Expertos alertan sobre los riesgos de cáncer de cabeza y cuello en jóvenes debido al consumo de alcohol, vapeo y cachimbas.

   La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha alertado a los adolescentes y jóvenes sobre la relación entre el consumo de alcohol y las nuevas formas de tabaco, subrayando el aumento del riesgo de sufrir cáncer de cabeza y cuello. Aunque actualmente afecta principalmente a personas mayores de 50 años, este perfil podría cambiar en las próximas décadas debido a estos patrones de consumo.

Con motivo del Día Nacional del Cáncer de Cabeza y Cuello, celebrado este miércoles, la SEORL-CCC ha destacado la evidencia científica que relaciona la exposición al tabaco, incluidos los productos derivados como cigarrillos electrónicos y cachimbas, el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer de cabeza y cuello.

Un metaanálisis de alta calidad incluido en la documentación del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco demuestra que el consumo de tabaco en cachimba triplica el riesgo de cáncer de cabeza y cuello. Además, revisiones publicadas en Tobacco Control confirman una relación positiva entre el uso de pipa de agua y el aumento del riesgo de cáncer, resaltando la necesidad de políticas regulatorias específicas debido al crecimiento acelerado de este hábito.

En cuanto al vapeo, aunque aún no existen series largas que permitan medir su incidencia directa sobre estos tumores, el Ministerio de Sanidad concluye en su informe sobre cigarrillos electrónicos que no son seguros, contienen sustancias potencialmente tóxicas y actúan como un preludio del tabaquismo entre los jóvenes.

El alcohol, por su parte, actúa como carcinógeno directo y facilita la penetración de toxinas derivadas del tabaco, además de potenciar la inflamación crónica y reducir los mecanismos de reparación del ADN. Su mezcla con el tabaco o productos relacionados incrementa entre 10 y 20 veces la probabilidad de desarrollar estos tumores.

Los especialistas han señalado el riesgo que supone la combinación de estos factores, considerando que más del 80% de los pacientes con tumores de cavidad oral, laringe y faringe son fumadores o han sido fumadores intensivos, lo que resalta la importancia del control del tabaquismo en todas sus formas.

CONSUMO EN ADOLESCENTES Y JÓVENES

Aunque los datos oficiales del Ministerio de Sanidad muestran una tendencia descendente en el consumo de tabaco tradicional entre adolescentes, los otorrinolaringólogos advierten que este descenso está siendo parcialmente compensado por las nuevas formas de fumar.

En este sentido, el 49,5% de los adolescentes de 14 a 18 años reconoce que ha probado cigarrillos electrónicos. Además, el 19% de la población de 15 a 64 años ha utilizado vapes, con un porcentaje significativo concentrado en la franja de 15 a 24 años; y el 49,5% de los estudiantes admite haber probado cachimbas, siendo el 44,8% en el último año.

Frente a estos nuevos modelos, el tabaquismo convencional sigue en descenso, pero no ha desaparecido. Según el ESTUDES 2025, el 27,3% de los estudiantes de 14 a 18 años ha fumado tabaco alguna vez y el 15,5% lo ha hecho en los últimos 30 días.

Paralelamente, el consumo de alcohol entre jóvenes, aunque muestra algunos signos de descenso, continúa en patrones elevados. El 71% de los estudiantes ha consumido alcohol en el último año y el 24,7% ha practicado consumo intensivo en el último mes, según la misma encuesta.

Con esta exposición, los expertos de la SEORL-CCC han identificado que el patrón actual, que combina el consumo de alcohol, cigarrillos electrónicos y cachimba, podría aumentar la prevalencia y adelantar la aparición de tumores tradicionalmente relacionados con edades más avanzadas, como el cáncer de cabeza y cuello.

Por lo tanto, la sociedad científica ha instado a implementar medidas que regulen el consumo de nuevos productos derivados del tabaco, acciones contempladas en el anteproyecto de la nueva ley antitabaco, cuya aprobación está pendiente. También han resaltado la necesidad de fortalecer las unidades de cesación tabáquica, que son esenciales en el manejo de la dependencia y en la prevención de futuros casos.

Finalmente, han recordado que el otorrinolaringólogo cirujano de cabeza y cuello es el especialista de referencia para la detección, biopsia, estadificación, tratamiento quirúrgico y rehabilitación funcional de estos tumores, y que los casos complejos deben ser abordados en unidades multidisciplinares especializadas dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS).