El ataque terrorista de Hamás en el sur de Israel y la respuesta militar israelí contra Gaza suman ya miles de víctimas mortales sobre el terreno. Y puede que tengamos que sumar una víctima política en Bruselas. Después de cuatro años de mandato del que se podía decir que tenía el vaso medio lleno, Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, decidió saltarse posiciones políticas europeas y sus competencias para marcar su propia línea con respecto al conflicto y llevar a Israel un mensaje en nombre de la Unión Europea cuando no era más que su propio mensaje.
El escándalo estalló el viernes 13 de octubre. Von der Leyen, acompañada de la presidenta del Parlamento Europeo, la también ‘popular’ Roberta Metsola, viajó a Tel Aviv, se reunió con el presidente Isaac Herzog y con el primer ministro Benjamin Netanyahu y dio un respaldo incondicional a la política del actual Gobierno israelí. Von der Leyen quiso decir que Israel respondería respetando el Derecho Internacional: “Sé que la respuesta de Israel demostrará que es una democracia”. En Twitter, aquel 13 de octubre, dejó un mensaje que alineaba a la Unión Europea con Israel, contrario a la posición oficial de la Unión Europea: “Es un momento de unir fuerzas contra el terror e Israel puede contar con la UE”. Sin menciones al derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado.
Von der Leyen no se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas y durante días repitió un discurso de condena del terrorismo de Hamás sin mencionar de ninguna manera lo que era y es la política oficial de la Unión Europea: defensa de las resoluciones de Naciones Unidas y por lo tanto de la solución de dos Estados que respeten las fronteras de 1967. La incondicionalidad del apoyo de Von der Leyen fue incluso más llamativa porque un día antes había hecho el mismo viaje el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pero este sí se trasladó a Ramala para visitar a Abbas y pidió a Israel “proporcionalidad” en su respuesta.
Las críticas le llovieron durante una semana. La cumbre europea del pasado lunes, organizada por videoconferencia, recordó, sin nombrarla, la ‘posición común’ europea para el conflicto. Y el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, repitió en varias conferencias de prensa que la política exterior la diseñan y deciden los jefes de Gobierno, coordinados por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la ejecutan los ministros de Exteriores, coordinados por él mismo. El papel de la Comisión Europea, y por lo tanto de Von der Leyen, en política exterior, es muy limitado.
La bronca pareció ir enfriándose en Bruselas y Von der Leyen desapareció por unos días de los focos del conflicto, por ejemplo, con su ausencia en la cumbre de El Cairo, a la que asistieron Charles Michel, Josep Borrell y Pedro Sánchez. Pero bajo el radar algo se estaba moviendo en unas instituciones comunitarias que si algo no aceptan es que les pisen sus competencias.
841 diplomáticos y funcionarios de la Comisión Europea, empleados en Bruselas o en delegaciones en terceros países, firmaron una carta durísima contra Von der Leyen. Algo inédito, nunca en la historia de las instituciones europeas se había visto un movimiento de protesta interno tan amplio y con un mensaje tan crítico.
La carta, de tres páginas, empieza denunciando la postura proisraelí de la presidenta del Ejecutivo comunitario y su poca empatía por la suerte de los palestinos. Condenan el ataque de Hamás y la respuesta militar desproporcionada de Israel, para después criticar “el apoyo fuerte e inmediato de la Comisión, sin siquiera pedir respeto por el Derecho Internacional Humanitario”.
El texto sigue diciendo que “no reconocemos los valores de la Unión en la aparente indiferencia manifestada en los últimos días por nuestra institución frente a la masacre de civiles que continua en Gaza, contra los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario”. La carta denuncia “el doble lenguaje manifiesto que considera el bloqueo de agua y carburante impuesto por Rusia al pueblo ucraniano como un acto de terror mientras que un acto idéntico cometido por Israel contra el pueblo gazatí es completamente ignorado”.
La carta tiene fragmentos muy duros: “No podemos ser observadores silenciosos cuando la institución que usted presenta no sólo ha sido incapaz de frenar la tragedia palestina durante décadas, sino por sus recientes desafortunadas acciones o posiciones que parecen dar vía libre a la aceleración y a la legitimidad de un crimen de guerra en la Franja de Gaza”.
Los signatarios también alegan que “la posición partisana de la institución contribuye a ensanchar la fosa entre Europa y el mundo musulmán, en el interior y en el exterior de las fronteras de la Unión” y a “acrecentar los sentimientos de antisemitismo”. Exigen a Von der Leyen que haga llamamientos al respeto a la normativa internacional, a un alto el fuego y a la protección de los civiles. Esta cuestión es la razón de ser de la Unión Europea”. La carta es la segunda del estilo, porque 350 diplomáticos holandeses firmaron otra criticando que su Gobierno condenara con la boca pequeña la muerte de los civiles palestinos frente a sus condenas de las muertes de civiles israelíes.
Von der Leyen, bajo presión desde hace días, contestó este lunes. En una respuesta a esa carta, dijo que está preparada “para escuchar las preocupaciones” del funcionariado. No hace referencia directamente a la carta crítica, pero les dice que entiende que muchos empleados se han visto afectados por la crisis “incluso a nivel personal”. También les dice que la Unión “siempre está del lado de la humanidad y los derechos humanos”.
Poco a poco Von der Leyen fue reculando. Sin mantener un discurso claro como el de Borrell o el de la inmensa mayoría de los ministros de Exteriores de los 27, sí empezó a hablar de Derecho Humanitario Internacional y de ayuda de urgencia a los palestinos. Este lunes escribió en Twitter: “Dejé claro que, en sus legítimos esfuerzos para luchar contra los terroristas de Hamás, Israel debe buscar cómo proteger las vidas civiles y respetar el Derecho Internacional Humanitario”. Nunca lo había dejado claro.
Pero puede ser demasiado tarde. Cuando empiece el próximo año y se vayan acercando las urnas europeas (el 9 de junio), los gobiernos empezarán a mover nombres y la alemana, que hasta ahora parecía casi segura de renovar su mandato si quería seguir, puede ahora verse descabalgada.
Para ello habrá que esperar al resultado que salga de esas elecciones y, sobre todo, a los equilibrios de poder para entonces en el Consejo Europeo. El Partido Popular Europeo (PPE) de Von der Leyen debe ser el primer grupo de la Eurocámara y será el que tenga más jefes de Gobierno en el Consejo, pero 20 años de presidentes del PPE pueden abrir las puertas a un liberal o un socialista. Sin patinazo en Israel Von der Leyen parecía ir de cabeza a renovar su mandato hasta 2029. Ahora hay más dudas que certezas.
Fuente de esta noticia: https://www.infolibre.es/internacional/von-der-leyen-funcionariado-europeo-revuelve-apoyo-incondicional-israel_1_1622590.html
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