UNA METÁFORA DE LA RUTINA QUE NOS CONSUME.
“El «ciclo del pollo asado» es una metáfora popularizada por el conferencista José Bobadilla y iVoox que describe una rutina monótona y repetitiva de vida laboral y personal, donde las personas se sienten atrapadas en un ciclo sin fin de trabajo para pagar facturas y sin tiempo para disfrutar de la vida. El término se refiere a la imagen de un pollo que da vueltas en un asador, representando una existencia estancada, donde el «asador» o la «varilla» es el sueldo, y la persona gira en ella sin poder salir”. (Wikipedia)
Rutina diaria: vivir en automático.
Esta interesante metáfora, hace referencia cuando la vida se convierte en una sucesión de actividades mecánicas: levantarse, desayunar, trabajar, regresar a casa, mirar televisión o redes sociales, dormir… y repetir. Los días se sienten idénticos y la sensación de “vivir en automático” se instala sin que la persona lo note al principio.
La rutina deja de ser una herramienta de orden y se convierte en una jaula invisible que desgasta emocionalmente.
Falta de tiempo y libertad: una agenda que no deja respirar
Quien vive atrapado en este ciclo suele experimentar una marcada escasez de tiempo:
- No alcanza a viajar.
- No comparte verdaderamente con su familia.
- No disfruta sus bienes o metas materiales, como una casa grande o un carro que casi nunca usa.
- El día gira alrededor del trabajo y las obligaciones, dejando la vida personal relegada a migajas de tiempo.
Insatisfacción emocional: el desgaste silencioso.
La metáfora plantea una verdad incómoda: muchas personas mantienen esta vida, aunque no sean felices. Permanecen ahí por miedo, por estabilidad, por costumbre o porque no ven alternativas reales.
La sensación es la de estar atrapado:
- Sin tiempo para descansar.
- Sin dinero suficiente para retirarse.
- Sin claridad sobre cómo cambiar de rumbo.
- La vida se reduce a sobrevivir, no a vivir.
La imagen del pollo asado: una existencia sin dirección.
El pollo girando sobre la varilla es la representación perfecta de una vida que avanza, pero no cambia. No hay dirección, propósito, crecimiento ni expansión. Solo giro mecánico alrededor del mismo eje: trabajar para pagar. Es un recordatorio simbólico de cómo la vida puede consumirse lentamente si no se detiene el ciclo.
Causas del ciclo del pollo asado.
- Miedo al cambio: El temor a perder estabilidad económica o social atrapa a las personas en trabajos o estilos de vida que ya no desean.
- Educación basada en obediencia: Desde el colegio se enseña a seguir instrucciones, no a crear caminos propios. El resultado: adultos que repiten sin cuestionar.
- Deudas y responsabilidades financieras: Créditos, hipotecas, cuotas del carro, gastos familiares… todo esto obliga a sostener un ritmo que ya no es elegido, sino impuesto.
- Falta de autoconocimiento: Muchas personas no saben qué les gusta, qué talento tienen o qué quieren construir con su vida.
- Cansancio crónico: La fatiga mental y emocional reduce la capacidad de imaginar un futuro diferente. Se vive para resistir, no para proyectar.
Consecuencias del ciclo.
- Agotamiento emocional: La sensación de vacío y cansancio es constante.
- Pérdida de sentido: La vida se vuelve plana, sin metas profundas ni motivación real.
- Deterioro de relaciones: La falta de tiempo y energía afecta la conexión con la pareja, los hijos y la familia.
- Problemas de salud: Estrés, insomnio, aumento de peso, ansiedad, gastritis, dolores musculares.
- Estancamiento laboral: No hay avance porque tampoco hay espacio mental para planear o aprender cosas nuevas.
cómo empezar a romper el ciclo.
- Micro cambios diarios: El ciclo no se rompe de un día para otro, pero sí con acciones pequeñas:
10 minutos de lectura significativa.
15 minutos de ejercicio.
Un espacio diario sin pantallas.
Una conversación real al día con alguien importante.
- Redefinir prioridades:
Preguntarse:
¿Qué es realmente importante para mí? ¿Qué me hace sentir vivo?
Muchas veces, las prioridades actuales no fueron elegidas, sino heredadas.
- Educación financiera: Aprender a manejar dinero es clave para recuperar libertad:
Ahorrar estratégicamente.
Invertir en algo propio.
Reducir deudas.
La libertad empieza a ser posible cuando el dinero deja de ser un verdugo.
- Explorar nuevos talentos o proyectos: Un proyecto personal, creativo o profesional abre una puerta de escape psicológica y eventualmente real.
- Desintoxicación digital: La tecnología es el anestésico perfecto para mantener el ciclo. Reducir tiempo en redes devuelve energía mental.
- Buscar ayuda: Terapia, coaching, cursos de propósito, grupos de apoyo… Salir del ciclo es más fácil acompañado.
Cómo salir del ciclo del pollo asado.
Salir del ciclo no significa renunciar al trabajo o huir del mundo. Significa recuperar la libertad interior.
Es recordar que la vida no es un asador donde el tiempo nos cocina lentamente, sino un viaje donde podemos elegir el camino, el ritmo y el sueño que queremos construir.
Se sale del ciclo cuando la persona:
- Recupera la capacidad de cuestionar.
- Se atreve a imaginar otra vida posible.
- Toma decisiones pequeñas que la acercan a lo que desea.
- Se regala tiempo para sí misma, aunque sea poco.
- Deja de girar en automático y vuelve a caminar con dirección.
La verdadera libertad comienza cuando dejamos de ser el pollo que da vueltas en la varilla del sueldo… y empezamos a ser quienes deciden el rumbo de su vida.
«Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por conseguirlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchos dolores.» 1 Timoteo 6:10:
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