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Los catalanes se preparan para protagonizar mañana la que está llamada a ser la mayor movilización de su historia a favor de la independencia y el derecho a votar, el 9 de noviembre en referéndum, su secesión de España. La marcha coincide con la celebración de la Diada, el día nacional de Cataluña.

El lema de la campaña que promueve la manifestación independentista, “Ara és l’ hora (Ahora es la hora)”, no deja lugar a dudas sobre el momento clave que vive la poderosa norteña región de España. Tampoco el eslogan de los afiches que empapelan toda Cataluña: “Llenemos las calles para llenar las urnas”.

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Óminum Cultural, las plataformas ciudadanas que estuvieron detrás de las movilizaciones multitudinarias de los dos últimos años en Barcelona a favor de un Estado independiente, tienen claro que la del 11 de septiembre de 2014 tiene que ser la “definitiva”.

“Vamos a votar y vamos a ganar la independencia”, asegura la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, quien no prevé otro escenario que la celebración de la consulta soberanista del próximo 9 de noviembre.

“Estamos convencidos del éxito de mañana, y nadie tendrá ninguna duda de que la consulta se va a hacer”, añadió en declaraciones a Télam.

Los catalanes partidarios de la independencia formarán una “V” humana que unirá dos grandes arterias de la ciudad de Barcelona, la Gran Vía y la Diagonal, a partir de la plaza de Les Glóries, con la que pretenden visualizar y reivindicar su derecho a votar y la “victoria” que aseguran que tendrá la independencia.

Los impulsores del acto aseguran que cuenta con más de 400.000 inscriptos en los distintos tramos de las cuadras que pretenden cubrir, que abarca unos 12 kilómetros.

La masiva manifestación de la Diada de 2012, que según los organizadores sumó un millón de personas, supuso un punto de inflexión. En plena crisis económica y malestar social, el independentismo había ganado adeptos y capitalizaba las esperanzas de cambio de buena parte de la ciudadanía. Entonces, Artur Mas, quien ya se encontraba al frente del gobierno regional y había estado a la vanguardia en los recortes, dio un giro político y abandonó su nacionalismo moderado para abrazar la independencia.

En poco tiempo, Mas celebró elecciones anticipadas y tejió las alianzas necesarias para llevar adelante el plan soberanista, dejando atado su futuro al apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la fuerza de tradición independentista catalana. Se comprometió a realizar el referéndum, le puso fecha y elaboró una doble pregunta sobre la independencia de Cataluña, pasos que pusieron a su fuerza política, la federación Convergencia i Unió (CiU), al borde de la ruptura.

Dos años después, el presidente catalán se encuentra probablemente ante la decisión más trascendente de su vida política: si sacar o no las urnas en caso de que el Tribunal Constitucional español, como se espera, declare ilegal la consulta del 9 de noviembre.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, asegura que el referéndum catalán es ilegal y se muestra convencido de que no se llevará a cabo. Para impedirlo, su plan inmediato es apelar ante el Constitucional la ley de consultas que el Parlamento catalán tiene previsto aprobar a fines de septiembre para dar cobertura legal al referéndum.

Mas reiteró en numerosas ocasiones que no haría nada ilegal, ya que el éxito de la consulta dependía de ello. Sin embargo, el líder de ERC, Oriol Junqueras, instó al presidente catalán a seguir adelante con la consulta independientemente de lo que diga el Constitucional e incluso apeló a la desobediencia civil de los ciudadanos.

Frente a este escenario incierto, la ANC, principal motor de un soberanismo que creció al ritmo de movilizaciones, pero que también depositó sus expectativas en Mas, estará presionando en las calles con su máxima fuerza.

Una de las incógnitas es si la manifestación logrará superar los entre 600.000 y 1,6 millones de participantes, según datos de las fuerza de seguridad y los organizadores del último año. La reciente irrupción del caso de fraude fiscal y sospechas de corrupción del histórico presidente catalán Jordi Pujol -padrino político de Mas- generó gran indignación entre los catalanes, pero los organizadores afirman que no influirá en sentido negativo.

Por la Diada, fueron convocadas más de 50 manifestaciones en toda Cataluña entre hoy y mañana, así como actos institucionales que estarán presididos por Mas. Habrá movilizaciones contra los recortes y políticas neoliberales y grupos anarquistas llaman a convertir la “V” en una “A”. En tanto, la formación ultra Alianza Nacional también se movilizará.

Un total de 5.711 agentes de policía velarán por el normal desarrollo de la jornada, que tradicionalmente conmemora la caída de Barcelona frente a las tropas borbónicas en la guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714, hace 300 años.

Hoy, mito fundador del independentismo catalán.

Télam


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