
Imagen Senado de Colombia
El gobierno del presidente Gustavo Petro sufrió este martes uno de los golpes legislativos más duros de su mandato, luego de que la Comisión IV del Senado decidiera archivar la reforma tributaria con la que el Ejecutivo aspiraba a asegurar cerca de 16 billones de pesos para financiar el Presupuesto General de 2026. En una votación que reflejó el ambiente de tensión política que rodeaba al proyecto, nueve senadores se pronunciaron en contra de la ponencia positiva, frente a solo cuatro votos a favor, cerrando de manera definitiva el camino para una de las apuestas fiscales más ambiciosas de la Casa de Nariño.
El trámite de la iniciativa se había convertido en un pulso prolongado entre el Gobierno y los partidos que se han distanciado de la coalición oficialista. Durante días, las comisiones económicas de la Cámara de Representantes habían levantado repetidamente el quórum, maniobra que aplazó sucesivamente los debates y abrió un compás de espera que el Ejecutivo intentó aprovechar para recomponer apoyos. Sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes y, pese a la intensa presión política, todo terminó por resolverse en contra de la reforma.
La tensión aumentó aún más cuando el presidente Petro, en medio del desgaste legislativo, lanzó la advertencia de que podría recurrir a la figura de la emergencia económica si el Congreso bloqueaba la iniciativa. El mensaje fue interpretado por varios legisladores como un intento de forzar el ambiente político y generó un rechazo inmediato entre los sectores opositores.
El senador conservador Efraín Cepeda expresó abiertamente el malestar que se había venido acumulando en la Comisión. Según afirmó, la estrategia del Gobierno de dilatar los tiempos no habría cambiado la postura de los congresistas, quienes consideran que la propuesta tributaria representaba un impacto negativo para los sectores populares y de ingresos medios. “Esta era ya la tercera sesión. Hubo dos sesiones en las que los afines al Gobierno rompieron el quórum. Había debate, pero no nos iban a cambiar el voto. Esta reforma golpeaba a las clases bajas y medias, y además hemos sentido una presión constante con la amenaza de una emergencia económica”, señaló el legislador tras conocerse el resultado.
El hundimiento de la reforma deja al gobierno Petro frente a un escenario fiscal aún más complejo y abre un nuevo interrogante sobre la estrategia que seguirá el Ejecutivo para asegurar los recursos que requiere el próximo presupuesto nacional. Con la derrota legislativa, también se profundiza la fractura entre el Gobierno y un Congreso que ha demostrado su creciente independencia en un año decisivo para la agenda política y económica del país.
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