Angus Murray, un ex ejecutivo en Macquarie Group Ltd y nativo de Australia, adquirió una red de túneles en el corazón de Londres que históricamente fueron empleados por los espías que inspiraron a James Bond, con el objetivo de transformarlos en una atracción turística tan icónica como la Rueda de Londres (London Eye).
Los antiguos refugios antiaéreos, conocidos como la Central telefónica de Kingsway, fueron adquiridos por Murray con el propósito de implementar una estrategia de renovación de cuatro años, cuyo costo se estima en alrededor de USD 269 millones de dólares, según datos de Business Mirror.
Los túneles, que se encuentran 40 metros por debajo de los despachos de abogados que predominan en el distrito de Holborn en Londres, fueron construidos en 1941 y 1942 como refugios durante los feroces bombardeos de la capital británica en la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, estos túneles se terminaron de construir cuando los ataques más dañinos ya habían pasado, por lo que nunca se utilizaron con ese propósito, de acuerdo con los historiadores de BT, el antiguo monopolio estatal de telecomunicaciones del Reino Unido.
En 1944, los túneles fueron utilizados por la Oficina de Investigación Interservicios, que en realidad era el nombre en clave para el Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE), una organización de espionaje a veces referida como el “Ejército secreto de Churchill”.
Una atracción turística
Según información recopilada por Smithsonian Magazine, el objetivo de Murray es transformar estos espacios históricos en experiencias inmersivas, inspiradas en taquillazos de cine, forrando los amplios espacios cilíndricos con pantallas gigantes.
Para esto, buscará aliarse con grandes estudios de Hollywood como Warner Bros. Discovery, creadores de la saga de Harry Potter, y Amazon.com Inc, los nuevos propietarios de los derechos de James Bond, confirmó Business Mirror.
Como parte del plan de revitalización, Murray pretende preservar ciertos aspectos de la historia de estos túneles, tales como la que, según dijo en entrevista con Independen, era la barra de bar más profunda del Reino Unido, donde los trabajadores subterráneos solían frecuentar.
Murray estima que la primera fase del proyecto, consistente en acondicionar el sitio para la construcción, tendrá un costo de más de USD 50 millones y terminará a fines del 2024.
Posteriormente, los túneles necesitarán una readaptación para contar con las comodidades modernas y cumplir con las aprobaciones de salud y seguridad, lo que implicará un costo adicional de USD 113 millones.
Para culminar la preparación del sitio de cara al público para 2027, se necesitará una última inversión de USD 90 millones de dólares, destacó Business Mirror.
Los túneles tienen espacio para albergar hasta ocho veces la cantidad de pantallas que tiene el famoso despliegue publicitario en la intersección del Piccadilly Circus de Londres. Sin embargo, Catherine Allen, fundadora de la organización de investigación y consultoría Limina Immersive, advirtió en el mismo medio, que la falta de luz natural y vías para orientarse podría ser un problema.
Pero el inconveniente más importante, según el propio Murray, es probablemente el sistema de planeación de Reino Unido con cuyos representantes en Londres ya se ha reunido y adelanta reuniones relacionadas con el proyecto.
Asegura que es importante valorar los beneficios de una nueva atracción como la que propone, pues esta podría atraer mayor inversión a una parte de Londres que, aunque ubicada entre atracciones turísticas como el Museo Británico y la catedral de San Pablo, tiene pocos atractivos propios.
infobae.com
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