
Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), Cielo Rusinque
Colombia alcanzó un avance sin precedentes al obtener, por primera vez en su historia, la protección internacional de su bandera y de su escudo nacional bajo el Artículo 6ter del Convenio de París, administrado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Este reconocimiento, resultado de una articulada labor entre la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) -con un liderazgo destacado de su Superintendente Cielo Rusinque- y el Ministerio de Relaciones Exteriores, marca un punto de inflexión en la defensa jurídica de los emblemas que representan al país y consolida su identidad ante la comunidad internacional.
La inscripción de estos símbolos en el registro internacional no solo confirma su carácter oficial y su relevancia histórica, sino que impide que terceros, en cualquier país miembro del Convenio de París, puedan utilizarlos o registrarlos como parte de marcas, signos distintivos o iniciativas comerciales sin autorización del Estado colombiano. Se trata de una herramienta jurídica que previene usos indebidos, manipulaciones o apropiaciones que puedan generar confusión, aprovechamiento indebido o afectación al prestigio y valor institucional de los símbolos patrios.
Este logro, largamente esperado y cuidadosamente gestionado por la Superintendencia bajo la dirección de Cielo Rusinque, representa un mensaje claro sobre la determinación de Colombia de salvaguardar los elementos más representativos de su identidad nacional. La bandera y el escudo, que durante siglos han acompañado la evolución política, social y cultural del país, adquieren ahora una capa adicional de protección que trasciende las fronteras y que fortalece la posición de Colombia en los sistemas internacionales de propiedad industrial.
La cooperación entre la SIC y la Cancillería permitió abrir camino a un reconocimiento que va más allá de lo simbólico: reafirma el compromiso de Colombia con el respeto a las normas internacionales, garantiza que sus emblemas no serán utilizados con fines ajenos a su naturaleza institucional y contribuye a la consolidación de estándares globales en materia de protección de signos oficiales. Esta acción se inserta en una estrategia más amplia de defensa del patrimonio intangible del país y refleja la voluntad del Estado de actuar con rigor, visión y responsabilidad frente a los desafíos del entorno internacional.
Con esta inscripción, Colombia envía una señal contundente de protección, respeto y fortalecimiento de sus símbolos, demostrando que la identidad nacional también se defiende en los escenarios multilaterales y que la preservación de los emblemas patrios es un deber que trasciende generaciones. Esta conquista jurídica, inédita en la historia nacional, se convierte en un referente para la región y en un paso firme hacia la consolidación de una política moderna y eficaz de protección del patrimonio simbólico de la nación
carloscastaneda@prensamercosur.org
