
Imagen Cancillería de Colombia
Colombia se encuentra en la fase final de preparación de un escenario regional de alto alcance que busca recuperar, fortalecer y proyectar hacia el futuro los vínculos ancestrales que han unido durante siglos a los pueblos del Caribe Occidental. Bajo el liderazgo de la Cancillería, la isla de San Andrés será sede, del 9 al 13 de diciembre, de la Segunda Cumbre de Pueblos del Caribe Occidental, un encuentro que reunirá a delegaciones étnicas, autoridades nacionales y extranjeras, líderes comunitarios, representantes institucionales y especialistas en desarrollo sostenible, cultura, historia y gobernanza.
La iniciativa, impulsada por el Gobierno colombiano, va más allá del intercambio político tradicional. Se trata de una plataforma de diálogo diseñada para reactivar la memoria compartida del Caribe y para construir una agenda conjunta capaz de responder a los retos contemporáneos que enfrentan los territorios insulares y costeros. La región, históricamente unida por rutas marítimas, sistemas de comercio ancestral, expresiones espirituales, saberes comunitarios y dinámicas culturales profundamente entrelazadas, encuentra en esta Cumbre un espacio para renovar alianzas que habían permanecido dispersas o subrepresentadas.
La ministra de Relaciones Exteriores, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, destacó que Colombia impulsa este encuentro desde una perspectiva que reconoce el valor intangible de la herencia común que une a las comunidades del Caribe Occidental. Afirmó que los pueblos garífunas, miskitos, creoles, raizales y afrodescendientes de distintos países comparten raíces profundas que han resistido el paso del tiempo y que hoy constituyen un capital cultural determinante para el desarrollo socioeconómico de la región. La Cumbre, explicó, pretende transformar esa memoria compartida en acciones concretas que impulsen la educación intercultural, la protección ambiental, el fortalecimiento territorial y la dinamización de economías locales fuertemente afectadas por la desigualdad estructural y el impacto del cambio climático.
Villavicencio subrayó además que el Estado colombiano ha intensificado su presencia institucional en el archipiélago con programas que buscan mejorar las condiciones de vida de la población, proteger sus ecosistemas y promover una mayor articulación entre los territorios insulares y el resto del país. En ese marco, la Cumbre representa una oportunidad para dialogar con otros países y coordinar esfuerzos regionales que permitan enfrentar desafíos comunes: la erosión costera, la disminución de los recursos marinos, la necesidad de diversificar actividades económicas, el fortalecimiento de los sistemas educativos y la adaptación a los fenómenos climáticos que afectan de manera particular al Caribe insular.
La agenda del encuentro será amplia y ambiciosa. Incluirá mesas de trabajo dedicadas a la reconstrucción de la memoria histórica; a la revitalización de prácticas culturales como lenguas, rituales, tradiciones orales y expresiones artísticas; y al análisis de estrategias para proteger el patrimonio natural del archipiélago, desde los arrecifes coralinos hasta los bosques secos tropicales. Las sesiones ambientales abordarán temas como la gestión del turismo sostenible, la conservación de especies vulnerables, la resiliencia ante emergencias climáticas y la creación de modelos comunitarios de aprovechamiento responsable de los recursos.
En materia económica, se explorarán rutas para promover el emprendimiento aislado y regional, así como para facilitar el intercambio de conocimientos técnicos y la integración de cadenas productivas que permitan mejorar la autonomía económica de las comunidades étnicas. También se debatirán opciones de cooperación para fortalecer la movilidad estudiantil, impulsar la investigación intercultural y ampliar la formación técnica y profesional adaptada a las realidades del Caribe insular.
Expertos en historia, sociología, medio ambiente, economía y políticas públicas acompañarán a las delegaciones para aportar perspectivas comparadas que faciliten la construcción de acuerdos. El propósito es que la Cumbre no concluya únicamente con declaraciones, sino con una hoja de ruta clara para avanzar en proyectos que fortalezcan a los pueblos del Caribe Occidental y que refuercen la capacidad de la región para enfrentar los desafíos globales.
San Andrés, territorio emblemático por su diversidad cultural y por su papel como punto de encuentro entre tradiciones caribeñas, se convierte así en el escenario ideal para una conversación que busca trazar un camino común hacia la integración, el desarrollo sostenible y la preservación de la identidad regional. El Gobierno colombiano espera que esta segunda edición de la Cumbre marque un hito en la cooperación entre los países del Caribe Occidental y consolide a la Cancillería como un actor clave en la promoción de una agenda colectiva que mire al futuro sin perder de vista el valor de la historia compartida.
carloscastaneda@prensamercosur.org
