Algunos habitantes de Maceió viven días tensos. El pasado día 29, el ayuntamiento de la capital del estado de Alagoas, en el nordeste de Brasil, decretó una situación de emergencia ante el inminente derrumbe de una de las minas de sal gema explotadas por la petroquímica Braskem en el barrio de Mustange. Es un capítulo más de una historia que se prolonga desde 2018, cuando se registraron hundimientos en cinco barrios. Se calcula que unos 60 mil vecinos tuvieron que mudarse y dejar atrás sus propiedades.
El riesgo de derrumbe en una de las 35 minas de las que Braskem es responsable ha sido monitorizado por Protección Civil de Maceió y fue detectado debido al avance de los hundimientos. La petroquímica confirma que puede haber un gran derrumbe en la zona, pero dice que también existe la posibilidad de que el suelo se asiente. Un eventual derrumbe generaría un terremoto y tendría el potencial de abrir un cráter mayor que el estadio de Maracaná. Las consecuencias, sin embargo, son aún inciertas. El gobierno federal también está vigilando la situación.
A diferencia de la sal que solemos utilizar en la cocina, que se obtiene del mar, la sal gema se encuentra en depósitos subterráneos formados hace miles de años a partir de la evaporación de porciones del océano. Por este motivo, el cloruro sódico va acompañado de una gran variedad de minerales.
También conocida como halita, la sal gema se comercializa para su uso en la cocina. Muy común en los supermercados, la sal extraída en el Himalaya, que tiene un color rosado debido a las características locales, es un tipo de sal gema.
Sin embargo, la sal gema también es una materia prima versátil para la industria química. Se utiliza, por ejemplo, en la producción de sosa cáustica, ácido clorhídrico, bicarbonato sódico, jabón, detergente y pasta de dientes, así como en la fabricación de productos de limpieza e higiene y productos farmacéuticos.
La industria
Inicialmente, las operaciones en Maceió se centraron en la producción de dicloroetano, sustancia utilizada en la fabricación de PVC. No por casualidad, desde que abrió una unidad industrial en la ciudad de Marechal Deodoro, vecina de Maceió, en 2012, Braskem se convirtió en la mayor productora de PVC del continente americano. Otras industrias, como las de celulosa y vidrio, también utilizan sal gema en sus procesos.
La explotación de la sal gema, como la de otros minerales, depende de la concesión de licencias medioambientales. La exploración está supervisada por la Agencia Nacional de Minería (ANM). Brasil es un actor importante en el mercado internacional y, según datos de la ANM, en 2022 se produjeron 7 millones de toneladas. Sin embargo, la clasificación del año pasado muestra que los tres líderes mundiales tienen una producción mucho más sólida que todos los demás: China (64 millones de toneladas), India (45 millones) y Estados Unidos (42 millones).
En Maceió, la minería comenzó en 1976 de la mano de la empresa Salgema Indústrias Químicas, que pronto fue nacionalizada y más tarde privatizada de nuevo. En 1996, cambió su nombre a Trikem y, en 2002, se fusionó con otras empresas menores para convertirse finalmente en Braskem, con control mayoritario del Grupo Novonor, antiguo Grupo Odebrecht. Petrobras también participa en la empresa, con el 47% de las acciones, compartiendo el control con Novonor. Braskem actúa actualmente no sólo en Brasil, sino también en otros países como Estados Unidos, México y Alemania.
Excavación
La exploración en Maceió implicó la excavación de pozos hasta la capa de sal, que puede tener más de mil metros de profundidad. A continuación, se inyectaba agua para disolver la sal gema y formar una salmuera. Luego, mediante un sistema de presión, se llevaba la solución a la superficie. Al final de la extracción, estos pozos deben rellenarse con una solución líquida para mantener la estabilidad del suelo.
El problema en Maceió se produjo porque esta solución líquida se filtró, dejando agujeros en la capa de sal. Una hipótesis ya planteada por los investigadores es que el suceso está relacionado con las fallas geológicas de la región. En consecuencia, la inestabilidad del suelo provocó un terremoto que se sintió en marzo de 2018. El suceso provocó socavones en cinco barrios: Pinheiro, Mustange, Bebedouro, Bom Parto y Farol.
Con nuevos temblores y la aparición de grietas en casas y calles, Braskem anunció el fin de las operaciones mineras en mayo de 2019. La petroquímica dice que ya ha pagado R$ 3.700 millones en indemnizaciones y ayudas financieras a los residentes y comerciantes de estos barrios. Algunos de los afectados buscan reparación por la vía judicial. El caso también está siendo discutido en demandas presentadas por el Ministerio Público Federal (MPF).
Fuente de esta noticia: https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/geral/noticia/2023-12/mina-de-sal-en-riesgo-de-derrumbe-alerta-la-poblacion-de-alagoas
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