La muerte del rehén jordano, quemado vivo por Estado Islámico, sacudió el ánimo de líderes políticos y religiosos
CAIRO.- El escalofriante video que muestra a militantes de Estado Islámico (EI) mientras queman vivo a un piloto jordano cautivo generó ayer una ola de dolor y furia en Medio Oriente, horrorizado por la brutalidad de la jihad. Es una indignación inusual en una región a la que Occidente le reclamaba mayor reacción contra EI y la crueldad de sus métodos.
Líderes políticos y religiosos denunciaron la ejecución y pidieron sangre y, al menos, uno de ellos lloró ante las cámaras al referirse al asesinato del teniente de 26 años Muaz al-Kasasbeh, cuyo avión F16 se estrelló en Siria en diciembre, durante una incursión aérea de la coalición liderada por Estados Unidos.
Ahmed al-Tayeb -el gran jeque de Al-Azhar, la institución de estudios más respetada del islam sunnita en Egipto- dijo que los extremistas merecen el castigo coránico de la muerte, la crucifixión o la amputación de sus brazos, por ser enemigos de Alá y de Mahoma.
“El islam prohíbe tomar la vida de un inocente”, dijo Al-Tayeb, y agregó que al quemar vivo al piloto los milicianos violaron la prohibición del islam de inmolar o mutilar cuerpos, incluso en tiempos de guerra.
La pena capital es utilizada en gran parte del mundo árabe por crímenes como el asesinato o el narcotráfico. El método preferido es el ahorcamiento, pero en países como Arabia Saudita las decapitaciones también son rutina. En Irán y Paquistán, el código penal prevé la lapidación como castigo por adulterio, aunque rara vez se aplique.
Quemar a alguien vivo, sin embargo, es un castigo inédito en el Medio Oriente contemporáneo. Un prominente clérigo saudita, el jeque Salman al-Oudah, escribió ayer que está prohibido por el islam y citó palabras del profeta Mahoma según las cuales el castigo por fuego está reservado sólo a Dios y en la otra vida.
Youssef al-Qarandawi, un eminente clérigo que reside en Qatar, muy respetado por los Hermanos Musulmanes y otros islamistas, emitió una declaración de cinco páginas en la que enumera los versículos y dichos coránicos atribuidos al profeta Mahoma donde se indica a los musulmanes no maltratar a los prisioneros de guerra.
“La laxitud con la que la comunidad internacional está lidiando con un presidente que asesina a su pueblo es la que generó estos grupos extremistas y les brindó un terreno fértil para su crecimiento”, dijo Al-Qarandawi, en referencia al presidente sirio Bashar al-Assad.
Hussein bin Mahmoud, teólogo vinculado con EI, citó en cambio un versículo del Corán que exige a los musulmanes pagarles a sus enemigos con la misma moneda, y como los ataques aéreos liderados por Estados Unidos “queman” a los musulmanes, según Mahmoud, el grupo debe quemar a los responsables de esos ataques.
Pero ésa es una postura adoptada sólo por los más extremistas, y la mayoría de los musulmanes se unieron para condenar el hecho. Iyad Madani, líder de la Organización de Cooperación Islámica, el mayor bloque de países musulmanes, que agrupa a 57 naciones y tiene sede en Arabia Saudita, condenó el asesinato.
“Es una flagrante transgresión al derecho de los prisioneros decretado por el islam, así como a los estándares morales humanos para tiempos de guerra y el trato de prisioneros”, dijo Madani. Es triste ver “el profundo malestar” en partes de Medio Oriente, agregó, además de la “decadencia intelectual, la fragmentación política y el abuso del islam, la gran religión de la misericordia”.
Las naciones árabes aliadas de Estados Unidos emitieron condenas del mismo tono. Así lo hizo el canciller de Qatar y también el de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdullah bin Zayed al-Nahyan, que reafirmó el compromiso de su país en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, según reveló The New York Times, Emiratos suspendió su participación en los bombardeos a raíz de la captura de Al-Kasasbeh, por temor a que sus propios pilotos pudieran caer en manos de los jihadistas.
En Turquía, también de mayoría musulmana, el presidente Recep Tayyip Erdogan calificó el hecho de “salvajismo”, mientras que Irán, que brinda ayuda a Siria e Irak en su lucha contra EI, dijo que el asesinato del piloto era un acto “inhumano” que violaba las leyes del islam.
OJO POR OJO
Los líderes del mundo árabe condenaron en el pasado las atrocidades cometidas por Estado Islámico, incluidas las decapitaciones de periodistas y voluntarios extranjeros, así como la matanza masiva de soldados iraquíes y sirios capturados. Pero el asesinato de Al-Kasasbeh, por quien se mantuvieron negociaciones sobre un posible intercambio por una jihadista iraquí condenada a muerte en Jordania, parece haber tenido un impacto mucho más cercano.
El político jordano Mohammed al-Rousan lloró frente a las cámaras al referirse al momento en que vio la muerte de Al-Kasasbeh y dijo que ni la gente acostumbrada a la violencia puede soportar ver a un hombre quemado vivo. Pero un segundo después, su dolor transmutó en furia. “¡Hay que hacer lo mismo con ellos!”, estalló durante una entrevista de televisión. “¡Matemos a sus hijos! ¡Matemos a sus mujeres!”
Del editor: por qué es importante. Es la primera vez que la región reacciona con tanta contundencia a la barbarie de EI. Un rechazo fuerte y sostenido puede moderar al grupo.
Agencia AP. Hamza Hendawi
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