Sergio Guillán González llegó a Madrid hace tres años desde León para estudiar Química en la Universidad Autónoma. Desde entonces, vive en el Colegio Mayor Juan Luis Vives, donde paga 780 euros mensuales por una habitación individual. Reconoce que vivir allí le resulta “un poco más barato”, que hacerlo en un piso compartido después de que la inflación y la escasa oferta de viviendas en renta haya colocado el precio del alquiler en máximos históricos: 11,34 euros el metro cuadrado.
“Este año unos compañeros del colegio mayor y yo buscamos piso para compartir, pero no nos salía a cuenta. En las zonas cercanas a nuestra facultad los alquileres eran muy caros. Teníamos que irnos lejos para encontrar pisos más baratos. Además, al precio del alquiler teníamos que sumar el de la comida, el gas, el agua, la electricidad… gastos que están incluido en la cuota del colegio. Sumando todos los gastos vimos que nos resultaba algo más caro, dependiendo del piso, que vivir en el colegio, a lo que había que añadir que teníamos que hacer la comida, ir a la compra, lavar la ropa, perder más tiempo en transporte público… En resumen: no nos compensaba cambiarnos”.
Un ejemplo parecido es el de Teresa, que hace tres años llegó de Almadén a Madrid y desde entonces reside en el colegio mayor Chaminade, donde paga unos 800 euros mensuales.
“Elegí este colegio porque mi padre había vivido en él cuando estudiaba la carrera y me parece una opción mucho mejor que un piso compartido, tanto por su precio como por todos los servicios que ofrece. Incluye muchas actividades que me saldrían muy caras si las tuviera que pagar a parte como el gimnasio, cursos, aulas de ensayo, piscina… Por todo ello nunca he pensado en cambiarme a un piso”. Eso sí, reconoce que con tantas actividades y compañeros alrededor, estudia “menos de lo que lo haría en un piso compartido, sobre todo en los periodos entre exámenes”.
Tanto Sergio como Teresa se benefician del descuento que hacen algunos colegios mayores cuando los estudiantes llevan en ellos tres años, ya que en este periodo muchos se plantean compartir piso, como le ocurrió a Sergio, y los colegios contraatacan bajando las cuotas para retener a los colegiales. El precio que tienen que pagar los universitarios que se alojan en ellos por primera vez ronda de media los 1.100 euros mensuales.
500 euros por habitación
Estos precios con ‘todo incluido’ resultan en muchos casos más competitivos que el coste que supone vivir en un piso compartido o alquilar una habitación, que ronda de media los 500 euros por persona solo por alojamiento, y que puede escalar hasta los 900 euros o más en zonas prime de ciudades como Madrid o Barcelona. Y es que el alquiler de habitaciones se ha disparado un 66,2% en los últimos siete años, según cálculos de Fotocasa.
A este coste hay que sumar el de suministros -electricidad, calefacción, gas, internet…- que sí están incluidos en los alojamientos universitarios junto a otros servicios como gimnasio, salas de estudio, seguridad 24 horas o piscina.
A todas estas ‘virtudes’ se suma su ubicación, apunta Eleonora Guardini, director de Ventas y marketing de Resa (Residencias universitarias para estudiantes), ya que muchas residencias y colegios están ubicados en zonas “privilegiadas, cerca de las principales facultades y campus universitarios y, en algunos casos, en su interior”. Reconoce que “ir andando a la universidad desde la residencia en pocos minutos no tiene precio”.
Colegios y residencias cuelgan el cartel de ‘Completo’
El aumento de la demanda de habitaciones en colegios mayores y residencias este curso, originado por la escalada de los alquileres, ha hecho que gran parte de ellos colgaran el cartel de ‘no hay plazas’.
“El año pasado había alguna plaza libre en mi colegio, pero este año está lleno. En mayo ya no había plazas y eso que aún no se habían hecho los exámenes de la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad)”, apunta Sergio Guillán.
Por su parte, Eleonora Guardini reconoce que la ocupación plena se ha producido sobre todo en mercados en los que “vivir en una residencia es más rentable que alquilar piso”. Pone como ejemplo el de la residencia Resa Siglo XX de A Coruña: “Este año hemos notado un aumento de la demanda del 16% en relación con el año anterior, repunte que podemos atribuir a la subida de los precios del alquiler en la ciudad”.
El número de solicitudes de plazas se ha incrementado en las 40 residencias de Resa, Una tendencia que, en opinión de Guardini, se ha observado especialmente en ciudades como Madrid, a la que este año han acudido cerca de 60.000 estudiantes, Barcelona o Valencia: “El incremento de la demanda ha hecho que estemos llenos en la mayoría de nuestras residencias. Las ubicadas en Barcelona y Madrid fueron en las primeras que colgaron el cartel de completo”.
Fuente de esta noticia Infobae
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