao, quien dejó el Ejército en 2014 tras criticar el informe de la Comisión de la Verdad encargado por la expresidenta Rousseff para documentar los crímenes de la dictadura.
Bolsonaro saltó a la fama mundial en 2016 durante el juicio político contra Rousseff, cuando al votar a favor del impeachment hizo un homenaje al excoronel Carlos Brilhante Ustra, conocido jefe de los comandos represivos y torturador de los presos políticos.
TELAM
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