Ambos son directos, enfáticos y a veces procaces. Ambos evocan el retorno a glorias pasadas y se construyeron desde los medios con un odio visceral a la izquierda y a los políticos.
Aun así, equiparar a Javier Milei con Donald Trump puede ser un poco forzado.
El argentino Milei, en sus palabras, el “primer presidente liberal libertario de la historia de la Humanidad”, es, en cierta medida, una expresión local de una corriente global y es por esto comparado a menudo con el ex mandatario estadounidense Donald Trump.
Ambos, cultivando la mitología del “outsider”, se hicieron famosos gracias a la televisión y pertenecen a una nueva ultraderecha que tiene otros representantes en Jair Bolsonaro, ex presidente de Brasil, y el partido Vox de España.
Por todo esto, Milei, un economista de 53 años, suele ser calificado como “mini-Trump” o “Trump de la Pampa” para describirlo en una pincelada.
Antiperonista. Pero la victoria de Milei –hace una semana– con 55% de los votos está muy arraigada en circunstancias locales: El antiperonismo y la revisión de la narrativa sobre la dictadura. Pero, sobre todo, la economía.
“Hay parecido de familia, sin duda, pero es un error subsumirlos sin más al mismo movimiento, sin tener en cuenta las particularidades locales”, dijo a la AFP Gabriel Vommaro, doctor en sociología y analista político.
Por esto, Michael Shifter, investigador del centro de reflexión Diálogo Interamericano, con sede en Washington, estimó también que compararlos es “un poco forzado”, porque Milei es producto “de la profundidad de la crisis argentina y la desesperación generalizada que siente la gente”.
Argentina, que pasa por su peor crisis en 20 años, con una inflación anualizada de 143% y 40% de pobreza, votó contundentemente por el candidato que prometía un cambio radical del modelo económico.
Para explicar su victoria, el analista Carlos Germano piensa que, a pesar de que Milei tiene un discurso de derecha, no hay que enfocarse tanto en lo ideológico sino en el “el hartazgo y la falta de previsibilidad” que sufren los argentinos.
Antiestablishment. Además, Vommaro destacó que “Milei es realmente un emergente del antiestablishment”, a diferencia de Trump y Bolsonaro, y recordó que en el Congreso cuenta apenas con la tercera minoría.
Trump ganó la presidencia y gobernó Estados Unidos de 2016 a 2020 de la mano del tradicional partido Republicano.
Bolsonaro había sido diputado durante un par de décadas y también llegó a la presidencia con el apoyo de “actores establecidos en la política”, añadió el experto.
Pero, principalmente, “Milei es un libertario, y Trump es lo más lejano a un libertario que se pueda uno imaginar”, dijo Shifter.
Para el presidente electo argentino, el libre mercado debe determinar todas las relaciones comerciales, mientras que Trump fue un nacionalista que defendió el proteccionismo y la industria local.
Por último, ni Trump ni Bolsonaro fueron tan lejos como propugnar la eliminación del Estado en lo económico y “dinamitar” el Banco Central, que para Milei es “un mecanismo por el cual los políticos estafan a los argentinos”.
Batalla Cultural. Las redes sociales y la llamada “batalla cultural” que en estas se dirime, y que ganó relevancia durante la era Trump, catapultaron la popularidad de Milei.
La “batalla cultural” es un conflicto ideológico sobre temas como feminismos, despenalización del aborto, derechos LGBT+ y educación sexual. En este debate, la derecha se considera a sí misma una minoría derrotada en nombre de lo “políticamente correcto” y reivindica su derecho a una libertad de expresión supuestamente perdida.
Aunque “Milei es un aliado y en su coalición hay actores centrales de esa batalla cultural global”, el tema “no es algo medular en su discurso”, resaltó Vommaro.
No obstante, sí “participa de eso de forma oportunista, porque se da cuenta de que hay una oportunidad para representar sectores que carecían de vocería política”, agregó.
Por ejemplo, el influencer conservador Agustín Laje, autor de libros sobre el tema como “La batalla cultural”, es uno de los asesores ideológicos de Milei y subió al escenario con él en el cierre de campaña.
Allí Laje dijo que el nuevo gobierno buscará plebiscitar la ley del aborto y “sacar todo el progresismo del Estado; es decir, los ministerios de género, las diversidades, las feministas ‘entongadas’ (corruptas), los lobbys LGBT…”.
Nostalgias comunes. La mirada nostálgica del pasado también es un lugar común en Trump y Milei.
Milei reivindica a Juan Bautista Alberdi, padre de la Constitución argentina en el siglo XIX, a quien el libertario percibe como el inspirador del primer desarrollo económico del país. “Hoy abrazamos la libertad para volver a ser una potencia mundial”, declaró en su discurso de victoria.
Y Trump lo felicitó con una versión de su lema “Make America Great Again”, diciéndole: “Haz Argentina grande de nuevo”.
AFP
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