La papa colombiana no pasa por su mejor momento. No solo el aumento progresivo en su precio a los consumidores está generando preocupación, ahora Colombia se enfrenta a una problemática mayor: alrededor de 15.000 paperos del país dejarían de producir este alimento durante 2022.

Las razones de esta crítica situación serían varias. Germán Palacio, gerente de la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), explicó a este diario que el alto costo de los agroinsumos, que ha generado un aumento significativo en el costo de la producción, sumado a las importaciones y a la gran cantidad de intermediarios en la cadena, son los principales factores que están provocando que el sector pase por una de sus peores crisis.

Según datos del Departamento Administrativo de Estadística (Dane), en el primer mes de este año los colombianos pagaron un 140,16% más por la papa, frente a lo que se pagaba en enero de 2021. Este aumento progresivo en su costo la ubicó entre los alimentos que más presionaron la inflación.

Y aunque se creería que un mayor precio pagado por el consumidor beneficia a los productores, el alto costo que estos están teniendo que pagar por los insumos, sumado a que gran parte de la ganancia se la lleva el intermediario, ha hecho que cultivar este tubérculo sea un privilegio solo para aquellos agricultores que pueden asumir los costos de producción.

“La situación por la que estamos atravesando no es de ahora. Esto viene desde hace dos años. En 2020 los precios de la papa bajaron mucho, difícilmente se pagaba $10.000 por bulto; es decir, no se recuperaba ni el 20% de los costos de producción. En 2021 empezamos con unos precios competitivos, pero los bloqueos y el paro hicieron que la cosecha del primer semestre del año, que viene de Nariño, Cauca y Tolima, no pudiera salir”, apuntó Palacio.

Y señaló que a finales del año pasado el problema se trasladó al incremento en el precio de los insumos agropecuarios, cuando algunos aumentaron hasta un 170%.

Así, por estas razones, el gremio de los paperos estima que solo hasta principios de julio de 2022 los precios de la papa bajarían en el país.

Ante esta situación, Rodolfo Correa, secretario de Agricultura de Antioquia, anotó que también se debe considerar que los productores grandes han venido incrementando el área de siembra, y prueba de ello sería que hay escasez de semilla. Sin embargo, dijo, en vista de que el ciclo productivo de la papa es semestral, los resultados no se verían en el corto plazo, por lo que el precio no cedería hasta después de esos seis meses.

Yuberney Ospina es un cultivador de papa de La Unión, Antioquia, la mayor zona productora de este tubérculo del departamento. Según él, para los pequeños productores no ha sido rentable sembrar este alimento.

“Hace un año un bulto de abono estaba en $70.000 y ahora se consigue en $170.000. Además, la semilla también está costosa y escasa. Por eso, mientras el año pasado el kilo de papa costaba $1.500, ahora está a $4.000”, expresó Ospina.

Precisamente, esa difícil situación por la que atraviesa el negocio de la papa también ha hecho que muchos productores estén optando por trasladarse a sembrar otros alimentos como fresas, uchuva y frijol.

Actualmente, el país enfrenta una disminución de la oferta de papa, por lo que no se ha podido responder al incremento de la demanda que se ha dado con la reactivación económica. Por eso, el pronóstico de Fedepapa respecto al gran número de paperos que dejarían de cultivar este año deja ver un panorama, que, aunque ya es preocupante, se agravaría aún más.

“La papa es el segundo producto más importante en la canasta familiar colombiana, después del arroz. En el país hay 100.000 paperos y pensamos que unos 15.000 van a dejar de producir. De estos, 5.000 serían de Boyacá”, resaltó Palacio.

Por su parte, el futuro que visualiza Ospina tampoco es muy prometedor. Según el productor, conseguir quien cultive papa será cada vez más difícil. De hecho, comentó que en La Unión, de cada diez cultivadores de papa, solo siete continúan en el negocio.

Las compras externas de papa a países como Bélgica, Países Bajos y Estados Unidos siguen generando preocupaciones en el sector. (Ver gráfico).

Según Palacio, la cantidad de importaciones de papa congelada en bastones el año pasado representaron unas 200.000 toneladas de papa en fresco (sin procesar) cosechada en Colombia. Y esto, dijo, generó incertidumbre en los productores a tal punto que muchos abandonaron sus cultivos.

“Cada kilo de papa congelada que se importa, desplaza entre 2 y 2,5 kilos de papa en fresco. El dumping que se está presentando en las importaciones está cercano al 30%. Es decir, hemos evidenciado que le están vendiendo a Colombia por debajo del precio que venden en sus países”, añadió Palacio.

La situación crítica que vive el sector papero colombiano no sería momentánea sino estructural. Por esta razón, tanto Palacio como Correa consideraron que se necesita de la implementación de acciones que permitan apoyar más a los productores.

“Se deben promover los circuitos cortos de comercialización donde se compre directamente a los productores en las zonas productivas, con el fin disminuir la intermediación”, indicó Correa.

Y recomendó a los productores tratar de realizar mezclas físicas de diferentes fertilizantes, de acuerdo a las necesidades de los cultivos, para así hacerle un poco el quite al alto costo de los agroinsumos, así como al desabastecimiento que estos puedan presentar.

En cuanto a los consumidores, la sugerencia, por el momento, es migrar a bienes sustitutos como el plátano, el arroz o la yuca.

Palacio, por su lado, concluyó que el país debe combatir el rezago que tiene el agro en cuanto a tecnología, industrialización y financiación.

“Falta una mayor utilización de semillas certificadas, así como un mayor acceso al crédito para los productores. También se necesita inversión para el mejoramiento de vías secundarias y terciarias. El campo se está quedando solo”, enfatizó el líder gremial- C.