El israelí Simon Leviev se presentaba a sus conquistas como el heredero de un negocio de diamantes.
Parece una historia creada por todo un equipo de guionistas, pero no, es real y la vivieron en carne propia varias mujeres que revelaron la impresionante estrategia de estafa en la que cayeron por buscar el amor.
Tres de estas víctimas revelaron cómo las sedujo el mismo sujeto: Simon Leviev, y las deudas que deberán cubrir, en algunos casos, de por vida. Esta es la historia de El estafador de Tinder, película documental que se estrenó en Netflix esta semana y que se ubica entre las tendencias de la plataforma.
Todo empezaba cuando Leviev, nombre para el arte de la seducción, elegía a víctimas que se vieran económicamente pudientes y se presentaba como el heredero de un imperio de diamantes.
Mensajes cariñosos de ida y vuelta y un primer encuentro de película, en un restaurante con estrellas Michelin y con un guapo galán treintañero que hablaba de negocios de millones de dólares y de que buscaba el amor desinteresado de una mujer.
La siguiente fase de la relación, para todas la misma, era una invitación a acompañarlo a un viaje de negocios. Avión privado, más supuestos negocios de millones de dólares, más cenas románticas y más galantería.
De acuerdo al relato de Cecillie Fjellhoy, una noruega que conoció a Leviev en Londres, el romance iba viento en popa cuando su amado le contó que era atacado por socios peligrosos y que su vida corría peligro, con fotos de las heridas como prueba.
No podía tocar sus tarjetas ni millones de los bancos. Solo Cecillie, o la novia de turno, podía salvarlo. En pocos días, la noruega sobregiró sus tarjetas y sacó créditos, solo uno de ellos por $us 20.000, para ayudarlo.
Otra de sus víctimas y también noruega, Pernilla Sjoholm, igual cayó en Tinder con la misma estrategia. Ella gastó más de $us 100.000 para salvarlo de sus atacantes.
Vale la pena aclarar que las mujeres no daban todo sin garantías, cada detalle estaba pensado y justificado, él giraba cheques sin fondos y entregaba relojes de miles de dólares (si no fueran falsos).
Fue con la denuncia de Pernilla, agobiada por las deudas y que contó su historia a un diario noruego, que la tercera víctima apareció en escena.
La holandesa llamada Ayleen Charlotte contó que llevaba 14 meses de relación y los ahorros de su vida invertidos en Simon. Todo concordaba, el millonario en apuros y su novia al rescate.
Así, las tres mujeres y muchas otras que no se atrevieron a revelar su identidad a la prensa, lograron iniciar en 2019 una investigación con la que se identificó que el magnate era en realidad Shimon Hayut, un sujeto sin millones y con varias causas abiertas por estafas menores en Israel.
Hayut fue declarado culpable de robo, fraude y falsificación de documentos en su país, pero las denuncias de Europa no prosperaron por temas de jurisdicción.
La sentencia del falso galán fue de 15 meses, que, según la prensa internacional, se redujo a cinco por buena conducta. Gracias a ello, a sus 31 años, este personaje hoy se encuentra libre y ¿soltero?.
EL DEBER
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