El nombramiento del experimentado Andrés Allamand le confiere un perfil más político a un cargo que ha venido siendo manejado por economistas.
El nombramiento del canciller chileno Andrés Allamand como nuevo secretario general iberoamericano confirma la instalación de un perfil más político en el cargo, hasta ahora de impronta más técnica y en manos de economistas, para afrontar el reto de fortalecer la integración de la región.
La elección de Allamand, de 65 años, como sustituto de la hasta ahora titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), la economista costarricense Rebeca Grynspan, no dejó indiferente a los 22 países que conforman la comunidad iberoamericana (19 americanos además de Andorra, España y Portugal).
Su nombramiento se dirimió tras varias votaciones muy reñidas y por mayoría, superando al canciller de Guatemala, Pedro Brolo; al exministro peruano José Antonio García Belaúnde y a la expresidenta de Ecuador Rosalía Arteaga.
Sin embargo, la Segib informó posteriormente que el nuevo secretario general fue elegido por aclamación.
Allamand es un consolidado político conservador y uno de los pesos pesados de la escena chilena, con experiencia en el Congreso y como titular de diversas carteras ministeriales durante los dos Gobiernos del actual presidente chileno, Sebastián Piñera.
Tras años de trabajo diplomático, este será su primer cargo en un organismo internacional, aunque en el pasado ya ha tenido experiencia multilateral articulando principalmente a su sector político.
Abogado de la Universidad de Chile, el nuevo cargo que asume Allamand lo ubica en un rol de articulador entre los Estados iberoamericanos para diseñar, pese a las diferencias ideológicas y culturales, políticas y acuerdos que sean viables en el mediano y largo plazo.
El desafío no es menor considerando los niveles de crispación que se viven a lo largo del continente americano y que, además, se trata de un canciller cuya administración concluye en marzo próximo con el cambio de Gobierno.
En una rueda de prensa posterior a la elección, Allamand dijo que la Segib tiene por delante «una agenda intensa» y que Iberoamérica «necesita mayor cohesión política» para superar la actual situación impuesta por la emergencia sanitaria, que ha dejado en evidencia «brechas y fracturas existentes» en la sociedad.
El político chileno señaló, además, que «hará lo posible» para adelantar la juramentación en el cargo, dado que su asunción está prevista para abril de 2022, fecha en la que se completa el mandato de cuatro años para el que fue electa Grynspan.
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