En último debate el senado aprobó iniciativa que busca que los productos ultra procesados lleven una etiqueta frontal, ahora falta conciliación con las dos cámaras antes del 20 de junio para que se vuelva ley.
Foto tomada del: New York Times
Después de seis años de intentos por parte de congresistas y Red paz el proyecto llamado comida a chatarra fue aprobado en el senado. Está iniciativa busca que los productos ultra procesados tengan la etiqueta en donde se digan cuantas calorías grasas y azucaradas tiene el producto. Luego de una discusión extensa y varios cambios de votos 49 congresistas respaldaron la iniciativa y 29 estuvieron en su contra.
La aprobación del proyecto fue celebrada por la oposición. La Cámara y el Senado deben conciliar el texto final antes del 20 de junio, día en que acaba la legislatura, para que se convierta, efectivamente en ley. El proceso para que este proyecto fuera aprobado tuvo complicaciones, por lo difícil que fue su trámite en el legislativo. Desde el año 2015 la organización Redpaz, la senadora Nadia Blel, del Partido Conservador, y varios congresistas alternativos, estaban luchando para que se aprobara esta iniciativa, principalmente para que los padres y los jóvenes conozcan los componentes de los productos que compran para su consumo, o si tienen exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas.
La última sesión tuvo especulaciones de que la iniciativa se hundiría debido a que Arturo Char, presidente del Senado, no lo había agendado para su discusión, cosa que indicaba que estaba en fuerte peligro. Contra todo pronóstico, Char agendó su último debate en el Senado en una carrera contrarreloj, como es usual en la última semana de la legislatura. Además también había rumores de que no se discutiría la iniciativa debido a la ausencia de Nadia Blel, única coordinadora ponente en Senado, quien estaba en licencia de maternidad. Esto último, sin embargo, no surtió efecto gracias a que José Ritter López, de la U, se hizo ponente de la iniciativa en la plenaria del Senado para continuar con su trámite en la recta final.
Durante el debate hubo confrontaciones de congresistas al no estar de acuerdo con iniciativa o por no tener claras las normas que se aplicarían en este, algunos funcionarios que habían dicho votar a favor lo hicieron en contra y así mismo del sentido contrario, finalmente se especificó que el proyecto lo que quiere es especificar que va a consumir la persona más no prohibir él producto a el cliente.
La ley de comida chatarra será de gran ayuda para los consumidores al conocer el contenido del producto, además este proyecto faculta al Gobierno para diseñar herramientas pedagógicas como cartillas y aplicaciones sobre hábitos alimentarios y riesgos a la salud por consumo de comestibles ultra procesados. Asimismo, le da capacidad para que, con el liderazgo del Ministerio de Salud y la ANTV, fomente la transmisión de contenidos con mensajes de promoción de hábitos de vida saludables, enfocada a niños, niñas y adolescentes. Se espera que se concilie el proyecto por las dos cámaras para que pase a sanción presidencial y se convierta en ley de la República.
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