París, 21 sep (EFE).- Los periodistas que trabajan en la Amazonia brasileña, que engloba a nueve estados del país y a buena parte del conocido como pulmón vegetal del planeta, han sufrido hasta 66 ataques en un año por su labor en la región, denunció este jueves la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En la primera edición del informe “Las Tierras Quemadas del Periodismo en la Amazonia”, que empezó a prepararse poco después del asesinato del reportero británico Dom Phillips y el etnólogo brasileño Bruno Pereira en el Valle del Yavarí en junio de 2022, RSF detalla que los ataques a la libertad de prensa en la región consisten en agresiones físicas, acoso o amenazas.
De entre los 66 casos registrados entre el 30 de junio de 2022 y la misma fecha de 2023, la organización con sede en París no da detalles de ninguno de ellos, aunque expone que 16 están “directamente relacionados con reportajes sobre la industria agraria, la explotación minera, los pueblos indígenas y violaciones de los derechos humanos”.
La Amazonia brasileña incluye la totalidad o parte de los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima, Tocantins, Maranhão y Goiás, donde residen más de dos tercios de la comunidad indígena brasileña.
Esta vasta área -prácticamente el doble de la superficie de Argentina- cuenta con verdaderos santuarios de la biodiversidad que, según los científicos, influyen en la regulación del clima.
Esta zona, conocida también como “Amazonia Legal”, está amenazada desde hace décadas por los intereses de la agroindustria -sobre todo la maderera, la ganadera y la de los monocultivos-, y de grandes empresas extractivas, especialmente mineras.
Aunque los enfrentamientos más virulentos son entre las comunidades indígenas y los grupos de “garimpeiros”, buscadores clandestinos de oro, minerales y piedras preciosas.
Durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2023), proclive a la explotación económica de la región, la tensión con los pueblos autóctonos subió varios peldaños, agravada por la deforestación de hasta 40.000 kilómetros cuadrados de bosque amazónico, un récord histórico.
“Incluso cuando no es el tema principal de las informaciones, el medioambiente está presente en gran parte de las cuestiones políticas tratadas por los periodistas en Amazonia. Un tercio de los ataques registrados se produjeron en vísperas de las elecciones presidenciales de 2022” que devolvieron el poder al progresista Luiz Inácio Lula da Silva, señalan los autores del informe.
RSF constata también que en la Amazonia los periodistas optan muchas veces por la autocensura como medida para protegerse ante las “injerencias políticas y económicas”.
Los informadores tienen además dificultad para hablar de historias de interés social situadas en zonas recónditas a las que no llegan por no conseguir sufragar los caros medios de transporte necesarios para llegar allí.
“La defensa del periodismo libre, plural, independiente y local en Amazonia debe ser parte integrante de las medidas para abordar la emergencia climática”, defiende Artur Romeu, director de la oficina de RSF en América Latina.
Entre las recomendaciones de RSF, figuran el desarrollo de políticas de prevención y protección para los periodistas que trabajan en temas sensibles en la región, la promoción de un ecosistema mediático plural y financieramente viable y la ampliación de la labor de monitorización de ataques contra periodistas en Amazonia.