El presidente brasileño, que contrajo COVID-19, asegura -sin pruebas- que la vacunación puede generar problemas a los niños más tarde.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió ayer a desincentivar la vacunación contra el COVID-19 en niños y minimizó las muertes en ese grupo poblacional (311 según cifras oficiales brasileñas). Esto un día después de que su Gobierno incluyera a regañadientes a los menores de entre 5 y 11 años en la campaña nacional de inmunización.
El mandatario, uno de los líderes mundiales más negacionistas sobre la pandemia, advirtió, sin aportar pruebas, de «posibles efectos colaterales a partir de los 22, 23 o 24 años», si los padres deciden vacunar hoy a sus hijos contra el coronavirus.
«¿Qué hay detrás de todo eso? ¿Cuál es el interés de Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria)? ¿Cuál es el interés de aquellas personas taradas por la vacuna? ¿Es por su vida, por su salud?», cuestionó el gobernante en una entrevista en la Radio Nova FM de Pernambuco.
La vacunación contra el covid de los niños entre 5 y 11 años fue autorizada por Anvisa el pasado 16 de diciembre con la fórmula de Pfizer, pero el Ministerio de Salud no incluyó a ese grupo poblacional en su plan de inmunización hasta este miércoles.
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