
La ciudad portuaria de Shimonoseki, en el extremo suroeste de Honshu, es uno de esos lugares de Japón donde el mar, la historia y la gastronomía se mezclan de forma casi perfecta. Rodeada de agua por tres lados y separada de Kyushu por el Estrecho de Kanmon, esta ciudad huele a sal, a pescado fresco y a relatos de samuráis, tratados internacionales y túneles que pasan por debajo del mar.
Más allá de su fama como “capital del fugu”, Shimonoseki es el escenario de batallas decisivas como Dan-no-ura, de la firma del Tratado de Shimonoseki que cambió el equilibrio de poder en Asia Oriental y de una relación muy especial con el vecino puerto de Moji (Mojiko). Si te apetece un viaje algo diferente, con historia potente, rutas curiosas y mucha comida rica, aquí tienes una guía completa para exprimir la zona al máximo.
Shimonoseki y el Estrecho de Kanmon: dónde estás realmente
Shimonoseki se asienta en el punto en el que Honshu prácticamente “toca” la isla de Kyushu, separada solo por el Estrecho de Kanmon (Kanmon Kaikyo). En la orilla opuesta está Kitakyushu, con el histórico puerto de Moji, y entre ambas orillas discurre una de las rutas marítimas más transitadas del país.
Este estrecho angosto de apenas 600 metros en su punto más estrecho conecta el mar de Japón con el mar Interior de Seto, y es famoso por sus corrientes rápidas y cambiantes. Desde la costa verás un desfile continuo de buques de carga, pesqueros y ferris, todo ello presidido por la silueta del enorme puente colgante de Kanmon, inaugurado en 1973.
Además de su importancia logística, el Estrecho de Kanmon tiene un peso simbólico enorme: fue escenario de la Batalla de Dan-no-ura en 1185, el combate naval que puso punto final a las Guerras Genpei, hundió al clan Taira (Heike) y abrió la puerta al shogunato de Kamakura. Muchos de los rincones interesantes de Shimonoseki miran directamente a este paso de agua.
Mercado de Karato: templo del fugu y del marisco fresco

Si vienes a Shimonoseki y no te pasas por el mercado de Karato (Karato Ichiba), te estás perdiendo media gracia de la ciudad. Ubicado a orillas del Estrecho de Kanmon, es mucho más que una simple lonja: aquí se entiende por qué a Shimonoseki se la conoce en todo Japón como la capital del pez globo.
El mercado funciona a diario como lonja mayorista, donde los pescadores locales descargan sus capturas y las venden directamente a restaurantes y minoristas. Sin embargo, los fines de semana y festivos se transforma en un auténtico paraíso gastronómico: los puestos se llenan de bandejas de sushi y sashimi, frituras, platos preparados y, por supuesto, mil y una versiones del famoso fugu.
Además de la clásica presentación de fugu en usuzukuri (láminas ultrafinas), verás este pez en tempura, en karaage (rebozado y frito), en guisos y en otras preparaciones menos típicas. También abundan otros tipos de sushi, marisco variado y hasta carnes más sorprendentes, como la ballena, todo recién preparado delante de ti.
La gracia está en ir picoteando: compras lo que te apetezca en varios puestos, te sientas en los bancos y mesas comunes repartidos por el mercado y montas tu propio festín informal. Eso sí, el sitio es muy popular entre turistas y locales, así que en horas punta puede costar encontrar asientos libres.
Muelle de Kanmon: ocio, acuario y noria con vistas
El Mercado de Karato se sitúa en uno de los extremos del muelle de Kanmon, una zona de paseo muy agradable donde se concentran cafeterías, tiendas y restaurantes especializados en cocina japonesa y china, muchos de ellos con platos a base de fugu en carta.
Muy cerca del mercado se encuentra el acuario de Shimonoseki, conocido por mostrar cerca de un centenar de variedades distintas de pez globo. Es una visita curiosa si te interesa la fauna marina o viajas con niños, porque permite ver de cerca la diversidad de especies que dan fama a la ciudad.
En la misma área se levanta el parque de atracciones Hai! Karatto Yokocho, con una gran noria que se ha convertido en otro de los iconos visuales del puerto. Subir es una buena excusa para disfrutar de vistas amplias sobre el Estrecho de Kanmon, el puente y las costas de Moji al otro lado.
Santuario Kameyama Hachimangu: disparos y vistas al estrecho
Frente al mercado, en una pequeña elevación, se encuentra el santuario Kameyama Hachimangu, cuyos orígenes se remontan al año 859. Aunque el edificio ha sufrido reconstrucciones a lo largo del tiempo, lo que más llama la atención hoy es su espectacular torii de acceso, de unos 12 metros de altura, erigido en 1933.
Este santuario no solo es interesante desde el punto de vista religioso, sino también histórico: desde aquí se efectuó el primer disparo del bombardeo de Shimonoseki, una serie de enfrentamientos navales entre 1863 y 1864 en los que fuerzas de Reino Unido, Francia, Estados Unidos y los Países Bajos atacaron al daimyo Mori Takachika del clan Choshu, contrario a la apertura del país.
Además del trasfondo histórico, el recinto ofrece muy buenas vistas del Estrecho de Kanmon, por lo que es una parada ideal para hacerse una idea de la geografía de la zona y contemplar el ir y venir de barcos desde un punto algo más elevado.
Santuario Akama: el descanso del emperador Antoku
Otro punto imprescindible en Shimonoseki es el santuario Akama, vinculado de forma directa a la Batalla de Dan-no-ura y a la trágica historia del emperador Antoku. Este niño-emperador, perteneciente al clan Taira, murió ahogado con solo 8 años junto a su abuela cuando su bando fue derrotado por el clan Genji en 1185.
El santuario Akama está dedicado precisamente a Antoku y se reconoce rápidamente por su portón Suitenmon de color bermellón y por su arquitectura inspirada en el palacio submarino Ryugu-jo, morada legendaria del dios-dragón marino Ryujin según el folclore japonés.
Cerca del santuario pueden encontrarse también referencias a personajes de la tradición local, como la famosa estatua de Hoichi “el sin orejas”, protagonista de un conocido relato de fantasmas vinculado a los espíritus de los guerreros caídos en Dan-no-ura.
Parque Mimosusogawa y la Batalla de Dan-no-ura
A los pies del puente de Kanmon, en el extremo norte de Shimonoseki, se extiende el parque costero Mimosusogawa, dedicado a recordar la decisiva Batalla de Dan-no-ura. Aquí, el 24 de marzo de 1185, las fuerzas del clan Genji dirigidas por Minamoto no Yoshitsune derrotaron a la flota del clan Heike, comandada por Taira no Tomomori.
Este combate naval marcó el final de las Guerras Genpei, el ocaso del poder Taira y el ascenso imparable del clan Minamoto, que culminaría en la instauración del gobierno militar en Kamakura. Muchos consideran este momento como el auténtico arranque del sistema de shogunatos en Japón.
En el parque puedes ver las estatuas de Minamoto no Yoshitsune y Taira no Tomomori, inmortalizados frente al estrecho en actitud desafiante, así como réplicas de los cañones que se emplearon siglos más tarde en la defensa de la costa durante el siglo XIX, prueba de que la zona siguió teniendo un fuerte valor estratégico.
Monte Hinoyama: mirador sobre dos islas
Antes de cruzar hacia Kyushu, merece la pena subir a la cima del monte Hinoyama, una elevación modesta pero con unas vistas panorámicas espectaculares del estrecho, el puente Kanmon y las ciudades de Shimonoseki y Kitakyushu.
A la cumbre se puede llegar en coche o en teleférico. De día las vistas ya son muy vistosas, con el incesante tráfico marítimo y la silueta del puente, pero muchos viajeros recomiendan especialmente acudir al atardecer o de noche, cuando las luces de las ciudades y del tráfico dan un ambiente muy fotogénico.
En las laderas del monte aún se conservan restos de antiguas baterías costeras, que recuerdan el papel defensivo que tuvo este punto elevado en diversas épocas, especialmente cuando la zona era muy sensible desde el punto de vista militar.
Estrecho de Kanmon, puente y túnel peatonal bajo el mar
El Estrecho de Kanmon es uno de esos lugares donde se percibe claramente la mezcla de naturaleza e ingeniería. Su tramo más estrecho ronda los 600 metros, pero las fuertes corrientes y mareas hacen que navegarlo no sea ninguna broma.
El gran protagonista visual de la zona es el puente colgante de Kanmon, que une Shimonoseki (Honshu) con la zona de Moji en Kitakyushu (Kyushu) desde 1973. Desde casi cualquier punto del litoral norte de la ciudad obtendrás postales magníficas del puente sobre el agua, con barcos de todos los tamaños cruzando bajo sus cables.
Sin embargo, no es la única forma de cruzar: por debajo del mar discurre una red de túneles submarinos que incluyen líneas de shinkansen, trenes locales y carreteras. Y, de forma bastante singular, también existe un túnel exclusivo para peatones que permite caminar literalmente de una isla a otra.
Este túnel peatonal submarino, de unos 780 metros de longitud, se construyó en varias fases: el proyecto arrancó en 1937, se detuvo por la Segunda Guerra Mundial y finalmente se completó en 1958, años antes de la inauguración del puente. Recorrerlo a pie lleva unos 10-15 minutos y en el punto medio encontrarás una marca que indica la frontera entre las prefecturas de Yamaguchi (Honshu) y Fukuoka (Kyushu).
Mojiko, el puerto histórico al otro lado del estrecho
Al salir del túnel por el lado de Kyushu llegarás a Mojiko, el antiguo puerto de Moji, hoy integrado en la ciudad de Kitakyushu junto con otras localidades como Kokura, Tobata, Yahata y Wakamatsu. Su época dorada fue entre finales del siglo XIX y principios del XX, durante los periodos Meiji y Taisho.
En aquel entonces, Mojiko era uno de los puertos internacionales más importantes de Japón, junto a Kobe y Yokohama. Era la gran puerta de entrada a Kyushu para el comercio y los viajes desde el continente asiático, lo que atrajo bancos, compañías comerciales y edificios institucionales de arquitectura occidental.
Cuando la actividad portuaria principal se trasladó a otro lugar, muchos de esos edificios históricos se conservaron y restauraron. Hoy la zona se conoce como “Mojiko Retro”, un barrio donde pasear entre fachadas de estilo europeo, antiguas sedes bancarias y casas comerciales te transporta a la atmósfera de la modernización de Japón.
Desde Shimonoseki puedes llegar a Mojiko no solo por el túnel peatonal, sino también en ferri desde el puerto de Karato. La compañía Kanmon Kisen opera barcos cada unos 20 minutos, y el trayecto dura apenas 5 minutos, con buenas vistas del estrecho y del puente.
Parque Mekari y el Shiokaze-go: vistas desde Kyushu
En uno de los extremos de Mojiko se encuentra el parque Mekari, ubicado justo donde el Estrecho de Kanmon se abre al mar. Gracias a su posición al pie del puente Kanmon, ofrece panorámicas estupendas del propio puente, del tráfico marítimo y de la ciudad de Shimonoseki extendiéndose en la orilla opuesta.
En el parque puedes visitar el santuario Mekari, vinculado a la seguridad marítima y famoso por un ritual de Año Nuevo, y el pequeño faro de Mekari, que advierte de las fuertes corrientes. El sendero costero es perfecto para pasear al amanecer o al atardecer disfrutando de la brisa marina.
Para llegar hasta el parque desde el centro de Mojiko tienes varias opciones: a pie, en bicicleta de alquiler o en el pintoresco tren turístico Shiokaze-go Mojiko Retro Seaside Train, que recorre a baja velocidad (unos 15 km/h) parte de las antiguas vías de mercancías reconvertidas en ruta escénica.
Shimonoseki y el Tratado que cambió Asia Oriental
Además de batallas de samuráis y túneles bajo el mar, Shimonoseki fue escenario de un hecho decisivo en la historia moderna de Asia: la firma del Tratado de Shimonoseki que puso fin a la primera guerra sinojaponesa (1894-1895).
En aquella época, China bajo la dinastía Qing llevaba décadas debatiéndose entre reformas de modernización y reacciones conservadoras tras los golpes sufridos en las guerras del Opio. A pesar de iniciativas como el Movimiento de Occidentalización o Autofortalecimiento, impulsado por figuras como Zeng Guofan y Li Hongzhang y apoyado por la emperatriz viuda Cixi, el país sufrió vaivenes políticos que frenaron las reformas, especialmente cuando el emperador Guangxu asumió el poder y priorizó valores confucianos tradicionales.
Japón, por el contrario, había ido consolidando su fuerza militar y económica tras la Restauración Meiji. La victoria japonesa sobre China en la guerra sinojaponesa supuso un golpe brutal al antiguo orden de Asia Oriental, comparable a que una gran potencia actual fuese derrotada por un país mucho más pequeño. Para las potencias occidentales, que veían a China como un “león dormido”, fue la confirmación de que podían explotar aún más sus debilidades.
El Tratado de Shimonoseki, negociado entre Itō Hirobumi por parte de Japón y Li Hongzhang por parte de China, impuso a China una cuantiosa indemnización: en torno a 230 millones de ryō en plata, aproximadamente cuatro veces los ingresos anuales de Japón en esa época. Buena parte de ese dinero se destinó a reforzar el ejército y la marina japoneses, cimentando el poder que el país ejercería después sobre el resto de Asia.
Para China, en cambio, las compensaciones supusieron un lastre enorme y aceleraron su debilitamiento frente a las potencias occidentales. Además, Taiwán pasó a manos japonesas, convirtiéndose en la primera colonia formal del Japón moderno y abriendo un capítulo complejo en las relaciones entre ambos territorios.
Shunpanrō y el Pabellón Conmemorativo de la Paz Sinojaponesa
El lugar concreto donde se firmó el Tratado de Shimonoseki fue el restaurante tradicional Shunpanrō. El edificio original fue destruido en un bombardeo en 1945, pero posteriormente se reconstruyó y en 1985 se restauró por completo, manteniendo su prestigio como restaurante especializado en platos de fugu.
Junto al restaurante se alza el Pabellón Conmemorativo de la Paz Sinojaponesa, un pequeño edificio algo discreto entre los árboles pero muy relevante desde el punto de vista histórico. La entrada es gratuita y en su interior encontrarás paneles explicativos sobre el origen y desarrollo de la guerra sinojaponesa, detalles sobre las cláusulas del tratado y fotografías y caligrafías de protagonistas como Itō Hirobumi y Li Hongzhang.
La pieza central de la exhibición es una recreación a tamaño real de la sala de conferencias donde se firmó el tratado, protegida por paneles de cristal. Ver ese espacio físico, que muchas personas solo conocen por los libros de texto, ayuda a contextualizar mejor decisiones que cambiaron la historia de la región.
Cerca del pabellón pasa el llamado camino de Li Hongzhang, una ruta de montaña que el diplomático chino utilizaba para evitar la avenida principal tras sufrir un atentado durante las negociaciones. Hoy es un sendero tranquilo entre viviendas privadas, pero su nombre recuerda aquel episodio tenso de la diplomacia de finales del siglo XIX.
Siguiendo esa ruta llegarás al templo Injō, de la escuela de la Tierra Pura, donde se alojó la delegación china durante las conversaciones de paz. Exteriormente parece un templo más, y solo la presencia de un cartel informativo desvela su vínculo con el Tratado de Shimonoseki.
Otros puntos de interés en Shimonoseki
Además de los lugares ya mencionados, Shimonoseki ofrece otros rincones que pueden encajar bien en tu itinerario si dispones de tiempo suficiente.
Uno de ellos es la Kaikyo Yume Tower, una torre de 153 metros de altura que presume de ser la más alta del oeste de Honshu. Cuenta con un mirador acristalado desde el que se contemplan estupendas vistas del puerto, del Estrecho de Kanmon y de buena parte de la ciudad.
Otro sitio interesante es el barrio histórico de Chofu, antiguo pueblo castillo (jokamachi) que conserva parte del ambiente del periodo Edo, con templos, residencias y pequeñas calles que permiten hacerse una idea de cómo era la vida urbana mucho antes de la modernización de la zona.
Si te gusta explorar con calma, la combinación de estas visitas con los puntos más famosos del puerto, los santuarios y el túnel peatonal te dará una imagen mucho más completa de lo que ofrece la ciudad.
Alojamiento en Shimonoseki: ¿excursión o base de operaciones?
Por su posición estratégica y las buenas conexiones en tren, Shimonoseki es una excursión de día muy cómoda desde ciudades como Fukuoka e incluso desde Hiroshima si cuentas con un JR Pass o pases regionales de tren bala.
Si prefieres dormir en la propia ciudad, cerca de la estación de tren hay varias opciones prácticas. Entre ellas destaca el Dormy Inn Premium Shimonoseki, con habitaciones más amplias de lo habitual y un onsen muy bien valorado para relajarse tras un día de caminatas.
Otra alternativa es el Shimonoseki Station West Washington Hotel Plaza, un business hotel típico japonés: habitaciones pequeñas, funcionales y precios ajustados para quienes priorizan la ubicación y el presupuesto sobre el lujo.
En cualquier caso, conviene comparar opciones en los comparadores habituales de hoteles y apartamentos, ya que a menudo aparecen ofertas interesantes, especialmente fuera de temporadas muy altas.
Cómo moverse por Shimonoseki y el Estrecho de Kanmon
Para recorrer la costa de Shimonoseki y enlazar los principales puntos turísticos puedes utilizar la línea de autobús Hinoyama, que conecta muchas de las atracciones cercanas al estrecho y al monte. En las paradas encontrarás horarios actualizados, aunque lo más cómodo es recurrir a Google Maps para organizar tus trayectos.
Existe también un pase diario de autobús para Shimonoseki (Ichi nichi furi josha-ken), que permite usar de manera ilimitada los autobuses de la ciudad durante un día. Se puede comprar en la terminal de autobuses de Shimonoseki, en la oficina del muelle de Karato y en varios centros de información turística.
Si tu plan incluye cruzar al otro lado del estrecho, la ya mencionada compañía Kanmon Kisen opera ferris continuos entre el puerto de Karato y el de Mojiko, además de cruceros diurnos y nocturnos por el Estrecho de Kanmon que permiten disfrutar del paisaje desde el agua.
Para organizar mejor tu ruta, muchos viajeros utilizan mapas personalizados del área de Kanmon, Kitakyushu, Moji y Shimonoseki, que se pueden llevar en el móvil y consultar sin complicaciones durante el viaje.
Cómo llegar a Shimonoseki
La forma más habitual de llegar a Shimonoseki desde otras zonas de Japón es combinando shinkansen y tren convencional. Normalmente se llega primero a Kokura o a Shin-Shimonoseki en tren bala y, desde allí, se toma la línea JR Sanyo (convencional) hasta la estación de Shimonoseki.
Desde Fukuoka (estación de Hakata), el trayecto hasta Kokura en shinkansen dura unos 16 minutos. Después, un tren de la línea JR Sanyo te lleva a Shimonoseki en unos 14 minutos más. Todo el recorrido suele estar cubierto por el JR Pass y pases equivalentes.
Desde Hiroshima, puedes tomar un shinkansen hasta Shin-Shimonoseki (unos 41 minutos) y allí cambiar a un tren local de la JR Sanyo hasta Shimonoseki (unos 9 minutos adicionales).
Si sales desde Osaka (Shin-Osaka), el shinkansen te llevará hasta Kokura o Shin-Shimonoseki en unas dos horas y media, y de nuevo deberás completar el último tramo en tren convencional (alrededor de 15 minutos).
Para quienes viajan desde Tokio, el recorrido es más largo: primero se toma el shinkansen hasta Shin-Kobe o Shin-Osaka (unas 3 horas y 13 minutos), y desde allí se continúa en otro tren bala hasta Kokura o Shin-Shimonoseki (unas 2 horas más), para luego enlazar con la línea JR Sanyo hasta Shimonoseki.
También existe la opción de llegar en avión. El aeropuerto de Kitakyushu se encuentra a aproximadamente 1 hora y 20 minutos de Shimonoseki y a 1 hora de Kokura, y dispone de vuelos regulares a Tokio-Haneda, Nagoya-Komaki, Naha y varias ciudades del este de Asia como Busan, Seúl, Yangyang o Dalian, operados por compañías como JAL, ANA, StarFlyer, Jin Air, Korea Express Air o Tianjin Airlines.
Shimonoseki se perfila como un destino muy completo donde en un solo día puedes caminar bajo el mar, probar el fugu más famoso de Japón, asomarte a escenarios clave de la historia samurái y moderna del país y pasear entre puentes colgantes, viejos edificios portuarios y miradores frente a dos islas; cuanto más conoces esta ciudad y su estrecho, más entiendes por qué tantos episodios decisivos de Japón y de Asia Oriental han pasado precisamente por aquí.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/guia-completa-de-shimonoseki-y-el-estrecho-de-kanmon/
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