Una serie de denuncias por casos de mala utilización de recursos destinados a la compra y provisión de la merienda y almuerzo escolar, principalmente los provenientes del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) y de los royalties, nuevamente saltaron durante el periodo académico 2023. Esta situación es de todos los años, con denuncias de corrupción, mañosas licitaciones, falta de transparencia y mala calidad de alimentos.
Las denuncias de la Contraloría General de la República (CGR) señalan que, en muchos casos, se produjeron sobrefacturaciones, adjudicaciones en condiciones amañadas, falta de transparencia y rendición de cuentas, y disminución del tiempo de entrega de alimentos.
En este contexto, es necesario que el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) lidere un proceso de control y monitoreo de la ejecución de los gastos, en coordinación con la CGR. Esto permitiría combatir los negociados que se cocinan detrás de compras vía licitaciones u otras modalidades.
Además, es importante que las autoridades municipales y departamentales cumplan con el cumplimiento de la rendición de cuentas. El peso de la ley debiera recaer sobre las espaldas de estos malos representantes. Es necesario que se tomen medidas para evitar que las autoridades municipales y departamentales crean que las instituciones que administran son de su propiedad y evaden procedimientos de control con total impunidad.
En definitiva, el año lectivo 2023 culmina con muchos sinsabores en el servicio educativo. Si no se trata la corrupción en la compra y distribución de merienda y almuerzo escolar con antelación, seguiremos castigando a un estudiantado que necesita y merece mejores condiciones.
Las instituciones vinculadas al sistema educativo y los organismos de control deben optimizar tiempo para ajustar los mecanismos necesarios de control y mejora del acceso a la merienda y el almuerzo en las escuelas. El Estado debe seguir invirtiendo en la provisión de alimentos de buena calidad para estos niños que los necesitan, porque la inversión en educación es la única salida posible para un país que todavía tiene a una gran parte de su población en condiciones de pobreza.
El almuerzo escolar no es una concesión graciosa que hace el Estado a los niños carenciados. Tampoco es un favor o un gesto de grandeza: Es una obligación, y es hacer realidad el derecho consagrado por la Constitución del acceso a la educación para todos los niños.
La realidad que viven a diario los escolares franqueños y de otros puntos del país puede ser modificada. Pero las autoridades deben demostrar voluntad y compromiso para cambiar la situación de abandono en que viven tantos niños paraguayos. Ojalá 2024 sea el año en que se pueda dar ese cambio, por el bien de nuestros niños y adolescentes.
FUENTE DE ESTA NOTICIA: https://www.laclave.com.py/2023/12/18/alimento-escolar-debe-ser-entregado-en-condiciones-mas-dignas/
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