
El médico Carlos Morínigo habló sobre el estado crítico de la salud pública, marcado por la falta de insumos, la baja inversión estatal y hospitales que se construyen sin garantías de funcionamiento.
El ex ministro de Salud y actual jefe de Endoscopía Respiratoria del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram), doctor Carlos Morínigo, trazó un diagnóstico contundente sobre la situación de la salud pública en Paraguay. Según afirmó, el país enfrenta un escenario “sumamente preocupante” debido al desabastecimiento de insumos, la deuda acumulada con farmacéuticas, la falta de planificación estratégica y la construcción de hospitales que no cuentan con garantías de funcionamiento pleno.
El especialista sostuvo que, sin un aumento real del presupuesto, la población seguirá soportando un sistema que no responde a las necesidades básicas de atención.
Morínigo también advirtió sobre el creciente gasto de bolsillo de los pacientes, el riesgo de una privatización de hecho y la ausencia de una política sanitaria coherente que permita fortalecer la red existente.
El médico puntualizó uno de los problemas más sensibles para la ciudadanía: la falta de medicamentos e insumos en todos los niveles del sistema. “Vemos una situación bastante preocupante. Es de público conocimiento el desabastecimiento y los reclamos de los pacientes”, afirmó.
Señaló que la contradicción es que mientras los hospitales sufren para conseguir paracetamol, guantes o insumos elementales, el Gobierno avanza en la construcción de nuevos centros hospitalarios, algunos de gran envergadura.
“¿Cómo se van a dotar de insumos y de profesionales esos nuevos centros asistenciales, si en los que tenemos ya hay déficit de insumos y de especialistas? Eso solo va a agrandar la brecha de acceso a la salud”, remarcó.
Morínigo también criticó el nivel de dependencia del sistema sanitario respecto de los recursos provenientes de los fondos sociales de Itaipú. Según recordó, la diputada Rocío Abed informó que la binacional destinó USD 300 millones a salud recientemente, fondos que fueron esenciales para sostener varias áreas.
Sin embargo, Morínigo advirtió que esto es insostenible a largo plazo. “Esos fondos deberían estar incluidos en el presupuesto de Salud Pública. No sabemos hasta cuándo van a estar disponibles, y el convenio termina dentro de poco. Siempre vamos a tener deficiencia en salud si es que nosotros no aumentamos el porcentaje del presupuesto necesario en base a todo esto que tenemos para seguir manteniendo este sistema”, resaltó.
Agregó que es un presupuesto que legítimamente tiene que ser incluido en salud pública porque ya hay un déficit. “Lo que debemos hacer nosotros es aumentar el porcentaje de PIB que se utiliza en salud pública. Nosotros tenemos el porcentaje más bajo en la región de inversión en salud con respecto al PIB. Tenemos 3,9, casi 4% nada más, mientras que en otros países tienen 7%, 8%, 9%”, comparó el profesional de la salud.
El Dr. Carlos Morínigo señaló que la estrategia que debe emplearse es aumentar el PIB en base a la realidad que se está observando. Expresó su preocupación, compartida por los trabajadores de la salud, y dijo que también debería ser de la ciudadanía, acerca de cómo se sostendrán, equiparán y garantizarán una atención constante en los grandes hospitales que se están construyendo o ya fueron terminados, así como sobre la forma en que se fortalecerán los centros asistenciales que ya existen.
Morínigo también se refirió al proyecto de construir un gran hospital en la Costanera Sur. Aunque no descartó su utilidad potencial, consideró que antes deberían fortalecerse hospitales como el de Barrio Obrero, el de San Pablo, el San Jorge o el propio Ineram.
Evitó emitir juicio de valor sobre la gestión de la ministra Teresa Barán, porque ella debe desempeñarse de acuerdo a los objetivos que el Gobierno o el presidente le va proyectando.
Precisó que el presidente debe evaluar objetivamente de acuerdo a su plan de salud, y evaluar los objetivos que se trazaron y si se cumplieron o no en estos años de gobierno. “Yo creo que las autoridades políticas, las que tienen decisión política, deben escuchar al pueblo, y el pueblo no está contento con lo que está teniendo en salud hoy en día. Y eso se lo transmite en forma diaria y cotidiana”, destacó el neumólogo.
Sin capacidad resolutiva
Morínigo comentó la semana pasada en sus redes, un ejemplo revelador del nivel de precariedad: un hospital recibió una sierra de ferretería como sustituto de un esternótomo, instrumento especializado para cirugías de tórax.
“Es un contrasentido en esa forma establecer una política de salud. Debemos fortalecer los hospitales que están, dotar con recursos, y a partir de ahí ir creciendo. Yo estoy totalmente de acuerdo con la construcción de hospitales en donde la población amerite que tenga un gran hospital”, expresó.
Según explicó, esta falta de capacidad resolutiva hace que los hospitales de mayor complejidad terminen saturados.
“Pacientes de Oviedo, de Encarnación o de cualquier punto del país vuelven finalmente al Ineram, porque los hospitales de sus ciudades no resuelven los casos. Y aquí tampoco tenemos insumos suficientes”, indicó.
Unidad de Salud Familiar
El ex ministro insistió en la necesidad de priorizar la atención primaria por sobre las grandes obras.
“Las unidades de salud familiar son la puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud. Ahí es donde tenemos que hacer hincapié profundo, sobre todo para la detección, la prevención de las enfermedades más prevalentes que atacan a esa población. De manera que ellos no necesiten ya llegar todos descompensados a los grandes hospitales”, manifestó.
Señaló, además, que fortalecer estas unidades requiere mucha menos inversión que un hospital nuevo digitalizado.
“De nada sirve abrir un edificio de última generación si en un centro de salud no hay paracetamol o ibuprofeno”, añadió.
Privatización de la salud
Morínigo mencionó que ciertos servicios pueden tercerizarse siempre que exista un control estricto y reglas claras, y sobre todo haciendo análisis de costos. Agregó que actualmente hay algo que en salud pública se denomina como aumento de “gasto de bolsillo” de los pacientes, que acuden a sanatorios y clínicas privadas para la atención médica. Sostuvo que el sistema termina alimentando un círculo vicioso en lugar de atender los problemas de forma primaria.
¿Cómo se van a dotar de insumos y de profesionales esos nuevos centros asistenciales si en los hospitales que tenemos actualmente ya hay déficit de insumos y de especialistas?
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