Hay que hacer frente al enorme déficit de viviendas en el país

El Ministerio del Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH) construirá 300 viviendas sociales en el departamento del Alto Paraná. El proyecto será posible mediante un convenio con el Parque Tecnológico Itaipu (PTI). Con esta iniciativa, muchas familias altoparanaenses podrán hacer realidad el sueño de la casa propia, con las condiciones adecuadas para garantizar bienestar y desarrollo integral de los ocupantes.

Recordemos que el Gobierno, a través del Ministerio de la Vivienda, puso en marcha el programa denominado Che róga porã, que consiste en el acceso a créditos para la construcción de residencias de aquellas personas que viven en alquiler. Beneficiará a familias de todo el territorio nacional con ingresos de entre 1 hasta 4 salarios mínimos, las cuales podrán acceder a una vivienda propia con financiación de hasta 30 años, a 6.5% de interés anual.

Un diagnóstico de la situación en Paraguay realizado este año revelaba que existía un déficit habitacional de 1.588.000 viviendas, entre las que deben mejorarse y las que se requieren construir para satisfacer la demanda de las nuevas familias que se van formando.

Ese déficit se nota no solo en los principales centros poblacionales de gran concentración de personas, sino que también en las áreas rurales donde la carencia de viviendas dignas se hace cada vez más notoria y preocupante porque incide directamente en la calidad de vida de la gente.

Una vivienda de calidad es un factor determinante de manera directa en el bienestar de las personas, pero también tiene una importante influencia positiva indirecta. Una vivienda con pisos, techos y paredes en buen estado previene numerosas enfermedades de alta prevalencia en Paraguay, como la diarrea infantil y el mal de Chagas.

La desnutrición infantil tiene como uno de sus determinantes la mala calidad de la vivienda y la falta de fuentes de agua potable adecuadas. El rendimiento escolar también está ligado a las buenas condiciones de salud determinadas por la calidad de la vivienda y por la existencia de espacio suficiente para el estudio en el hogar.

Está de más señalar que un mercado activo de viviendas genera empleos directos, dinamiza las economías locales y otros mercados como los de materiales de construcción. La construcción tiene un alto impacto en la generación de ingresos de trabajadores pobres y como mecanismo de acceso a la seguridad social.

Desde esta perspectiva, no cabe duda que la política de vivienda es central para el desarrollo del país. Esta política debe tener amplio alcance, tanto en términos de construcción por parte del propio sector público. La dimensión del problema exige mayor esfuerzo estatal. El Estado debe mejorar la eficiencia y eficacia de sus intervenciones si quiere ir cerrando las brechas.

Paraguay se encuentra en un momento demográfico clave en el que una gran cantidad de jóvenes demandarán más viviendas en las próximas dos o tres décadas, demanda que deberá ser atendida, además de dar solución al rezago ya existente. De otra manera, el problema no solo persistirá, sino que tenderá a ampliarse.