
La transición hacia modelos sostenibles ya no ocurre en los márgenes: avanza en el centro mismo de las decisiones económicas. Durante décadas, el emprendimiento se construyó sobre una promesa de crecimiento acelerado, eficiencia a corto plazo y métricas inmediatas. Pero en un contexto de crisis climática, disrupción energética, degradación ambiental y volatilidad financiera, esas métricas dejaron de ser suficientes.
Hoy, las empresas que sobrevivirán no serán las más rápidas, sino las más resilientes.
La sostenibilidad se ha convertido en esa nueva brújula. Un marco que obliga a mirar más allá del trimestre, y que redefine qué significa “crear valor”. No es una moda empresarial ni una casilla que se marca para cumplir con un reporte: es la infraestructura moral, operativa y económica del emprendimiento del futuro.
En ese contexto se publica Sostenibilidad: motor de eficiencia y creación de valor, el nuevo reporte de Endeavor Data Unit e IFC, que ofrece algo más que datos: una radiografía del punto exacto en el que el ecosistema emprendedor mexicano está dejando atrás viejos paradigmas y adoptando, aunque con ritmos dispares, una visión de largo plazo basada en el impacto.
El despertar sostenible: prioridad sí, ejecución todavía no
El estudio confirma que la intención ya está ahí:
- 68% de las startups y scaleups mexicanas considera la sostenibilidad un eje estratégico.
- 75% ya mide algún tipo de indicador ambiental o social.
- Sin embargo, la foto completa revela una tensión importante: solo 57% lo hace con herramientas sólidas, metodologías claras o metas estructuradas.
Es decir, la sostenibilidad ya es parte de la narrativa… pero aún no siempre está integrada a la operación diaria. El desafío no es solo medir, sino profesionalizar la medición para que el impacto sea tan real como las ventas o la rentabilidad. Porque sin métricas confiables, las puertas del financiamiento sostenible —hoy más grandes que nunca— permanecen cerradas.
Un océano de capital sostenible… y un ecosistema que aún no aprende a navegarlo
Aquí emerge uno de los hallazgos más contundentes del reporte:
Entre 2020 y 2025:
- México emitió $32,645 millones de dólares en bonos temáticos (verdes, sociales, sustentables).
- Las startups sostenibles solo recibieron $158 millones de dólares en venture capital.
La brecha no es solo financiera, es una brecha de conocimiento: 58% de las startups y scaleups no sabe que el financiamiento sostenible existe.
Mientras el capital institucional avanza rápidamente hacia criterios ambientales, sociales y de gobernanza, buena parte del emprendimiento sigue operando sin las herramientas para demostrar su impacto y acceder a esos recursos. Este desfase podría convertirse en uno de los mayores cuellos de botella de la próxima década.
Un futuro inevitable: sostenibilidad como pilar transversal
El estudio también muestra claridad sobre el rumbo: 7 de cada 10 startups y scaleups proyecta que la sostenibilidad será un pilar central en su estrategia futura.
- Los emprendedores identifican las palancas clave para acelerar la transición:
- Capital especializado en impacto
- Incentivos regulatorios que premien la innovación sostenible
- Alianzas estratégicas que permitan escalar impacto, tecnología y competitividad
No es una lectura aislada. Los grandes corporativos ya integran criterios ambientales en sus cadenas de suministro; los inversionistas institucionales exigen reportes ESG; y la ciudadanía presiona —cada vez más— por consumo responsable. La sostenibilidad no es un diferencial. Es el estándar emergente.
De acuerdo con el reporte de Endeavor, el emprendimiento sostenible no es un sector, es una nueva forma de entender los negocios. Una en la que la eficiencia operativa, la resiliencia y el impacto ambiental-social dejan de ser dimensiones separadas y empiezan a ser parte del mismo sistema.
Cerrar la brecha: el reto más importante de los próximos años
México tiene hoy un ecosistema que ya despertó a la urgencia sostenible, pero que necesita capacidades nuevas: metodologías de medición, acompañamiento técnico, más fondos especializados, regulaciones claras y puentes entre el capital disponible y las startups que están listas para asumir el reto.
El mundo que viene no premiará a las empresas que crecen más rápido, sino a las que crecen con responsabilidad, transparencia y visión sistémica. Las cifras del reporte son un recordatorio claro: el capital está cambiando, las corporaciones están cambiando, y el ecosistema emprendedor también debe hacerlo.
La sostenibilidad ya no es discurso: es estrategia. Ya no es reputación: es eficiencia. Ya no es un “valor agregado”: es la infraestructura que permitirá sobrevivir en un planeta que exige límites y en una economía que premia el impacto.
Las startups y scaleups que entiendan esto hoy serán las que lideren mañana. Y México tiene la oportunidad —histórica y urgente— de construir un modelo emprendedor que no solo genere valor económico, sino valor para la vida.
Cora Bravo
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/medio-ambiente/sostenibilidad-el-nuevo-motor-invisible-que-esta-reescribiendo-el-emprendimiento-en-mexico/
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