La fundación del Estado de Israel en 1948 marcó un hito en la historia de Oriente Medio. Para entender el contexto, debemos retroceder al final de la Primera Guerra Mundial, cuando el Imperio Otomano se derrumbó. La Liga de las Naciones otorgó mandatos a las potencias coloniales, como Gran Bretaña, para administrar diferentes regiones, incluyendo Palestina.
En ese momento, Palestina estaba habitada por una población mixta de judíos, árabes y otros grupos étnicos. El sionismo, un movimiento que abogaba por un hogar judío en Palestina, ganó fuerza en Europa, particularmente después del Holocausto. Esto llevó a un aumento en la inmigración judía a Palestina bajo el mandato británico.
En 1947, las Naciones Unidas propusieron un plan de partición que dividiría Palestina en dos estados: uno judío y otro árabe, con Jerusalén como ciudad internacional. Aunque la resolución fue aceptada por los líderes judíos, fue rechazada por los líderes árabes, desencadenando una guerra civil en Palestina.
El 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurion proclamó la independencia de Israel, lo que llevó al conflicto armado con las naciones árabes circundantes. Durante este conflicto, que se conoció como la Guerra de Independencia de Israel, Israel logró expandir sus fronteras más allá de las del plan de partición de la ONU. Esto dio lugar a la creación de un estado judío con fronteras considerablemente ampliadas.
La cuestión de la ocupación de los territorios palestinos
El término “ocupación” se ha utilizado ampliamente en relación con Israel y los territorios palestinos. En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza y los Altos del Golán. Esta ocupación se ha mantenido desde entonces, lo que ha llevado a debates sobre su legalidad bajo el derecho internacional.
La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 1967, insta a Israel a retirarse de los territorios ocupados a cambio de reconocimiento y paz por parte de sus vecinos árabes. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha logrado un acuerdo definitivo para resolver esta cuestión.
El término “ocupación” se basa en la posición de que Israel ejerce control sobre territorios que no le pertenecen legítimamente, y esto ha llevado a tensiones y conflictos continuos en la región. Mientras que Israel argumenta que su presencia en estos territorios es una cuestión de seguridad nacional, los palestinos y muchos en la comunidad internacional consideran que es una ocupación ilegal.
Apropiación de tierras y asentamientos sionistas
Otro tema controversial en el conflicto Israel-Palestina es la apropiación de tierras y la construcción de asentamientos por parte de Israel en Cisjordania y Jerusalén Este. A lo largo de las décadas, ha habido casos documentados de tierras palestinas expropiadas para la expansión de asentamientos judíos.
Estos asentamientos han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional, ya que se consideran un obstáculo para la paz y una violación del derecho internacional. Organizaciones como la ONU y la Corte Internacional de Justicia han emitido opiniones que sostienen que los asentamientos son ilegales bajo el derecho internacional.
Israel ha argumentado que los asentamientos son una parte integral de su seguridad y desarrollo, pero esto ha sido objeto de controversia y desacuerdo.
Fuente de esta noticia Diario LARED21 Digital Uruguay.
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